Ingeniero en sistema y magíster en dirección de informática, Marcelo Paris trabajó buena parte de su carrera en Buenos Aires desarrollando aplicaciones para Arcor. Desde que volvió a su ciudad, además de tener su propia empresa (Holon Software) es docente de la UNVM y la UTN. Habló del desafío de ingresar en el ámbito académico y reinventarse como emprendedor desde el interior
Cuando Marcelo decidió volver a Villa María en 2005 tenía muchas dudas laborales, pero una gran certeza: recuperar la calidad de vida junto a su familia tras una temporada en el “infierno porteño”. Sin embargo y a pesar de haber trabajado de manera intensiva durante años para una macroempresa, decidió proseguir en la parte privada con su propia consultora, la “Holon Software”. Igual, los comienzos no fueron fáciles. “Me costaba mucho conseguir gente para armar un equipo de trabajo -comenta. La ciudad no tenía el recurso humano que se precisa en nuestra empresa y asumí el desafío de reinventarme como emprendedor tecnológico desde el interior. Sin embargo, las casualidades me depararon algo maravilloso”. Y Marcelo cuenta cómo, ese mismo año, se produjo su ingreso en la docencia. “Resulta que Luis Nanni, director del Ensamble de la UNVM, me avisó de un concurso docente en Programación Avanzada, justo mi especialidad. Era en el cuarto año de la Licenciatura en Informática. Así que me presenté y por suerte pude entrar. Me dije que era el momento justo de devolverle a la educación pública algo de lo que me dio…”.
-Sin embargo, a pesar de la UNVM, continuaste con tu proyecto empresarial…
-Sí, porque “Holon” es lo que me da de comer. Pero como te dije antes, me encontré con la dificultad de poder trabajar desde una ciudad que no es un referente tecnológico, aunque sí educativo. Mi trabajo consiste en proveer aplicaciones para web y celulares a la ciudad de Buenos Aires, así que comencé a formar recurso humano tanto desde acá, tanto en la Universidad como entre la gente que hace pasantías en el estudio.
-¿Cuál creés que será el rol de la universidad en el futuro desarrollo regional?
-Es, justamente, uno de los temas que más me preocupa. Creo que las universidades jugarán un rol decisivo a la hora de traer conocimiento y dictarlo de forma actualizada. El otro gran desafío es que el recurso humano que formemos no emigre a Córdoba, Rosario o Buenos Aires, como siempre termina pasando.
Por una ciudad sin fuga de cerebros
-¿Y qué se necesita para que los informáticos se queden en la ciudad?
-Básicamente tomar una serie de decisiones difíciles pero muy necesarias desde la universidad. Una de ellas es crear propuestas acadadémicas acorde a las necesidades locales. La otra es mantener la excelencia. En la UNVM, por ejemplo, se están reformulando programas para formar técnicos en dos años con insersión laboral inmediata, ya sea en las TICs o en la industria. Esto será muy positivo. En informática, las decisiones que tomás tienen impacto recién en 5 años. Por eso los responsables deben tener mucha visión de futuro, ser ágiles y sobre todo muy responsables. Es un desafío enorme que requiere de un alto compromiso social.
-¿Cuáles son las necesidades regionales en materia tecnológica?
-Innovar y hacer transferencia desde la universidad al sector productivo. Hoy las TICs están cambiando la manera de hacer negocios en el mundo y las tecnologías tienen tanto impacto que pueden cambiar las reglas del juego de un día para otro. Eso se va a extender a todos los sectores de venta de productos y servicios de nuestra ciudad también. El empresariado villamariense tiene que apostar a la inversión de tecnología local.
-Además de docente y empresario, participás del Custer TIC Villa María y Región…
-Somos un grupo de 14 empresas locales que producimos servicios orientados a software y ejecución de proyectos. Tenemos la problemática de cómo hacer crecer el sector en la ciudad. Y para eso debemos seguir el ejemplo del Cluster de Córdoba, donde el ecosistema TIC es enorme. Salvo dos empresas villamarienses asociadas a Córdoba, las restantes somos pequeñas y tenemos necesidades diferentes. Estamos en el primer año de gestión solventándonos con aportes de privados. Pero esto va a crecer. La informática es una industria que se reinventa cada 5 años; y una empresa que hoy está arriba mañana puede ser desplazada por otra absolutamente desconocida. Todo depende del recurso humano que formés y de la seriedad conque trabajés en desarrollo.
-Volviste a Villa María para quedarte ¿Cuáles son tus expectativas para con la ciudad?
-Mi sueño es que Villa María se convierta muy pronto en polo tecnológico nacional. Pero para eso tenemos que trabajar de forma conjunta articulando la academia al sector privado y la universidad. Hoy, para darte un ejemplo, Tandil es un referente nacional ¿Por qué Villa María no podría serlo también, si tenemos dos universidades, una calidad de vida maravillosa y además la fibra óptica? Quisiera ver dentro de poco el mapa tecnológico argentino con un “pin” clavado en este puntito rojo, justo encima del río Ctalamochita…
Iván Wielikosielek