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El valor de ser por los demás

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El valor de ser por los demás
Un tipo especial. La vocación, la sensibilidad del manejo de grupos, pensar siempre en el otro y darlo todo por un objetivo caracterizan a Luciano Pereyra
Un tipo especial. La vocación, la sensibilidad del manejo de grupos, pensar siempre en el otro y darlo todo por un objetivo caracterizan a Luciano Pereyra
Un tipo especial. La vocación, la sensibilidad del manejo de grupos, pensar siempre en el otro y darlo todo por un objetivo caracterizan a Luciano Pereyra

Profesor de Historia. Presidente de un club de baby fútbol. Entrenador. Arquero. Escritor. Muchos roles describen al reconocido villanovense Luciano Pereyra a quien, esencialmente, hay que describirlo como un emprendedor “constante… y muy terco”, según sus palabras.

Es por eso que, en medio del calor infernal del verano, transita sus tardes en la construcción de la cancha del Club Deportivo América, cuya finalización es el sueño que hoy por hoy lo desvela. En dicha entidad del fútbol infantil encabeza la Comisión Directiva desde el año pasado, pero se considera “un padre más”, sin magnificar su función.

Igualmente, sumado a la construcción del campo de juego propio, ubicado a la par de las recientemente inauguradas 50 Viviendas en la vecina ciudad, recorre los diferentes organismos oficiales, “soporta” con gusto los tiempos burocráticos. Todo sea por cumplir “uno de los objetivos” que se planteó, con el resto de la Comisión, en la gestión que puso en marcha en los primeros días de mayo del año pasado.

La finalización de la cancha, prevista para lo que será el punto de partida de la temporada 2016 del baby fútbol, era el principal tema de una charla que se extendió y tomó diferentes rumbos, que incluyó la faz dirigencial, la actualidad de los clubes, con los cuales está muy encariñado por sus etapas en los mismos, y demás tópicos que rodean al deporte que apasiona a todos, sea en el rol que sea.

 

“Objetivos claros”

En primer momento y apoyados sobre una Ford F-100 de otro joven compañero “de la Comisión”, que utilizan para cargar y llevar los materiales de un lado a otro (un hábito de todos los días), Pereyra describió el comienzo de su gestión en América y de todo el proceso hasta la actualidad: “El club había quedado acéfalo, por lo que hicimos una asamblea de padres y conformamos la nueva Comisión Directiva, a finales de abril y comienzos de mayo del año pasado, y nos planteamos tres objetivos claros: obtener la documentación definitiva del predio, tener la personería jurídica y la cancha para en 2016 ser locales, de una vez por todas”.

Por lo que explicó: “Decidimos dejar los ingresos de bufé y entradas para los costos de liga, técnico y demás gastos. Y todo lo que era eventos destinarlo a la cancha. Por lo tanto, después de muchas idas y vueltas, logramos la ordenanza de la Municipalidad, firmamos el comodato con el intendente saliente (Guillermo) Cavagnero para que este lugar pertenezca al club mientras exista el baby fútbol y cumpla la función de la contención socio-deportiva de los chicos”.

“Finalizado con eso, arrancamos con el tema de la personería jurídica, que creo somos el único club de Villa Nueva que la tiene (-muchos lo iniciaron, pero nadie lo continuó-). A eso ya lo tenemos listo y empezamos a efectuar los trámites en AFIP, en Rentas, gestionamos el número de CUIT y ya en estos días tendremos el facturero para poder, por ejemplo, vender alguna publicidad y, principalmente, justificar los ingresos que tiene el club”, amplió.

“Y el tercer objetivo fue la cancha que, si bien algo se había hecho, tuvimos el inconveniente que volver a empezar de cero. Desde mayo estamos abocados en esto, comenzamos marcando 100 metros de cimiento y ya tenemos casi la mitad de la tapia hecha, mientras que en la otra mitad están hechos los cimientos y encadenado. Realizamos el nivelado del terreno, el cavado de la zanjas (agradezco en este punto a Juan Ramírez y la Cooperativa de Agua de Villa Nueva) y la colocación de las columnas a través de un gran aporte de CIMA Estructuras con la gestión de Dardo Carranza”, añadió y redondeó que “con algunos eventos, la fiesta de fin de año y el sorteo de una moto pudimos seguir comprando ladrillos, los postes para el alambrado y el tejido olímpico propiamente dicho”.

“Muchos fueron con recursos genuinos, pero contamos con el aporte de 500 ladrillos de los chicos del Colegio Nacional, a través de la profesora Paola Macario y exjugador del club, Nicolás Del Sole, y después la Peña ‘Villa Nueva en Boca de Todos’, que preside Marcelo Del Canto, también nos brindó una donación. A su vez, a El Santo, que estamos en la misma de construir la cancha, le compramos algunos postes que le sobraron”, agradeció y remarcó que “en mano de obra hemos pagado, pero muy poco, luego es entre todos nosotros o algún abuelo que se sumó”.

