Juicio abreviado – A mediados de octubre de 2016 irrumpieron armados en un quiosco
Se trata de Benjamín Grosso y Federico Viera, quienes recibieron penas de siete años y de seis años y ocho meses, respectivamente. En otra audiencia, un ciudadano boliviano fue sancionado con tres años de cárcel por hechos de violencia de género en perjuicio de su pareja
Dos jóvenes de Villa Nueva fueron condenados ayer por un asalto a mano armada perpetrado hace casi dos años en un quiosco de barrio Las Playas, de donde se llevaron casi 10 mil pesos luego de amenazar de muerte al propietario del negocio, a su esposa y a los pequeños hijos de la pareja.
Benjamín Alberto Grosso (34), alias “Benji”, recibió una pena de siete años de prisión efectiva, luego de ser declarado coautor de “robo calificado por uso de arma de fuego”, el mismo delito que se le atribuía a Federico Ezequiel Viera (24), quien también intervino en el audaz atraco cometido el 16 de octubre de 2016 en el negocio denominado “Plan B”.
Con respecto a Viera, la Justicia le impuso una sanción de seis años y ocho meses de cárcel, también de cumplimiento efectivo, quien además fue hallado culpable de “encubrimiento”, “desobediencia a la autoridad”, “lesiones leves” y “amenazas” por otros hechos que se le endilgaban.
La condena fue más elevada para Grosso porque registraba otros dos antecedentes penales, aunque los mismos no son computables por el tiempo transcurrido.
En efecto, el 7 de octubre de 2003 le impusieron tres años de prisión de ejecución condicional (es decir, en suspenso) por un arrebato callejero, mientras que el 12 de mayo de 2005 lo castigaron con siete años de cárcel por un asalto a mano armada perpetrado en un almacén en barrio Los Olmos de Villa Nueva; pero como tenía pendiente la sanción anterior, le aplicaron una pena unificada de nueve años.
Como ambos convictos reconocieron los hechos que se les atribuían, el juicio se realizó bajo la modalidad de trámite abreviado en la sala de audiencias que la Cámara del Crimen local posee en el quinto piso de Tribunales.
El debate fue presidido por el camarista René Gandarillas y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y de los abogados defensores Silvina Muñoz (Grosso) y Antonio Alarcos (Viera).
El hecho delictivo que tuvo a los dos sujetos bajo una misma acusación se produjo alrededor de las 20.30 de aquel tercer domingo de octubre (Día de la Madre), cuando cubriendo parcialmente sus rostros con bufandas, ingresaron al local comercial tipo “polirrubro” ubicado sobre calle Arturo M. Bas, en el populoso barrio villamariense.
Apuntándoles con las armas, redujeron a los propietarios del negocio y a sus dos pequeños hijos, de apenas 5 y 2 años, y se llevaron 9.700 pesos.
Ya con el dinero en sus manos y cuando se disponían a abordar la moto Honda CG en la que habían llegado, los ladrones se percataron que un móvil de la Patrulla Preventiva se encontraba en la esquina de Arturo M. Bas y Puerto Rico.
Ambos delincuentes salieron corriendo y para cubrir su huida efectuaron un disparo contra las agentes, que afortunadamente no hizo blanco, ante lo cual éstos repelieron la acción. En la fuga, uno de los asaltantes logró llegar hasta la moto, que estaba con el motor en marcha sobre calle Puerto Rico. No ocurrió lo mismo con el segundo que, también armado y al no llegar hasta el rodado, optó por escapar a la carrera por los baldíos colindantes.
Con el apoyo de otros móviles, se puso en marcha un operativo cerrojo que dio resultado pocos minutos después cuando, muy cerca del lugar del asalto, los policías detuvieron al asaltante que huía a pie.
Se trataba de Benjamín Grosso, domiciliado en Villa Nueva, quien fue aprehendido en la cuadra de calle Figueroa Alcorta (paralela a la Arturo M. Bas), comprendida entre Haití y Puerto Rico. En su poder llevaba un revólver cromado, calibre 38, sin marca ni numeración visibles, con dos proyectiles listos para ser disparados. Asimismo, entre sus ropas llevaba los casi 10 mil pesos sustraídos en el quiosco.
El otro delincuente fue detenido al día siguiente, cuando efectivos de la División Investigaciones allanaron una vivienda ubicada en calle La Pampa al 100, en Villa Nueva.
Cabe señalar que Viera también llegó a juicio acusado por otros delitos. Y como ayer también admitió haberlos cometido, fue declarado autor responsable de “amenazas” y “lesiones leves” en perjuicio de su expareja, Yamile Quiñones; “encubrimiento”, porque le secuestraron una computadora rodaba a Sergio Mansilla, y “desobediencia a la autoridad”, por incumplir una orden de restricción judicial que le impedía acercarse a la madre de su hija.
Boliviano condenado
En otra audiencia, el camarista Gandarillas le impuso una pena de tres años de prisión efectiva a Tito Ismael Choque Ayali (33), un ciudadano boliviano que llegó a juicio acusado por hechos de violencia familiar.
Choque Ayali, nacido en la ciudad de Potosí el 24 de septiembre de 1984, pero con último domicilio en Campo Dubois, en la zona rural de Pozo del Molle, está detenido desde el 7 de diciembre del año pasado, luego de amenazar de muerte, de golpearla y de arrojarle aceite caliente a su concubina, Nelly Gutiérrez Otarola.
El primer incidente se produjo a las 8 de la mañana en la vivienda que la pareja ocupaba en el predio rural ubicado a 4 kilómetros de la vecina localidad, en medio de una discusión por cuestiones económicas.
Luego de recriminarle el dinero que había gastado, Choque Ayali le propinó golpes de puño y puntapiés y la agredió con un hierro en la cabeza.
En horas del mediodía, cuando Gutiérrez Otarola estaba preparando el almuerzo, el agresor le advirtió: “Te voy a matar, te voy a quemar”. Y tras cartón, le arrojó el aceite que había en una olla que la mujer estaba calentando en la cocina.
El sujeto fue hallado culpable de “amenazas” y “lesiones leves calificadas” y recibió una sanción que podría permitirle acceder a la “libertad condicional” en pocos días más.
Además del magistrado, intervinieron en el juicio el fiscal Correccional, Horacio Vázquez, y el abogado defensor Rodrigo Hayas.