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Viaje a la España de Lorca en las butacas de una sala pullman

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Viaje a la España de Lorca en las butacas de una sala pullman

El Elenco de Teatro Independiente de Villa María (ETI) se despidió anoche en el Leonardo Favio con “La casa de Bernarda Alba”. Tras 15 funciones en seis meses, llevarán la obra al Festival Molinos de Arte de Chile. Su director Walter Stäuble y la actriz principal Eliana Rojas hablaron del desafío de representar a García Lorca y pasar de la comedia al drama

P20- Walter Stauble y Eliana Rojas
Sentados en el silencio de una sala vacía, Walter y Eliana parecen estar a punto de viajar muy lejos. De hecho, las butacas vacías de la sala Jorge Bonino en el “Favio” parecen las de un inmenso coche pullman, una nave diseñada para atravesar el tiempo, el espacio y las culturas. Y adentro de ese teatro volador irán no sólo hasta “el Chile del presente”, sino también (y sobre todo) a la España del pasado, a esa tierra “yerma” asolada por el franquismo donde en 1936 García Lorca escribía “La casa de Bernarda Alba” y era fusilado por el régimen en Granada, su Granada. (Cualquier similitud con Argentina 40 años después y la Junta Militar asesinando a Rodolfo Walsh y Haroldo Conti no es una mera coincidencia). Lo cierto es que Walter y Eliana están sentados como a punto de despegar. Y vistos de espaldas con sus rostros vueltos hacia atrás, parecen, también, sentados en una carroza para moverse por las tortuosas calles de un pueblo andaluz. Y así, bajo este clima de “invitación al viaje” y a pocas horas de la última función villamariense de “La casa de Bernarda Alba” comienza esta charla que, por cierto, no es solamente sobre teatro, sino sobre la vida, esa representación en “tiempo real” del humano drama de existir.

De la Villa a Granada con un guión y diez mujeres

Bernarda Alba y su hija mayor, Angustias, en el centro de la escena
Bernarda Alba y su hija mayor, Angustias, en el centro de la escena

-¿Cómo es que decidieron hacer “La casa de Bernarda Alba”?

Walter: -Me enamoré de la obra por un radioteatro que había hecho mi amigo, el locutor Javier Arenas. Lo había grabado en audio con un elenco de varios actores y cuando me pasó la copia me enloquecí. De esto hace unos años ya. Entonces compré el libro y, cuando lo cerré, me dije “algún día tengo que dirigir esta obra”. Así que el anteaño pasado lo hablamos con Eliana y ella estuvo de acuerdo. Empezamos a ensayar a fines de 2014 y tuvimos la suerte de armar un elenco brillante, con diez actrices nacidas y formadas en Villa María que son de primer nivel. Un orgullo.

Eliana: -Hacer esta obra fue un verdadero desafío porque con el ETI estábamos haciendo nada más que comedia. Pero Walter quería volver al drama e incluso me dijo que yo necesitaba de algún modo reinventarme, porque en la ciudad todo el mundo me conocía como comediante.

– Bernarda Alba es una viuda que tiene cinco hijas y no las deja salir por su propio luto, porque aborrece que sean libres y para casarlas vírgenes. El argumento es de otra época, pero sigue fascinando al público del presente. ¿Por qué?

Walter: -Yo creo que la actualidad de la obra se debe a que Bernarda no solamente encierra el conflicto de la virginidad y la manipulación de las hijas, sino que toca de manera muy profunda el tema de la libertad. Si la obra nos parece desfasada en el tiempo, es porque Lorca la escribió en plena España franquista, en un contexto donde la censura y la prohibición estaban al orden del día. Lorca toma una historia real de unas vecinas de su ciudad, una mujer que quedó viuda con cinco hijas y tras reprimirlas durante años produjo que la mayor se ahorcara.

Diálogo entre dos hijas de Bernarda Alba
Diálogo entre dos hijas de Bernarda Alba

-¿Las cinco hijas simbolizan la sangre joven que quería huir de esa España?

Walter: -¡Claro! La obra habla exactamente de esa sangre joven y de cómo la libertad quedó encerrada bajo llave, a la tutoría de una madre dictadora en donde lo sexual está reprimido todo el tiempo. Hay un simbolismo tremendo en la escena del caballo que golpea las paredes porque quiere agarrar a las yeguas del establo. Y Bernarda dice a los gritos: “¡Guarden a las potras que este caballo va a tirar la casa abajo”. Si me preguntás por qué la obra tiene esta pegada 80 años después en un país tan lejano, se debe a que en Argentina eso también pasó. ¡Pensá en cuántas mujeres se han casado para liberarse del yugo paterno!

-En la obra hay un contraste ético y cromático entre la tiranía de Bernarda vestida de negro y la abuela vestida de blanco pidiendo por la libertad.

Walter: -Sí, la abuela María Josefa es la madre de Bernarda y en esta obra representa exactamente eso, la libertad. Pero en contrapartida a su hija, está completamente loca; aunque desde su locura dice todo el tiempo cosas ciertas y hermosas. Ella, con 80 años, se quiere volver a casar, se quiere ir a orillas del mar, quiere vivir lo que nunca se animó a vivir cuando era como su hija. Por eso es que puede sintonizar tan bien con las cinco nietas. La abuela es una brisa de aire fresco en la atmósfera opresiva de la casa y el personaje está fabulosamente logrado por Graciela de la Rossa, actriz del PEUAM.

