Durante una hora y en una charla íntima, habló de su infancia, su familia y la política. Habló de todos los temas y pidió disculpas por lo que no hizo o por lo que hizo mal, pero resaltó que dejó “muchos logros”
Escribe Diego Bengoa
De nuestra redacción
Mañana será su penúltimo día de gestión y el martes le entregará el mando a Natalio Graglia, su amigo “que pasó por todas las áreas, por lo que ha aprendido mucho y ganado experiencia”.
Guillermo Cavagnero dijo haber llegado a esta instancia con alegría “por poder terminar muy tranquilo”, reiterando en varios pasajes de la charla en la Redacción de EL DIARIO que cuando asumió vivió momentos “muy difíciles, por no poder pagar los sueldos de los trabajadores municipales y por la deuda financiera”.
Precisamente la solución de ese asunto es, desde su visión, su mayor logro en los ocho años al frente del Poder Ejecutivo.
Hijo único, ayer confió que de niño no pensó nunca en ejercer un cargo político de esta naturaleza, pero que su padre “siempre fue peronista”, por lo que en su hogar creció escuchando “hablar de estos temas”.
Nació en Villa Nueva en 1966 y cursó sus estudios en el Rivadavia de Villa María, siendo un alumno regular. “No me gustaba estudiar, era vago”, admitió entre risas. En el primer año de la secundaria se llevó seis materias, “pero luego me encarrilé y en cuarto y quinto no me llevé ninguna”. Le atraían historia y “los números, aunque no soy muy bueno en eso” y todo tipo de deportes: el fútbol en primer lugar, pero también ver boxeo, rugby y natación.
“Mi madre me insistía para que estudiara. Yo veía que mi viejo trabajaba y quería estar ahí, pero mi vieja me llevaba al colegio y me inculcaba el estudio. Le agradezco mucho por eso”, señaló.
Al egresar del Nivel Medio se metió en Ciencia Política en la capital cordobesa, envalentonado “por la vuelta de la democracia”, ya que corría el año 1983. Sin embargo, al año dejó. Retornó, hizo un curso de computación, empezó analista de sistemas “y después me puse a laburar con mis viejos”, en el negocio de venta de insumos agropecuarios y la producción lechera que tienen los Cavagnero. “Me gusta ese laburo, estuve casi toda mi vida al frente del negocio, desde los 20 años”, acotó.
A mediados de los 90 inició su carrera política, como concejal de Reinaldo Navarro. Luego fue tribuno hasta que en 2007 llegó al máximo sillón de la ciudad. Ya hacía casi una década que estaba con Adriana Allasia, su mujer y desde el próximo miércoles presidenta del Concejo Deliberante. La conoció a través de su prima, amiga de la primera dama. “Ya conocía a sus padres por el negocio, pero a ella no la tenía muy registrada por la diferencia de edad (siete años) y porque vivió en Córdoba”, apuntó.
Estuvieron dos años de novios y se casaron. Fruto de su matrimonio, tienen tres varones: Nicolás, de 15; Franco, de 13 y Máximo, de 5, el único que nació mientras gobernó Villa Nueva.
“Si no tenés a la familia de tu lado es muy difícil estar en este lugar, de tanta exposición, de tanta demanda”, aseguró.
Confesó que vivió momentos muy difíciles. Recordó cuando beneficiarios de las 36 Viviendas de barrio La Floresta (uno de los principales problemas que heredó de la gestión anterior) protestaron frente a su domicilio a semanas de asumir, cuando vio sucumbir su administración gubernamental ante los sucesivos paros de los empleados municipales y cuando sintió “gran impotencia” por el enorme volumen de agua que llegaba en la primera inundación que debió sortear, en el verano 2014.
“En los primeros tiempos no podía dejar de pensar en los sueldos. Son 300 familias las que dependen de uno. Empezaba el paro y no se sabía cuándo terminaba. Todos los meses faltaban 600 mil ó 700 mil pesos. Era ir a Buenos Aires a convencer a un ministro de que nos diera ese dinero. Deben haber creído que uno se lo robaba”, recordó. Según él, la clave para salir del pozo fue la reestructuración tributaria. “Hasta entonces había barrios que pagaban 9 pesos por mes, por lo que ni valía la pena enviar el cedulón. Fue una decisión difícil desde lo político pero valió la pena y es simple de verlo, porque están los ingresos diarios de caja que lo confirman”, detalló.
Ante la pregunta, especificó que actualmente está al día con los tributos cerca del 48% de los contribuyentes. “Falta mucho, se puede mejorar mucho”, admitió. ¿Por qué no pagan quienes no pagan?, se le planteó. “Los argentinos somos difíciles. Hay que estar llamando diariamente al vecino, mandarle intimaciones. Será tarea de Natalio incrementar los niveles de pago”, respondió.
– ¿Qué le dice la gente en la calle?
– Ando siempre y mucha gente me dice que hicimos cosas buenas. Tengo mucho recibimiento bueno. Cumplí el sueño de ser intendente y es una satisfacción para el resto de mi vida. Por supuesto que tengo que pedirle disculpas a los villanovenses porque hemos cometido errores, pero siempre fue sin mala voluntad. Siempre quise el progreso de la ciudad… y creo que la dejo de pie.
Cristina y Carlos Zannini
Cavagnero citó a Juan Domingo Perón y Raúl Alfonsín como líderes políticos que lo marcaron y remarcó que “se sigue hablando de ellos porque algo fuerte hicieron”. Luego recalcó la figura de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández. “Ayudaron mucho a la ciudad”, indicó. Ante la pregunta, reveló que nunca tuvo diálogo telefónico con la presidenta pero sí con Carlos Zannini, “una persona muy práctica”.
Sobre la derrota electoral en la ciudad, dijo: “Hemos ganado otras elecciones muy difíciles, pero no pudimos escapar a esta cuestión fuerte de la ola del cambio”.
Oposición y alcahuetes
¿Por qué no ha contestado pedidos de informes?, se le planteó. “Los únicos que llegaron a mi escritorio están relacionados con lo que se le pagaba por publicidad a periodistas y medios. Ese fue el gran problema que tuvo la oposición, que quería saber si respetábamos la Ley de Medios. No me llegó otro”, aseveró.
En tanto, dijo que no tiene “nada personal” con ningún dirigente de la oposición y que no visibiliza a nadie fuerte “porque la política es cambiante, pero dependerá de cada uno convertirse en un líder o no”.
Por otro lado, se le preguntó si tuvo alcahuetes. “Sí, pero no me dejo llevar por eso. Eso ocurre todos los días, pero si uno se deja llevar por lo que le cuentan te tenés que ir a tu casa el primer día”, confió.
¿No hubo uso electoral de las viviendas?
En un tramo de la entrevista, Cavagnero dijo que le hubiese gustado que el programa habitacional Techo Digno de barrio El Vallecito hubiese sido más ágil. Cuando se le preguntó si no hubo un uso del tema, aceptó que ahora analiza que nunca debió sortear las casas con anterioridad al inicio del plan. “Uno se deja llevar, porque cuando tenés el convenio firmado te apurás, pero resulta que no es tan rápido”, comentó.
¿Y lo social?
Ante la consulta, el intendente precisó que se otorgaron en sus mandatos 411 pensiones no contributivas. Resaltó que la ayuda social es diaria y constante. “Mi idea siempre fue no publicar. No se puede exponer a la gente. Se ayudó mucho de manera permanente en medicamentos, ante enfermedades, en pasajes a Córdoba para hacerse atender. El subsidio económico es diario”, afirmó.