Dentro de la batucada, formada hace pocos meses, la consigna es que mientras se practica, no se consumen drogas ni alcohol
Mientras los primeros repiques y redoblantes suenan en la tórrida tarde, los chicos del San Nicolás comienzan lentamente a congregarse para la práctica diaria. Son niños, adolescentes y jóvenes que comparten una misma pasión: la de formar parte de la batucada Libres y Locos, formada hace pocos meses en medio del fervor político que llevaba a los candidatos en campaña hacia los barrios más periféricos de la ciudad.
Como superan holgadamente en número a los seis instrumentos con los que cuentan, por ahora deben turnarse para tocarlos, pero el intervalo no les hace perder el ritmo que crece, contagia, invade y se fusiona con el aire del San Nicolás.
“La batucada nació en medio de un proceso electoral. En ese momento visitamos el barrio San Nicolás, conocimos a los chicos y les prometimos que íbamos a volver porque en los procesos electorales los sectores más castigados por la pobreza son los más manipulados. A través de una de las referentes barriales nos enviaron un mensaje diciéndonos que querían formar una batucada y volvimos aquellas personas que estábamos en campaña y que además participamos de organizaciones sociales, como la Mutual Oñativia, UTEM y el Centro Cultural Pinceladas de Colores”, explica Nora Landart, en representación de la entidad mutualista.
“Comenzamos a venir y a reunirnos con los chicos, le solicitamos al Grupo Gesta la donación de algunos instrumentos para empezar a ensayar y donó los primeros que participan en la batucada”, agrega.
“Es un proceso lento, pero lo más importante es lo que ellos han podido lograr como grupo con sus dos referentes, que son Lucía y Daniel”, señala Landart, quien reseña que en su corta vida, la batucada ha participado de marchas, en la Medioteca y en actividades de extensión del Inescer, entre otras cosas.
“Vamos trabajando y construyendo juntos, nuestro objetivo primordial es que los chicos tuvieran un espacio donde pudiesen disfrutar de una actividad cultural en un espacio sano, saludable, porque hemos acordado que mientras se ensaya no se consume ni alcohol ni sustancias”, revela luego.
“El gran objetivo es tener un instrumento para todos, hoy sólo tenemos seis y tres más que están en fabricación para sumarse, pero hay 30 chicos que vienen con intenciones de participar, con edades que van desde los ocho hasta los 18 ó 19 años. Los más grandes, que son los de más experiencia, son los que marcan el ritmo”, dice la integrante de Oñativia.
“En el barrio, más allá de Pinceladas de Colores, no hemos tenido la disposición de organizaciones de base como, por ejemplo, el centro vecinal, de prestarles un lugar para ensayar en el invierno o cuando llueve, esperemos que este año podamos hacer un trabajo integrado”, expresa, esperanzada.
Una experiencia muy positiva
“Este es un barrio muy marginado. Los chicos querían tocar, hace nueve años atrás habíamos tenido la experiencia de una comparsa con otros chicos y ahora querían armarla de vuelta”, relata por su parte Lucía Morales, una de los dos referentes barriales que acompañan esta iniciativa.
“A mí me gusta ayudar a los chicos, que estén bien, que se sientan apoyados y ellos están entusiasmados y han salido un poco de las drogas. La consigna es no consumir mientras se practica, entonces eso los ha ayudado a salir un poco de las adicciones, ya no se ven tanto como antes”, asegura.
“En cuanto al comportamiento, se portan bien, no tienen problemas, son chicos sanos que necesitan ser estimulados, hace falta hablarles, ayudarlos, comprenderlos”, agrega.
“Ellos se sienten bien integrando la batucada porque les gusta ir al centro a tocar, que la gente los reconozca y los aplauda, y que vean mejor al barrio porque es muy marginado. Esto ha sido muy positivo hasta ahora”, afirma Lucía.
“Aparte de la ayuda que ya recibimos, se necesita más, no sólo instrumentos, sino también un lugar donde practicar en los días de mucho calor en verano o cuando hace frío en invierno o cuando llueve. Pedimos ayuda al presidente del barrio, Luis Reinoso, y nunca nos ayudó. Le solicitamos su colaboración para hacer una matiné en el centro vecinal para juntar fondos y nos quiso cobrar el alquiler”, se quejó.
Un espacio de contención
“Armamos esta batucada porque veíamos a los chicos que se juntaban en una esquina a consumir drogas o alcohol, peleaban, siempre había problemas, y para que en vez de estar arruinándose la vida ellos mismos, tenerlos ocupados o entretenidos en algo. Pensamos que sería bueno que ese tiempo que estaban juntos lo aprovecharan para aprender y se entusiasmaran para llegar a competir”, indicó Daniel Ludueña, el otro referente barrial.
“Propusimos con Lucía armar una batucada y ellos dijeron que sí, pero no teníamos instrumentos, ahora los tenemos y pensamos hacer cosas para el año que viene poder tener trajes para competir en Villa Nueva”, adelantó.
“Esta fue una forma de rescatar a los chicos de las adicciones, este es un espacio de contención. En este corto tiempo que lleva la batucada hay una mejoría, se ha visto en los chicos el entusiasmo, quieren salir a tocar fuera del barrio”, remarcó.
“Cuando la gente los ve y los escucha, como tocan lindo se acerca a preguntar de dónde son, entonces ahora los chicos quieren tener remeras que los identifiquen y que se sepa que hacen algo lindo, ya que está tan mal visto el barrio”, apuntó.
“Quisimos hacer una matiné para recaudar fondos, había gente conocida que nos iba a ayudar con el sonido gratis y le pedimos el salón del centro vecinal para hacerlo, pero el presidente barrial nos dijo que lo alquilaba, aunque le explicamos que era un evento creado para conseguir fondos para comprar más instrumentos y, en definitiva, ayudar al barrio”, dijo, coincidiendo con Lucía.
“Nunca hubo un acercamiento para colaborar con esta iniciativa que es para ayudar a los chicos, contenerlos o recuperarlos. Queremos que el barrio salga adelante, sacando a los chicos de la droga, de las peleas”, insistió Daniel.
Finalmente, recordó que necesitan más instrumentos y un espacio físico para practicar y para hacer eventos con el fin de recaudar fondos. Si alguien quisiera realizar una donación, puede comunicarse con los teléfonos 3535652537 (Lucía) o 0353-154067302 (Daniel) o bien puede dirigirse a la calle Pierantonelli 45, en el barrio San Nicolás.
Finalmente, Daniel aclaró que para evitar malos entendidos, no reciben dinero.