Niños del comedor Manos Solidarias y amigos de El Potrerito aprendieron sobre la libertad de las aves en la estancia Yucat, donde conocieron la fauna e hicieron el cambio de una pelota por una gomera. Una actividad clave para concientizar
Quien conoce de cerca la naturaleza, con todo su esplendor, termina por cuidarla como corresponde. Y si la conoce siendo niño, su vida tendrá otro vuelo.
Así lo entienden muchas personas y, con esa consigna, el fin de semana se desarrolló una actividad fundamental para que los niños entiendan un poco más esta historia.
En la mítica estancia Yucat, pequeños que asisten al comedor Manos Solidarias, del barrio Los Olmos, de Villa Nueva, pudieron conocer la fauna del sector acompañados por integrantes de El Potrerito en una jornada donde hubo un gesto simbólico: el cambio de una pelota por una gomera.
La actividad consistió, primero, en una charla que dio Facundo Raverá, guardafauna de Yucat, junto a Natalia Videla, de El Potrerito, ante los niños del comedor villanovense.
En el lugar se realizaron juegos interactivos para que los niños aprendan y conozcan la Ley Sarmiento, que castiga a quienes maltratan a los animales.
La consigna se denominó “Jugar sin lastimar a ningún ser vivo” y tuvo un marcado interés en los niños, que fueron contando sus historias cotidianas.
En el comedor, que con mucho sacrificio y amor lleva adelante Vanesa Galarza, los niños reconocieron que la gomera es un elemento más de sus vidas, como sucede en diferentes barrios de la ciudad. Muchos contaron que salen a cazar pájaros por comida y otros dijeron que lo hacen por placer o juego. Sucede y es común porque muchos niños también copian o aprenden de mayores, así sea padres, vecinos o amiguitos, que salen a entretenerse con la desgracia de los pájaros.
Luego de conocer la realidad, los organizadores llevaron a los niños a conocer la belleza de la estancia Yucat, donde Facundo fue mostrando la variedad de pájaros que circulan por el lugar.
Así concientizó sobre “cómo movernos, disfrutar y convivir en un entorno amigable con la naturaleza”, según relató luego Natalia.
En una caminata por el bosque autóctono, los niños vieron cómo viven las aves y el esfuerzo que hacen para cuidar sus casitas.
La actividad tuvo también almuerzo y una merienda campestre, siendo muy productivo para los chicos.
Al aire libre también todos hicieron una especie de “acta compromiso” para cuidar la fauna, generando un compromiso tácito que sirvió como una enseñanza.
Videla agradeció a la Municipalidad de Villa Nueva por costear el gasto del transporte y destacó que habrá más actividades de éstas. Sin dudas, una muy buena noticia.