-Recién hablaron de estas diez mujeres villamarienses. ¿Cómo fue armar el equipo?

Eliana: -Ese fue un mérito de Walter, que las buscó una por una. Nosotros en el ETI no teníamos un elenco tan numeroso, así que hubo que imaginarse qué papel se le podía ofrecer a cada actriz. Y creo que Walter no dormía pensando en eso. Entonces agarró el teléfono y así como la contactó a Graciela para el papel de la abuela, empezó a llamar a otras chicas, las probó y anduvieron fantástico. La verdad es que tiene un ojo descomunal para poner gente en escena.

-Como un “Tata” Martino de las tablas buscando jugadores de todas las ligas.

Walter: -¡Algo así! (risas). Sólo que este “dream-team” es ciento por ciento villamariense y no hay “jugadoras europeas”.

-Me decían que desde el ETI sólo hacían comedias, ¿cómo fue pasar tan abruptamente al drama?

Eliana: -¡Muy difícil! A mí siempre me gustó hacer comedias, así que cuando Walter me propuso esta obra lo miré con cierto recelo. ¡Fui la prejuiciosa número uno! Me acuerdo que le dije “es un texto muy pesado y lleno de términos extraños ¿a quién le puede interesar la historia de una viuda con cinco hijas?”. ¡Pero por suerte me equivoqué porque hicimos 14 funciones a sala llena! Primero, porque es un lujo que semejante obra se ponga en la ciudad, y segundo, porque a partir de “La casa de Bernarda Alba” he crecido muchísimo como actriz, logrando un prestigio que nunca tuve.

-¿El “drama” tiene más poder para consagrar a un actor que la comedia?

Eliana: -¡Totalmente! La gente valora mucho más a quien te hace llorar que a quien te hace reír. En el drama el protagonista puede conmoverte de otro modo y eso es muy bien recibido. Es la capacidad de producir un sentimiento profundo lo que hace que el espectador te califique como buen actor.

Walter: -La gente que ha visto la obra se sorprendió muchísimo con la actuación de Eliana. No podían creer que la misma mujer que los hacía cag… de risa con un stand up los conmoviera con un personaje tan hondo y torturado.

-¿Una razón que explique el éxito de la obra?

Walter: -Dos razones: la calidad del texto y la asombrosa capacidad interpretativa de diez mujeres villamarienses entre 20 y 70 años.

Eliana: -Creo que si Lorca viera esta obra se sentiría contento, orgulloso de que un grupo de mujeres de otro país y otro tiempo hubieran sintonizado de este modo con su pieza.

Y sin quererlo (o acaso queriéndolo) Eliana vuelve a hablar del viaje. No sólo de la mera travesía de Los Andes, sino (y sobre todo) del otro periplo, del viaje en el tiempo a esa España del 36 donde una tarde, cinco chicas vestidas de negro, se asomaron entre los visillos para ver cómo llevaban a fusilar a un poeta en Granada, su Granada. Pero el poeta ya había escrito sobre ellas y también “todo sobre su madre”. Y las había hecho viajar con él hacia el futuro, lejos de ese opresivo mundo en una nave de papel y de imaginación; en un guión escrito con la sangre de las bodas de sangre y la sed de libertad de aquel viejo e injusto encierro.

Iván Wielikosielek

Molinos de amor al arte

El Festival de Todas las Artes “Molinos de Artes” es, al decir de Walter Stäuble, “lo que antes era el Festival Iberoamericano de Teatro; sólo que ahora lo extendieron a otros rubros con la idea de la descentralización de la cultura, es decir, la reivindicación del arte independiente”. El evento tendrá lugar en varios pueblos de Chile entre el 21 y el 30 de enero. Y el ETI junto a “La Salamandra” (dirigida por Roxana Sella, también de nuestra ciudad) serán los dos únicos grupos que representarán a la Argentina.

“Es un honor representar a la ciudad y al país, e imagino que a Roxana y su elenco les pasará lo mismo –comenta Stäuble-. Y mirá lo que son las cosas, ellos llevan ‘Federico viene a nacer’, de Rodolfo Brasceli, que trata sobre Lorca también”.

Respecto al viaje, el director del ETI explica que “tanto el intendente Martín Gill como el rector de la UNVM, Luis Negretti, nos resolvieron el tema del pasaje. Somos un elenco de 16 personas y viajaremos en la combi de la Universidad. Allá tenemos cubierto el alojamiento y la comida por el mismo festival. Actuaremos en una función itinerante el sábado 23 en Chañaral de Calén y dos días después en Monte Patria. Ese mismo día nos volvemos por razones de trabajo, pero en medio participaremos de talleres y charlas con teatristas de toda Latinoamérica.

 

Elenco made in Villa María

Hete aquí el “diez titular” que se presentará en Chile por el ETI. Eliana Rojas como Bernarda Alba; Gabriela García como La Poncia, el ama de llaves; María de los Angeles Gabutti como la criada; Graciela de la Rossa como la abuela María Josefa, madre de Bernarda; Gabriela Bonoficio como Prudencia; Mariana Britos Mussa como Angustias, la hija mayor; Paula Tissera como Amelia, hija segunda; Mónica Bavarisco como Magdalena, hija tercera; Tamara Prado como Martirio, hija cuarta y Laura Gómez como Adela, hija menor.