Omar Catalán, aquel delantero que le dio a Racing Club de Avellaneda una de las mayores alegrías de los últimos 50 años, al marcar el gol de la gloria en la Supercopa 88, llegará hoy a Villa María para colaborar con la escuelita de fútbol Los Leones, que funciona en el barrio Industrial de la ciudad.
Así lo confirmó a EL DIARIO, Hugo Díaz, uno de quien lleva adelante el emprendimiento para “ayudar a los niños a salir de la calle”, junto a Ariel Ferreyra, Pablo Colazo, Gonzalo Sánchez, Valeria Bosco y Abigail Martínez.
La escuelita no sólo cuenta con niños del barrio que asisten para aprender fútbol, sino también da la copa de leche y colabora permanentemente para “enseñar valores y aconsejar para cuando entren a la adolescencia”, tal como expresó Díaz.
En ese sentido, Catalán llegará para “dar una mano” y jugará un torneo interno de fútbol que se realizará desde las 14.30 en la cancha de Deportivo Argentino, en el barrio Nicolás Avellaneda. Precisamente, en este barrio se encuentran seguido los “profes” de la escuelita para asistir a la Iglesia Cristiana Evangélica, que también colaborará para reunir alimentos no perecederos.
En ese sentido, se invita a todos los que deseen asistir al evento de hoy a llevar un alimento como ayuda para los más necesitados.
Será también una buena posibilidad de reencontrarse con Catalán, quien tuvo un final curioso en su carrera, ya que se retiró un año después de haberse consagrado en aquel histórico partido de la “Academia”, cuando convirtió el gol ante Cruzeiro, de Brasil, en el Mineirao.
“En ese momento no me dí cuenta de todo, pero cuando bajé del avión, los hinchas me empezaron a abrazar, lloraban y me decían ‘lo que hiciste lo vamos a recordar siempre’, y ahí lo sentí más”, supo contar Catalán, ante la prensa.