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Soluciones urgentes

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Soluciones urgentes

Productores y Pymes lácteas pidieron al Gobierno que garantice un precio mínimo sostén de cuatro pesos el litro y que las negociaciones se realicen con la Mesa Nacional de Productores Lecheros como interlocutora

Los moderadores de la asamblea realizada el jueves
Los moderadores de la asamblea realizada el jueves

Después del debate en Ballesteros, los productores acordaron un petitorio para presentar a las autoridades en el que solicitan, por un lado, medidas urgentes para evitar el cierre de más tambos y, por el otro, invitan a repensar la lechería para que no sean cíclicas las crisis.

Reconocen que el problema es de vieja data y que si bien el nuevo Gobierno lleva 60 días, entienden que “es el momento de empezar a aunar esfuerzos”.

 

Petitorio

Estos son los puntos solicitados por la asamblea de autoconvocados de Ballesteros:

-Precio mínimo sostén de cuatro pesos por litro, para cubrir los costos. “La diferencia entre lo que pague la industria y éste importe, que sea subsidiado por el Estado y por todos los litros que se produzcan por tambo y no solamente por tres mil litros”, expresaron.

-Suprimir retenciones de IVA y de Ganancias en los pagos a los productores y los anticipos de Ganancias, lo que representa entre un 8% y un 10% de la facturación.

-Modificar el mínimo no imponible de Ganancias.

-Implementar una línea de créditos con dos años de gracia y a siete años, con tasa igual o menor al 12%.

-Fomentar la exportación de leche en polvo stockeada, tratando de abrir nuevos mercados.

-Reconocer a la Mesa Nacional de Productores Lecheros como la única representante del sector.

-Comenzar de inmediato a trabajar en una ley de lechería sustentable que contemple a todos los actores y que se proyecte hacia el futuro, “para que esta actividad ocupe el lugar que le corresponde y se merece por haber acompañado tantos años a la economía de nuestro país, siendo esto un reconocimiento por nuestra lucha de los 365 días del año, las 24 horas del día”, explicaron.

 

Diagnóstico

Tal como publicamos en nuestra edición de ayer, los productores -más de un centenar- reunidos en Ballesteros aseguraron que de no mediar una solución urgente, “en cuatro meses” desaparecen.

Recuerdan en el documento final que desde junio de 2015, en un contexto inflacionario, el precio de la leche en el tambo comenzó a bajar. “Este proceso se acentuó en noviembre, llegando a valores cobrados en el año 2013, con un importante aumento de los costos de producción”.

Destacan que “la actividad lechera es una de las que más genera mano de obra directa e indirecta”, por lo que la crisis del sector redundará en perjuicio de toda la economía de la región.

“La otra cuestión importante es que, al no ser formadores de precios, en estos momentos estamos trabajando por debajo del costo de producción, con el solo objetivo de seguir apostando a una actividad que hemos elegido y que amamos, pero conscientes de que, no habiendo soluciones a corto plazo, nos será imposible permanecer en el sistema”.

 

DEBATE abierto

¿La industria puede pagar más?

Un tema que quedó abierto a la discusión tras la asamblea en Ballesteros fue el de la relación entre productores e industriales. Por un lado, hubo tamberos que plantearon que los que procesan la leche se quedan con la diferencia. “Si nos están pagando menos a nosotros y los lácteos en góndola suben, está claro quién se queda con la diferencia”, indicaron.

Sin embargo, hubo voces que explicaron que al valor que están comercializando el queso (27 pesos el kilo, según aseguró uno de los presentes), el precio del litro de leche estaría en 1,7 peso. Otros, analizando que el precio internacional de la leche en polvo está a 1.700 dólares la tonelada, aseguraron que las cuentas dan que el industrial que exporta puede pagar 2,70 pesos el litro. “No esperen más de la industria”, indicó ese productor.

Quedó la discusión abierta para establecer pautas en la relación entre ambos actores de la cadena. Tal vez, la síntesis la dio un industrial pequeño, Omar Monti, que estaba presente en la asamblea: “Si le va mal al productor, me va mal a mí, porque no voy a tener a quién comprar la leche. Tenemos que tener una visión de la cadena y no una mirada individualista”.