Ana María Sassaroli acude muchas veces a la oficina local de la obra social y dice estar cansada de ver la falta de atención de los empleados del PAMI
La vecina Ana María Sassaroli se quejó públicamente de la atención en la oficina villamariense del PAMI y pidió que respeten y consideren a la cantidad de adultos mayores que con mucho esfuerzo y sacrificio llegan a la sede local para hacer diversos trámites.
“Es un desastre, lo que están haciendo ahora es una vergüenza. El viernes a las 9 de la mañana no daban más turnos y hacían volver a la gente, siendo que se trata de personas que vienen de la zona, mayores de 80 años que apenas pueden caminar”, describió.
Contó que ese día llegó a la delegación local a las 8.30 y consiguió número. Media hora más tarde arribó al lugar una amiga, “que había pedido permiso en su trabajo y que tiene la mamá de 85 años”, que ya no logró un turno por lo que Ana María le cedió el suyo para hacer las gestiones en conjunto.
“Todos se estaban volviendo enojados. Encontré a una persona conocida y me contó que era la segunda vez que la hacían volver. Ella tiene el hermano en la cama y no puede ir temprano”, ilustró.
“La mayoría va para actualizar los remedios, algo necesario para que te los den en las farmacias. Me puso muy mal el abuso que hacen con la gente mayor, el verso que les dicen. Les dije a todos los que estaban en la cola que no se fueran, discutí con el que atiende en la entrada y me dijo que había tres empleados con parte de enfermos y que tenían que cargar todos los trámites en la computadora desde las 10 de mañana hasta las 2 de la tarde”, comentó la vecina a este matutino.
Sassaroli contó que luego pidió por el jefe y logró hablar con él. “Le solicité que atiendan a la gente por los remedios, que no los hagan volver. Son personas con muletas, que gastan en remís para ir, que les cuesta moverse”, recalcó.
“No soporto el abuso que hacen los empleados del PAMI hacia los adultos mayores. Con un día que estén ahí verán que es vergonzoso. Se olvidan de que todos vamos a pasar por eso, es la ley de la vida”, advirtió.
Luego calificó al PAMI local como “un boliche de cuarta” y aclaró que en otros lugares no sucede lo que pasa acá: “Tengo una hija en Río Gallegos y me atendieron muy bien en la oficina del PAMI de esa ciudad, como también en Monte Grande (Buenos Aires), donde reside mi hijo”.
Sassaroli (DNI 10.821.103) es asistente social, tiene 62 años y presenta la enfermedad Chacott Marie Toott, por lo que “dependo del Pami y es una vergüenza en la forma que te atienden”.
Reclamo II – Por una multa
Señor director:
Anteayer recibí una notificación de infracción de tránsito supuestamente cometida con mi vehículo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Según la carta, estacioné de manera indebida en la calle Tomás de Anchorena en la siesta del 10 de agosto pasado.
La notificación señala mi nombre y la patente de mi vehículo, pero no identifica mi automóvil.
Lo curioso es que nunca salí con mi auto (que poseo desde junio pasado) de la provincia de Córdoba y que a lo largo de este año nunca viajé a Capital Federal, ni en auto ni en micro ni en otro medio de transporte.
Diego Bengoa
DNI 27.444.812
Reclamo III – Quejas por visitas en la cárcel
Una vecina, que pidió que no se diera a conocer su identidad públicamente por temor a represalias, se quejó por la atención que reciben las mujeres que van a visitar a los hombres que se encuentran detenidos en el Establecimiento Penitenciario Nº 5 de barrio Belgrano de Villa María.
La mujer aseguró que el horario de visitas es mucho más corto que lo que corresponde y que quienes van a visitar a las personas privadas de la libertad pasan largas horas de espera. Asimismo señaló que son maltratadas verbalmente.
