Rodeada de sus afectos, disfrutó su cumpleaños. Lúcida, recordó a la Villa María de antaño y destacó la ciudad pujante que tenemos hoy, precisamente, el lugar que eligió para vivir para siempre
Su nombre es Clelia Angela Caterina Boggio, pero todos le dicen “Nonita”. Desde ayer tiene 103 años y es la villamariense más longeva de nuestra ciudad.
“Son sólo 103” fue la frase que los familiares eligieron como eje del festejo que tuvo como escenario el Sport Social Club en el caluroso mediodía de la víspera.
Hasta el predio, cercano el río Ctalamochita, llegaron decenas de familiares de todas las edades para homenajear a la señora, a la confidente de toda la familia, a la que une a cuatro generaciones y que es un ejemplo de vitalidad y lucidez.
Cabe decir que Clelia Angela Caterina fue la única hija que vino desde Italia a los 8 años con sus padres que venían a trabajar al pequeño poblado villamariense, que en aquellos tiempos contaba con poco más de seis mil habitantes.
Luego de hacer la primaria en la Escuela Domingo F. Sarmiento (tiempo después se transformaría en la Normal Víctor Mercante de la Biblioteca Rivadavia) y de terminar el último año en la Escuela José Ingenieros, regresó a Italia nuevamente para terminar la secundaria en un colegio de Milán.
Luego, a los 19 años regresó con su familia a Villa María, para quedarse.
Con objetivos vitales diferentes y su adolescencia consumada, el amor logró que el destino de nuestra protagonista se ligará a la ciudad que crecía a la par del riel del ferrocarril.
Clelia, definitivamente villamariense, formó familia con Juan Manuel Estario, con quien tuvo tres hijos: Juan Carlos, Elba y Liliana.
Antes de casarse, la joven Boggio quería ser maestra de escuela primaria, pero en ese entonces las instituciones que formaban en magisterio eran escasas. La única posibilidad era viajar a Córdoba, pero las complicaciones para trasladarse pudieron más que los deseos de transformarse en educadora.
De todos modos, y a pesar de que su ilusión de ser maestra quedó en el tintero, hizo de su hogar una escuela y hoy sus hijos y descendientes reconocen las enseñanzas de la “nonita” más que centenaria.
Entre las numerosas anécdotas que surgieron en el encuentro de ayer, una de las más notables que compartió la cumpleañera fue la que develó que a su hija menor la “trajo al mundo” el doctor Amadeo Sabattini.
Actualmente, la gran familia de Clelia se completa con 10 nietos y 13 bisnietos (que la acompañan en la foto que ilustra esta nota).
Apasionada por la lectura, los crucigramas y las cosas de actualidad, tanto política como deportes o moda, le gusta hablar más de actualidad que de lo pasado. dando muestra de su lucidez y vitalidad.
Entre sus predilecciones, Clelia se vuelca por las novedades políticas de Italia y el mundo.
Avida por informarse, nutre sus puntos de vista con cuanto material noticioso caiga en sus manos.
Clelia nació el 2 de diciembre de 1912 en Rosasco, una pequeña localidad de la provincia Pavia, en Italia, y la vida la trajo, la llevó y la volvió a traer a orillas del Ctalamochita para que Dios le permitiera formar una hermosa y gran familia que, como ella dice, la llenan de amor y felicidad.