En encuentros semanales, trabajaron con estudiantes y profesores para generar reflexiones acerca del rol de cada uno en la escuela
«CoInspirando» surgió como idea final del Programa Amartya Sen 2014, que contó con el respaldo del Centro de Responsabilidad Social (CRS) de la Universidad Nacional de Villa María.
El proyecto aterrizó en el Colegio Nacional, más precisamente en el aula de 4º año «B» de Ciencias Sociales, con dos líneas de trabajo establecidas. Por un lado, los adolescentes, y por otro, los profesores.
«Los objetivos principales fueron que los profesores pudieran reflexionar sobre el rol transformador que tienen desde su trabajo en el aula y que los chicos pudieran aumentar su confianza, estar motivados», comentó Soledad Perona, una de las integrantes del equipo, conformado además por Eliana Juárez, Agustín Serenelli, María Virginia Tamagno, Adriana Bleger y Emanuel Caro, todos bajo la coordinación de Cledis Peccoud, titular del CRS.
«Buscamos que mejoren las relaciones entre profesores y alumnos, que ambos pudieran entender que en la escuela no estaban de paso, sino que la educación es un elemento valioso», explicó Adriana.
Las reflexiones con los chicos
Durante el año, el equipo de CoInspirando trabajó en encuentros semanales con los chicos. En ellos, motivaron la reflexión de los adolescentes, desde el pasado, presente y la perspectiva hacia el futuro. «Al principio los encontramos resistentes, con muchas dudas de para qué estábamos nosotros ahí, pero después se forjó un vínculo interesante, basado en la confianza, e finalmente se lograron reflexiones muy buenas», dijo Adriana. “Con los chicos tuvimos muchos retos porque de forma constante nos interpelaban para que les demos respuestas a sus preguntas”, explicó Eliana.
Entre las reflexiones que propiciaron desde las dinámicas de trabajo, hicieron foco en las habilidades, necesidades, motivaciones y aspiraciones de los chicos, además de incentivarlos a preguntarse sobre su propio entorno, la escuela, la familia, la relación con los profesores.
Uno de los resultados finales fue la limpieza y la tarea de «embellecer» el aula donde todos los días tienen sus clases. Fueron los chicos y algunos profes los que decidieron cambiar su entorno diario donde pasan varias horas.
El trabajo con los docentes
«Fue más arduo. Encontramos resistencia a cambiar la mirada, sobre todo acerca del rol del docente y de entender a los alumnos como agentes de cambio», comentó Agustín».
El trabajo con los profesores estuvo a cargo de varios profesionales del campo de la psicología que trabajan en motivación, liderazgo y coaching emocional, aunque desde el equipo reconocieron que «hacia el final del trayecto, cuando fuimos nosotros mismos los que establecimos un vínculo más directo con los profesores, fue el momento en el que surgieron mejores resultados», aseguró Eliana.
El equipo ya piensa en una nueva edición del proyecto para 2016, cuando comience el ciclo lectivo en el Nivel Medio. Para esto, es esencial que puedan contar con el aporte de organizaciones que los ayuden a seguir adelante, ya que este año el trabajo fue «a pulmón». Así, cerraron un año donde más allá de los resultados prácticos del proyecto, encontraron un mensaje claro: los adolescentes necesitan de adultos que los comprendan como agentes de cambio.