En tanto, indicó que “la idea es que en estos días tengamos todo el tejido listo, la bajada del agua y un baño químico, para poder entrenar acá a partir del lunes. Después, si EPEC nos hace la bajada de la línea, ya en marzo podremos tener la luz para comenzar a ser locales acá, en la cancha propia”.

“En todo es presentar documentación, papeles, muchas cosas que hacen demorar un poco todo… De igual manera, de a poco se va logrando lo que se planteó. El otro día, viendo fotos, me di cuenta de lo mucho que se ha logrado en tan poco tiempo y eso a uno lo enorgullece”, reconoció.

Para Pereyra, además, “es difícil incentivar a los padres; seguro que sería mucho más fácil si la familia estuviera cerca, pero es algo que sucede a nivel general, en todos los clubes. No lo ven como una inversión a largo plazo para la educación de los chicos. Siempre en la semana se acerca algún padre, pero no somos más que cuatro o cinco”.


“Siempre fui muy constante”

Ante esto llegó la consulta de qué lo impulsa a estar haciendo mezcla o cargar ladrillos en plenas vacaciones y no estar disfrutando el tiempo libre. “Realmente no lo sé. Mi señora está en la Comisión y por ahí lo entiende. Lo que sí sé es que si me pongo un objetivo lo cumplo. Y por eso creo que hoy estoy acá, en la siesta, trabajando en la cancha. Siempre fui muy constante y más cuando tenés obstáculos o te dicen que no”.

Por lo tanto, más allá de todas las funciones que rodean su vida, reconoce que tal vez “me falta tiempo para mi familia. Sin dudas que es difícil, pero me lo hago al tiempo de poder estar en todo. Es algo que lo tengo de chico, desde la Escuela del Trabajo, donde era ir mañana y tarde y después ir a jugar al fútbol. Esta última mitad de año dejé de jugar, pero ahora quiero volver porque dejaría la parte de técnico”. “Considero que a los tiempos uno se los puede hacer. Depende de cada uno y las ganas, pero también depende de los horarios laborales de cada uno. En mi caso tengo la suerte de trabajar en lo que me gusta y con la flexibilidad de horario de poder hacer otras actividades”, manifestó.

Con todo esto, recalca que no busca reconocimientos, sino el valor de que, en un futuro, un chico lo cruce en la calle y diga “este tipo laburó por el club”. Es que subraya que “las instituciones están por encima de los nombres. En esto sólo va a quedar el recuerdo de que cada chico que está hoy en el baby vea lo que uno hace, trata de realizar y trabaja. Creo que esa es la mejor carta de representación. Que un chico, el día de mañana, te señale en la calle y diga ‘este tipo laburó por el club’. Nada más”.

“Mi intención -fundamenta- es estar los dos años que sería la gestión por el estatuto y que después se renueve la Comisión para que surja gente nueva. Esa es la idea. El tema es que es complicado comprometer y mucho más cuando hay una legalidad de por medio, porque el club es una asociación civil y eso por ahí los asusta un poco. Pero la personería jurídica simplemente es para organizar de la mejor manera al club, para que los números estén claros, que nadie haga ningún comentario y para que cuando uno se vaya diga ‘acá, esto, este es el patrimonio que recibí y esto es lo que dejamos’. Nada más, es simplemente eso”.

Y redondea: “Mi participación política la hago a través del club. Hacer política no es sólo partidario, sino que lo podés hacer a través del deporte, la cultura o la educación. Es nuestra participación en la sociedad. Además, en este caso es un cable a tierra y a la vez algo que uno le puede dejar a sus hijos”.

 

El legado

En otro punto de la rica charla Pereyra destacó, con melancolía y cariño, a su papá, de quien remarca que en Central Argentino “hacía de todo porque eran sólo cuatro o cinco”; es que afirmó que “si acá tuviéramos fondos, todo sería mucho más fácil, pero estamos acostumbrados a estas realidades porque es algo que mamé de chico con mi viejo, en Central Argentino…”.

“Uno se crió con esto y decía que no lo iba a hacer, pero ahora estoy en la misma y tal vez me pasará lo que les pasa a todos: lo haré hasta que me canse. Eso le paso a mi padre, quien en un momento dijo ‘hasta acá llegué’, porque en los años que estuvo en el club hacía prácticamente de todo”, describió y que esa enseñanza “es toda una cuestión que uno trata de inculcar. En lo personal, siempre digo que a ese impulso lo tengo también por la docencia, que nos permite que, con todo en contra, sigamos intentando cambiar el mundo”.

