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Pura fiesta

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Pura fiesta
Fiesta con harina en las plateas

P3-f1 abelAbel Pintos ofreció un show de alto nivel y fue premiado. Sergio “El Gallo” Galleguillo aportó su fiesta chayera

Sergio Galleguillo
Sergio Galleguillo

El año pasado había decidido darse “un descanso” del Festival de Peñas. Por ello, el regreso al escenario Hernán Figueroa Reyes (para el evento festivalero) de Abel Pintos significaba acaso el pasaje más importante de la primera velada de la 49º edición.

El excelso artista no defraudó a los que aguardaban su presencia. Alrededor de dos horas de show certificaron el presente brillante de un compositor exquisito y un intérprete que logra transmitir un cúmulo de emociones sin mermar ni un ápice su caudal vocal.

Luego de desandar una catarata de hits pop como “De sólo vivir”, “Aquí te espero”, “Ya estuve aquí” y “Tanto amor”, tributó en parte a La Sole: “Ella, desde aquel hecho histórico en Cosquín nos dio la posibilidad a generaciones de músicos de poder llegar a los escenarios”.

Fiesta con harina en las plateas
Fiesta con harina en las plateas

Acto seguido, hizo su propio “cumple” de 20 años de trayectoria con “Para cantar he nacido” de Horacio Banegas, que recreara en su temprana edad, “Ojos de cielo” y “La llave”.

Su velada sería coronada con un premio entregado en pleno escenario. El presidente de Sony Music Argentina le cedió la placa del doble disco platino por el álbum en vivo “Unico”.

“Estoy chocho”, respondió el artista, a lo cual agregó: “Esta distinción llega porque ustedes han comprado discos originales, ya sea en formato físico o digitales. Comprando discos se aporta a la cultura argentina”.

Ya con el público extasiado, Abel arremetió sólo con guitarra “Motivos (quiero ser tu acompañante)”, hasta brotar las emociones con “Reevolución” en el cierre definitivo.

 

“Estaba enojado con Villa María”

Mientras buena parte del público comenzaba a despedirse del Anfi, el Trío Sachero se antojaba como aperitivo a la gran fiesta chayera esgrimida por Sergio Galleguillo, quien regresaba al Anfi después de mucho tiempo.

Su ingreso a escena, a las 3.10, coincidió con el descenso de un manto blancuzco de harina arrojada entre las plateas. Clásicos como “Sueño contigo” y el hípercoreado “El camión de Germán” (repetido en los bises) se mezclaron con históricos como “Agitando pañuelos” y “Para los ojos más bellos” de su etapa con Los Amigos.

A la par de hacer chistes (como tomar “fernet con Manaos”), el “Gallo” confesó que “estaba enojado con Villa María por cómo había cambiado el Festival, aunque después me disculpé. Pero sigo queriendo que esté la magia de aquellas épocas de las peñas”.

Poco antes del final, invitó a su hija Andrea, su sobrino Aníbal y a parejas del público a bailar una chacarera chaqueña. La primera noche cerró recién a las 4.20 de la madrugada.