El desarrollo territorial sólo será posible si existe un ida y vuelta entre decisores, funcionarios y actores que intervienen en el territorio; así lo analizó el especialista español Francisco Alburquerque, quien disertó en la UNVM en el marco de la «Prejornada de Desarrollo Local y Regional»
Desarrollo implica la idea de avance, un plan superador y sustentable que contenga a todos los actores. A partir de una visión estratégica sobre la temática, la Universidad Nacional de Villa María (UNVM), a través del Instituto de Ciencias Sociales (IAPCS), cuenta en su oferta académica con la Licenciatura en Desarrollo Local y Regional. Y en ese marco convocó para reflexionar sobre el tema al especialista español Francisco Alburquerque, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y licenciado en la Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid.
En una entrevista con Prensa de la UNVM brindó algunos de sus pensamientos en la materia:
–¿De qué hablamos cuando decimos “desarrollo territorial”?
-Cuando se alude al término “territorial” para acompañar al de “desarrollo”, se lo hace para bajar el discurso abstracto de lo que significa referirse, por ejemplo, al Producto Bruto Interno (PBI), a la inflación, al déficit en una determinada comunidad. Es imprescindible tener en cuenta la existencia de una cultura, hábitos, organización social, política y medio ambiente específicos. Es importante darle al “desarrollo” todas sus dimensiones porque es más que una alusión al crecimiento; tiene en cuenta la distribución, ya que las posibilidades de vivir mejor dependen de cómo se distribuye. En el caso de territorio es necesario decir que es mucho más que tierra, porque alude a recursos naturales, a gente, a población.
–¿Existe un auge de la temática en la agenda política y mediática?
-En un país tan grande como este o en uno tan chiquito como El Salvador, las decisiones que se toman desde el nivel central no pueden ser sino genéricas. Sin embargo, la gente vive en situaciones concretas; no es lo mismo Catamarca que San Martín de los Andes ni Misiones, por ejemplo. Entonces esas peculiaridades requieren de formación de recursos humanos específicos e intervenciones tecnológicas y del medio ambiente adecuadas.
Considero que hay una ineficacia de las políticas públicas de carácter centralista, que se va imponiendo casi como sentido común. Es un esquema muy vertical desde donde se bajan líneas, pero no se suben.
Hace falta una especie de coherencia o complementariedad entre las políticas que se definen desde arriba y las estrategias que se construyen desde abajo. Asimismo creo que sería importante transversalizar la temática en la formación de los profesionales de la Comunicación.
–¿Cuáles son las temáticas que preocupan en materia de desarrollo y los desafíos hacia el futuro?
-Estamos en lo que se conoce como una “sociedad del conocimiento”, el recurso más importante es la capacidad de aprendizaje de la que se dotan los territorios.
Para aprender es necesario poner en diálogo a dos tipos de conocimiento. Uno que se llama “codificado” y es el que está en los manuales, en las instituciones educativas, es lo que sería la educación formal y hay otro que es tácito, contextual, el aprendido de la práctica. Ese está enraizado en las características de cada territorio y sólo puede accederse a él cuando hay un encuentro entre los que hacen la práctica productiva y aquellos que tienen algunas ideas para poder ayudar. Hoy se habla de investigación-acción donde, si bien ninguno tiene todas las respuestas, el mismo hecho del encuentro activa un sistema local interactivo.
Asimismo, los territorios, si son capaces de capitalizar ese espacio de encuentro, empiezan a tener un sistema de innovación clave para el desarrollo. Como desafío considero que debemos tener estrategias que sean “cada vez más verdes y sustentables”, incorporar estas nuevas formas de producción sería una revolución. No podemos apostar sólo a la energía nuclear, hay que aprovechar las horas de sol, hacer una reconversión energética, ése es un gran tema que, junto con el organizativo y el del conocimiento debemos combinar, si no, estamos condenados a repetir un patrón de producción y de consumo insustentable.