 

“El fútbol se alejó de lo académico”

Muchos ribetes se desprenden de la realidad del fútbol local, en todos los sentidos, esencialmente en el dirigencial, aspecto que hoy le toca de cerca a Pereyra, quien, en ese sentido, consideró que “si apuntalamos de que no hay compromisos desde los padres o de las instituciones para apoyar a estos tipos de proyectos, uno ve lo difícil que es. Y así denotan todas las carencias y es algo que se refleja en todos niveles. Lamentablemente el fútbol, como sabemos, es un negocio y se alejó de lo académico. Por eso es importante que proyectos o ideas se sigan gestando, como el que hace la Universidad en el plano local. Creo que en el momento que un curso de técnicos no pasa por una unidad académica, lo está diciendo todo”.

“El fútbol, en ciertos aspectos, debiera copiarle a otros deportes, como el básquet, que no sólo realiza capacitaciones deportivas, sino dirigenciales, que es lo que le está faltando al fútbol”, añadió.

Para “Lucho”, además, “no puede ser que no haya jugadores de fútbol representando a ligas o clubes. No puede ser que un jugador de fútbol se retire y no vea un futuro más allá de lo deportivo. Además, salvo que tengas un hijo, al futbolista le cuesta volver a sus orígenes, que es el baby, y tal vez porque la vida misma lo lleva a otros desafíos, pero también es porque no hay una conciencia de generar dirigentes o colaboradores para las instituciones”.

Y, en un punto de vista sociológico, describió: “Hace algunos años publiqué un libro del Club Alem, es decir, un cuadernillo donde busqué transcribir todo lo que se desconocía vox pópuli y que no estaba escrito. Y cuando investigaba noté que el club había perdido lo primordial, que es la función social. Un club no sólo hace fútbol. Siempre digo en qué lo puede perjudicar a Alem no ganar uno o dos años un título, si todo eso significa rearmar todas las divisiones inferiores y toda su infraestructura como institución.

“En los últimos 20 ó 25 años, en estos tiempos globales, hubo una deconstrucción de lo que son las responsabilidades sociales y del compromiso de participar paralelamente en una institución socio-deportiva. Y en eso obviamente van de la mano algunas características de la posmodernidad como el materialismo, individualismo, egoísmo y consumismo, que hacen que las personas vean en lo efímero o en lo más cercano una felicidad espontánea, que al final se va rápidamente. Y por eso creo que la realidad de los clubes es una consecuencia de lo que vivimos como sociedad”, enfatizó.

 

Un anhelo “rojo”

Días atrás, a través de las redes sociales, Pereyra escribió un relato de una hermosa anécdota que vivió en Central Argentino, una de las principales entidades deportivas de la ciudad que, desde hace un largo tiempo, se alejó de la actividad futbolística. Por lo que reconoció que “reflotar el fútbol” del “Rojo” es algo que le hace cosquillas en su interior.

“Algunos amigos y exjugadores del club me expresaron que, una vez cuando termine con mi etapa del baby, busquemos reflotar el fútbol en Central Argentino. Sin embargo, eso es otro nivel, necesitas más gente, pero qué bueno sería volver a ver al club haciendo fútbol. Es un despropósito y no se entiende que hoy no se haga, porque no sólo desapareció el fútbol en Primera y Reserva, sino también el de inferiores y baby con la infraestructura que hay. De igual manera, no puedo juzgar a los dirigentes porque no conozco la realidad institucional del club”, manifestó.

“En lo personal, seguramente, anhelo que Central Argentino vuelva a hacer fútbol y me gustaría participar de ese proyecto porque la mitad de mi vida estuve en ese club, por más que al ser de Villa Nueva un poco me identificaban con Alem. Jugué en Central desde los 10 hasta los 24 años. Ojalá podamos volver a ver al ‘Rojo’ en la Liga. Es una cuestión de sumar voluntades. Y esperemos que se haga realidad porque con intenciones no se logra nada, simplemente hay que ponerse a trabajar”, remarcó.

Como cierre, sostuvo que “cada uno tiene que colaborar en donde mejor le salen las cosas” y destacó, en forma de ejemplo, que “muchos excompañeros, como aquel plantel de Alem que logró el bicampeonato y luego el Provincial, del cual se van a cumplir 10 años este año, estén incursionando en la dirección técnica y dejando un poco de lo que saben, es muy gratificante y además uno siempre trata de estar en contacto con ellos porque cada día vas aprendiendo cosas nuevas”.

“Considero que el ‘Chopo’ va en camino de ser uno de los mejores técnicos de la Liga y en Playosa, más allá de un mal resultado en los cruces, demostró todo lo que sabe y lo que representa en los grupos. Y lo de Pablo Suárez es algo que tenía que darse en algún momento. Se merece largamente dirigir a Alem y creo que le va ir muy bien porque es del riñón del club, conoce al jugador del club y sobre todo lleva a la institución en el corazón, que es lo más importante”.

 

Cómo ayudar

En pos de dar ayuda de todo tipo para la construcción de la cancha de Deportivo América pueden hacerlo a los teléfonos 154234701 (Luciano Pereyra, presidente) o 154271261 (Gisela Maldonado, tesorera).