Daniel Gianetti y María Fernanda Cortez se recibieron de contadores públicos en la UNVM, donde actualmente ejercen como empleados administrativos. Ambos viajaron de intercambio laboral a dos universidades autónomas mexicanas (Nueva California y Ciudad Juárez) mediante la Secretaría de Internalización y a la vuelta contaron su experiencia

Escribe: Iván Wielikosielek (ESPECIAL UNVM)

Lo primero que hay que saber, es que el Magma es un programa de intercambio existente entre todas las universidades nacionales y mexicanas, y que su sigla no hace referencia a ningún volcán sino a la “Movilidad de Académicos y Gestores de México y Argentina”.

“La finalidad de este programa es que docentes y administrativos de nuestras universidades puedan hacer su experiencia laboral o académica en el otro país”, comenta María Battistón, encargada de Comunicación y Difusión en la Secretaría de Internalización de la UNVM. Lo segundo que hay que saber es que, María Fernanda Cortez y Daniel Gianetti son los primeros gestores de la Villa en salir de intercambio.

“Anteriormente había venido una chica de México a nuestra oficina y luego me propusieron para ir a observar los porcedimientos administrativos de ellos, en la Universidad Autónoma de Baja California (Tijuana)” -comenta Fernanda, que viajó en febrero. Y el caso de Daniel es muy parecido. “Me llegó la propuesta de ir a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (Chihuahua) y como me interesaba mucho el intercambio, hice la prueba. Es una ciudad fronteriza muy popular por la violencia que vivió a causa del narcotráfico”. Daniel hizo su experiencia en la primera semana de octubre.

-¿Qué les llamó la atención de la administración universitaria mexicana?

Fernanda: -La digitalización absoluta de todo. Allá, todas las conovocatorias, ya sean estudiantiles, docentes o académicas, eran on line y esto agilizaba muchísimo los trámites. También la contaduría y la información se entrega sólo en formato digital cuando acá todavía estamos con expedientes. Pero ojo, ellos no lo hacen sólo por una cuestión de velocidad; sino porque en México digitalizar la administración es también hacer ecología. Por suerte, en la UNVM ya hemos empezado con esa digitalización también.

Daniel: -En Ciudad Juárez no te dan factura de papel en ningún sino que te la envían por mail. Al principio vos desconfiás y decís “¡me irá a llegar?”; pero te llega enseguida. Allá hay una cultura de la responsabilidad, como un acuerdo tácito. Luego vos das les da el ok. En la Universidad de Ciudad Juárez han creado una Secretaría de Medio Ambiente y van a suprimir el uso del papel. Acá, culturalmente, aún no hemos dado ese paso.

-¿Qué hay del presupuesto que maneja cada universidad?

Fernanda: -Si bien la Universidad de Baja California tiene 35.000 alumnos (la UNVM tiene alrededor de 8.000) manejan un presupuesto diez veces superior.

Daniel: -La universidad a la que yo fui tiene un alumnado semejante a la que fue Fernanda. Lo que a mí me llamó la atención es que el presupuesto administrativo se organiza con 6 años de anticipación, que es el tiempo que dura la gestión de un rector.

-¿Qué les decían los mexicanos de Argentina?

Fernanda: -La chica que estuvo acá no podía creer que nuestros trámites fueran tan lerdos y engorrosos. Acá, un viático al exterior te lleva dos meses cuando allá lo sacan en 48 horas. Fuera de eso, esta chica se enamoró de Villa María.

Daniel: -Allá se interesaban mucho por cómo los veíamos nosotros, por no quedarse estigmatizados por el tema de la violencia. Encontré a muchos mexicanos “fans” de Argentina. Incluso muchos se subestimaban y me decían “ustedes son mejores”. Pero conocí a un profesor francés que coordina un programa de intercambio de ingenieros y me dijo que es increíble el nivel y la responsabilidad del profesional mexicano. Y a eso lo pude comprobar, porque todos los que terminan una carrera y ya están haciendo un doctorado o un posgrado. También es cierto que tienen muchísima oferta laboral y que la cercanía con Estados Unidos influye muchísimo…

Cuando esta charla se termina, los contadores coinciden en que les hubiera gustado quedarse más tiempo en México pero a la vez afirman haber aprendido mucho. La última frase queda en boca de Daniel. “La verdad es que estoy impaciente de poder hacer propuestas en base a lo aprendido allá para el crecimiento de esta, nuestra casa”.