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Pena en suspenso por manosear a dos menores: recuperó la libertad

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Pena en suspenso por manosear a dos menores: recuperó la libertad
Mayco Machado recibió ayer su primera condena y como la pena fue en suspenso, recuperó la libertad ni bien concluyó la audiencia. Sin embargo, tendrá que cumplir varias reglas de conducta para mantenerse lejos de la cárcel

Juicio abreviado – Le impusieron tres años de prisión de ejecución condicional

Se trata de Mayco Machado, un joven que abusó reiteradamente de dos nenas de 10 años en la verdulería donde trabajaba. En otro juicio, Jesús Alarcón recibió una condena de un año y 10 meses y fue liberado por el tiempo que llevaba entre rejas

 

Un joven domiciliado en barrio El Vallecito de Villa Nueva fue condenado ayer a tres años de prisión en suspenso y pudo recuperar la libertad luego de poco más de un año, al cabo de un juicio de trámite abreviado sustanciado en la Cámara del Crimen local.

Mayco Machado (24) se declaró culpable de todos los hechos que se le atribuían y accedió a una pena se ejecución condicional por la entidad de los delitos y por su condición de convicto primario.

Machado admitió haber manoseado las partes pudendas de dos nenas, que al momento de los hechos tenían 10 años, por lo que fue hallado autor responsable de “abuso sexual simple reiterado”. Asimismo, confesó la autoría de otros ilícitos (“coacción” y “amenazas”) cometidos después de los tocamientos.

Aunque la audiencia se realizó a puertas cerradas por tratarse de un caso de instancia privada, pudo saberse que entre octubre de 2016 y enero de 2017 el joven manoseó a las menores en reiteradas oportunidades en la verdulería donde trabajaba como empleado del padre de una de las víctimas.

Los hechos salieron a la luz cuando el propietario del negocio sorprendió a Machado en momentos que toqueteaba a su hija, lo que generó un violento incidente que incluyó golpes e insultos y la posterior detención del agresor sexual.

Sin embargo, pocos días después el villanovense fue excarcelado, aunque volvieron a encerrarlo a raíz de un hecho de “amenazas”, que obligó a la Justicia a mantenerlo privado de la libertad, y bajo esa situación llegó ayer a juicio.

Previo a las deliberaciones, el fiscal Francisco Márquez y el abogado defensor Antonio Alarcos habían acordado solicitar la sanción finalmente impuesta por el juez René Gandarillas si Machado confesaba lisa y llanamente los hechos, lo que finalmente ocurrió. Y como la pena fue en suspenso, se ordenó su libertad.

No obstante, el presidente del tribunal unipersonal incluyó en su sentencia una serie de estrictas reglas de conducta que el joven de Villa Nueva deberá cumplir a rajatabla si no quiere volver a la cárcel.

En efecto, deberá realizar un tratamiento psicológico por sus conductas sexuales inapropiadas, abstenerse de consumir drogas y alcohol, no mantener ningún tipo de contacto con las víctimas, concurrir al Palacio de Justicia local cada vez que sea citado y, sobre todas las cosas, no cometer ningún delito, por pequeño que sea.

De incumplir alguna de esas normas, la condicionalidad de la pena quedará automáticamente sin efecto y Machado tendrá que cumplir la condena impuesta de manera efectiva.

 

Jesús Alarcón fue condenado por tercera vez en los últimos cinco años. Le impusieron una pena unificada de un año y 10 meses de prisión, pero por el tiempo que llevaba preso pudo recobrar la libertad

Tercera condena

En tanto, en otro juicio realizado ayer en el quinto piso de los Tribunales locales, Jesús Javier Alarcón (27) fue condenado a seis meses de prisión por un hecho de “resistencia a la autoridad”, pero como estaba debiendo parte de una sentencia anterior, le impusieron una pena unificada de un año y 10 meses de cárcel.

Sin embargo, como estaba detenido desde noviembre de 2016, se le dio por cumplida la sanción impuesta y recuperó la libertad ni bien concluyó la audiencia de debate.

Alarcón llegó acusado por dos hechos. El 14 de abril de aquel año, mientras conducía una motocicleta, eludió un control policial sobre calle San Juan y luego cruzó un semáforo en rojo, incurriendo así en una contravención (“conducción peligrosa”) que se complicó legalmente cuando se resistió al arresto policial.

El joven estuvo detenido algunas horas y recuperó la libertad, aunque la causa penal continuó su curso en la Justicia.

Pero siete meses después, su presunta participación en el robo de una moto lo dejó nuevamente entre rejas y en ese estado llegó en la víspera al juicio oral y público.

El hecho que se le atribuía se produjo frente al local comercial conocido como “Carnes Hernán”, ubicado en la esquina de bulevar Italia y Salta, donde un desconocido se había apoderado de una moto que estaba estacionada en la vereda.

Cuando el propietario se percató del robo, recurrió a una cámara de seguridad que tiene la carnicería y en el registro fílmico se vio a un sujeto llevándose el rodado. Intervino la Policía y por ciertas características físicas del ladrón (la imagen no era de buena calidad, por lo que no se le pudo ver el rostro con nitidez), las sospechas llevaron a los investigadores hasta Alarcón, quien ya tenía antecedentes por hechos similares.

Poco después el joven fue detenido en su casa, pero los uniformados no encontraron la moto. No obstante, la Justicia le atribuyó el hecho y le imputó el delito de “robo calificado de vehículo automotor dejado en la vía pública”.

Durante la audiencia de la víspera, Alarcón admitió haberse resistido al accionar policial cuando eludió aquel control callejero, pero negó de manera enfática ser el autor del robo de la moto.

A la hora de los alegatos, el fiscal Márquez sostuvo que como las imágenes no eran de buena calidad, no se podía asegurar que el delincuente filmado fuera Alarcón, motivo por el cual solicitó la absolución del joven en relación a ese hecho por el “beneficio a la duda”. La defensora oficial, Silvina Muñoz, adhirió a esa postura.

Por esa razón, ambas partes solicitaron una pena de seis meses de prisión por el primero de los hechos, pero la unificaron en un año y 10 meses con lo que estaba debiendo de una condena anterior.

Al respecto, cabe señalar que en el último cuatrimestre de 2013, con apenas 63 días de diferencia entre un juicio y otro, Alarcón fue condenado dos veces en la Cámara del Crimen.

El 26 de septiembre le impusieron una pena de tres años de prisión efectiva por robar una moto que se hallaba estacionada en la vía pública y se fue hasta Arroyo Cabral, donde terminó detenido, mientras que el 28 de noviembre recibió una pena unificada de tres años y cuatro meses de prisión por tres hechos de “encubrimiento”.

Alarcón obtuvo la “libertad condicional” en mayo de 2015, por lo que estaba debiendo parte de aquella segunda sanción.