El 27 de febrero de 1966 es una fecha que quedará marcada en la historia del deporte villamariense, especialmente para los amantes de los fierros. El piloto Mario Tarducci obtenía la primera de sus dos victorias en el Turismo Carretera, hechos que nadie ha podido repetir, a nivel local. Hoy se conmemoran 50 años de aquella jornada inolvidable

Escriben Adolfo Carlström y Diego Pellegrini

En la mañana del 27 de febrero de 1966, hace exactamente hoy cincuenta años, los villamarienses Mario Enrique Tarducci y Miguel Pajón ganaban la Primera Vuelta de Lobos de Turismo de Carretera, a bordo de un Chevrolet, que “El Liche” le había comprado a Carlos Walter Loeffel.

El villamariense había debutado esa temporada, en la fecha anterior, disputada en Firmat, donde había abandonado tempranamente, pero había estado peleando la punta de la carrera.

En su segunda presentación de la temporada, en un trazado mixto de tierra y pavimento en Lobos se llevó el triunfo, en una carrera desarrollada a ocho vueltas sobre un trazado de 67 kilómetros, donde Tarducci ganó con un promedio superior a los 158 kilómetros por hora.

De esa manera, se convertía en el primer, y hasta ahora único, villamariense, en ganar en el TC. Su debut en la categoría había sucedido un año antes, el 16 de enero de 1965, por lo que transcurrieron 13 meses y once días para lograr su primer triunfo.

¿Quién es?

Las crónicas de la época contaban que, una vez concluida la carrera, la gente se preguntó: ¿quién es Tarducci? Algunos memoriosos recordaban que había debutado en la Vuelta de Córdoba el año anterior, durante la Semana de la Velocidad y que en la primera etapa cuando venía primero en los relojes tuvo un recordado accidente en el ingreso a Villa María.  

Al llegar a sus pagos, con las lógicas ganas de mostrarse en una buena posición, la gente salió a saludarlo, enterado por las transmisiones radiales de la época que el villamariense iba adelante. Tarducci por esquivar a la gente que buscaba brindarle su cariño, terminó estrellándose contra un poste de luz. Ese fue su debut y una de  sus mayores amarguras, según contó alguna vez.

El accidente fue en la intersección de los bulevares Vélez Sarsfield y Argentino (actualmente denominado Raúl Alfonsín, donde hoy se encuentra un monolito con la pedalera del auto, la misma con la que había sorprendido en su primera participación, en la misma jornada en que, lamentablemente, había fallecido Angel Meunier, en General Fotheringham.

El auto

Carlos Loeffel había decidido alejarse transitoriamente del TC. A poco de enterarse de la decisión, Tarducci le realizó una oferta para comprarle al auto, un Chevrolet Súper con mecánica del Aldo y Reinaldo Bellavigna. Ambos hermanos continuarían atendiendo el auto al piloto de nuestra ciudad.

Una de las condiciones para concretar el negocio era que no se borraran las inscripciones publicitarias del auto, por lo que solamente se le agregó “Villa María” en la trompa y “Transporte Parolina”, en la parte de atrás.

Aquel día

La “Vuelta de Lobos”, tuvo el condimento que en algunas partes había barro y charcos de agua. Dante Emiliozzi fue el encargado de abrir el camino de la fila que tuvo 32 participantes, a poco de largar el auto de Tarducci comenzó a tener fallas, el desperfecto obedecía a que el motor estaba frío, y a partir de ese momento, el auto tuvo un rendimiento espectacular.

Al cabo de la primera vuelta se imponían los hermanos Emiliozzi con Ford, escoltados por Luis Di Palma y Armando Ríos en las tres primeras posiciones. Tarducci, en tanto, se ubicaba quinto. Al completarse la segunda vuelta, Emiliozzi seguía dominando, lo seguían Mario Tarducci a dos minutos y Alcuaz.

Al cabo del tercer giro, Emiliozzi era el líder, pero Tarducci había descontado 23 segundos. Ya en la cuarta vuelta, Tarducci achicó la diferencia otros 21 segundos sobre los hermanos de Olavarría. En el quinto giro a la altura de La Concepción, Emiliozzi pasó lento, lo que hacía presumir su abandono. A partir de ese momento, la punta fue heredada por Mario Tarducci, que en ese momento aventajaba a Carmelo Galbatto por más de un minuto. A partir de ese momento el villamariense comenzó a elaborar su primera victoria en la categoría.

Cincuenta años

De esta manera Mario Tarducci a cincuenta años de aquella epopeya, sigue siendo el único villamariense que ganó dos carreras (Vuelta de Lobos y el Triángulo del Oeste, el 4 de septiembre de 1966) y si uno analiza el presente y el futuro, quizás pasen muchos años para que un piloto de nuestra ciudad pueda repetir triunfos en la categoría de mayor convocatoria del país.

Premios

Los volantes se hicieron acreedores a los siguientes premios en efectivo por esta competencia: Mario Enrique Tarducci $350.000, Carmelo Galbato $220.000, Everto Rodríguez $150.000, Vicente Galluzzo $100.000, Humberto Antonio Dana $80.000, Héctor Corpucci $60.000, José Forti $50.000, Adolfo Bonilla $40.000, Dante José María Emiliozzi $40.000, Santiago Julio González $30.000, Julio H. De Dios $20.000; Carlos A. Salto $10.000, Nicasio García Giribone  $5.000, Luis R. Di Palma $5.000 y Armando José Ríos Campos $5.000.