LVF – Clausura – 8va. fecha – Zona B
El invicto Rivadavia continúa ganando y liderando su zona. Sin jugar bien, igual superó por 4-2 a San Lorenzo de Las Playas, con goles de Vincenti, Bustos, Geremía y Gayoso, de penal; para el Santo descontó por duplicado Brian Mendoza
Escribe: Juan Pablo Morre
Con un flojo desempeño, que resolvió por la jerarquía de sus individuales, Rivadavia festejó otra vez en casa de su “archirrival” Colón, esta vez porque superó por 4-2 a San Lorenzo de Las Playas (hizo las veces de local en dicha cancha) y amplió su dominio total en la Zona B del Torneo Clausura.
Más que en el trámite, la superioridad del Verde quedó rubricada en el marcador, ya que solo por momentos evidenció su calidad individual y mayor optimización colectiva frente a un rival que, pese al notable esfuerzo de sus futbolistas (no hizo cambios en los 10 jugadores de campo), exhibe en los partidos las falencias estructurales, deportiva e institucional. Como ejemplo: Mendoza, con solo 18 años, anotó los tres goles de su club en la víspera, es decir, el del empate en segunda división, y los dos de primera, disputando más de 100 minutos en una alta temperatura, lo que hizo mella en su físico: terminó asistido por la profesional de salud, agotado y a punto del desmayo.
Así y todo, ese sentido de pertenencia debe bregar para un mayor acompañamiento para estos jóvenes que ponen la cara, los domingos, sábados y en la semana (los que pueden, aportan dinero de su propio bolsillo para que su club pueda solventar los gastos de la Liga).
Ante este panorama de uno y otro, en un duelo de líder y último, el 4 a 2 de Rivadavia resultó lógico, por aptitudes físicas y futbolísticas, en un trámite que, en varios momentos, estuvo nivelado porque el Verde estuvo muy errático con la pelota y equivocó el partido en lo estratégico, en varios pasajes, provocando la resignación de su técnico.
Es que, en vez de lateralizar su juego y buscar superioridad numérica por las bandas con la presencia de sus extremos (Bustos y Gayoso), eligió centralizar sus avances, lo que no le trajo buenos dividendos porque se equivocó más de lo que combinó con el balón, además que Bustamante y Le Roux no pudieron ser el “nexo” para clarificar los ataques.
Así las cosas, en el primer tiempo, ambos equipos generaron lo suyo para encontrar el gol; Mendoza tuvo un par claras en el local y Fabián Martínez y Bustamante (tiró a colocar dentro del área, que desvió Arias y en el rebote salvó al extremo Alzugaray) fueron las oportunidades más nítidas de ambos. Hasta que, la efectividad del Rivadavia, en el último cuarto de hora de la etapa inicial, encaminó el partido para la visita.
A los 30’ llegó el 1 a 0, de tiro libre (casi córner), por parte de Andrés Vincenti, con tiro con mucho veneno que, ante el engaño de Gudiño (diagonal pero sin tocar el esférico) terminó con la pelota ingresando por el segundo palo. Y, a los 45’, Gayoso observó la diagonal de Maximiliano Bustos, quien ante la desconcentración defensiva del Santo eludió con sombrerito al arquero Arias y anotó el 2 a 0. Esa acción generó un cruce de palabras entre el portero local y su DT, acusando Arias una lesión para ser remplazado.
Por lo tanto, en un primer tiempo desprolijo y apenas discreto el Verde usufructuó una pelota parada para lograr la ventaja ante un rival que, pese a sus deficiencias, mostró impulso y enjundia para sostenerse en juego hasta que una buena combinación entre los atacantes del Verde le permitió ampliar la ventaja previo al descanso.
En el arranque del complemento, la visita mostró una clara mejoría, paciencia para mover la pelota y, cuando sincronizó a fondo en ataque, rápidamente logró el 3 a 0 con el tanto de Elián Geremía.
De igual modo, fue solo esos primeros minutos, porque luego cayó en las confusiones, pese a que Santoni movió piezas, y fue tal la quietud que evidenció que se le terminó complicando la victoria.
A los 10’, Mendoza volvió a ser incisivo y, desbordando a pura velocidad por derecha, recibió la falta de Vincenti dentro del área. El propio Pato se encargó de marcar el 1-3, con tiro rasante y cruzado.
Pese a ese gol, el Verde que no aceleraba y se repetía en errores simples, sin inquietar con peligrosidad sobre el ingresado Bonetto, por lo que, el empuje de Cepeda desde la zona media, además de las apariciones de Neri y Mendoza, le dieron cierta posibilidades al equipo de Páez. Tal fue así que, a los 30’, Fonseca no receptó bien la pelota y Neri generó una réplica letal; es que, con viveza, rápidamente habilitó para el pique de Mendoza y éste, claramente habilitado ante una defensa que se plantó equivocadamente, facturó el 2 a 3.
Cinco más tarde, el propio Cepeda remató a las manos de Berardo, en otro arribo del conjunto de Las Playas, que se entusiasmó en esos momentos, pese al agotamiento general, y provocó cierta intriga en la parcialidad Verde.
Igualmente, Bustos se hizo cargo de su equipo en los minutos finales, con gambeta y verticalidad. A los 41’ gambeteó dentro del área, recibió la falta de Da Silva y, en la ejecución, Gayoso anotó el gol “tranquilizador”: 4 a 2. El propio Rayo, en tiempo cumplido, se devoró el quinto, tras cesión de Bustos.
Ya el partido estaba resuelto.
Rivadavia amplió sus victorias en el Clausura, empezó con sonrisas la segunda rueda y partido a partido encamina a su objetivo de clasificación.
Las figuras: Bustos y Mendoza: El atacante de Rivadavia otra vez fue decisivo con sus apariciones, pese a que tuvo un rol con marcadas intermitencias. El del Santo villamariense, en tanto, marcó los goles de su equipo y realizó un descomunal esfuerzo físico, lo que provocó un susto con el cotejo finalizado (estuvo al borde del desmayo).
El árbitro: Mario Belén: no tuvo un buen arbitraje. Se equivocó en perjuicio de ambos equipos en jugadas muy claras para su visión, lo que le quitó solvencia a su actuación. Lo bueno: acertó en los dos penales. Sus líneas también alternaron fallas y aciertos.