Desde las 9 emitirán sus conclusiones el fiscal Francisco Márquez y el defensor Juan Rusconi y al mediodía se conocerá el veredicto de la jueza Silvia Saslavsky de Camandone
Finalizará hoy el juicio que se le sigue a tres villamarienses que están acusados de haber perpetrado un feroz asalto en un campo cercano al paraje Santa Rita, en el que un matrimonio fue salvajemente golpeado y sometido a torturas durante más de dos horas.
Se trata del proceso penal en el que comparecen detenidos Hugo Alejandro Gianinetto (41), alias “Colorado” o “Diente de Lata”; Jorge Luis Pereyra (48), apodado “El Rubio”, y Héctor Eduardo Pagniez (35), por el robo que sufrieron José Artemio Córdoba (57) y su esposa Nancy Noemí Giovaninni (52) el 18 de abril de 2014, en la finca rural ubicada a unos 25 kilómetros al norte de esta ciudad, en jurisdicción de Tío Pujio.
La cuarta y última audiencia fue convocada para las 9 en la sala que la Cámara del Crimen local posee en el quinto piso de los Tribunales locales y en la oportunidad formularán sus alegatos el fiscal Francisco Márquez y el abogado Juan Antonio Rusconi, defensor de los tres sospechosos.
Se estima que la camarista Silvia Saslavsky de Camandone, quien está presidiendo el debate oral y público, dictará sentencia cerca del mediodía.
Gianinetto, Pereyra y Pagniez están imputados como presuntos coautores de “robo calificado” por uso de arma y “privación ilegítima de la libertad calificada” y, en el caso de ser declarados culpables, recibirían condenas de entre 10 y 14 años de prisión.
Si bien el más grave de los delitos que se les atribuyen tiene un mínimo de seis años y ocho meses, la gravedad de los hechos padecidos por Córdoba y su esposa llevarían al fiscal Márquez a pedir penas mucho más elevadas.
Golpes y picana
El cruento asalto comenzó alrededor del mediodía de aquel viernes 18 de abril, cuando tres sujetos encapuchados -que circulaban en una camioneta Fiat Strada- irrumpieron en la vivienda rural del matrimonio.
Empuñando armas de fuego de grueso calibre y bajo amenazas de muerte, los delincuentes le exigieron al dueño de casa el dinero de la supuesta venta de un campo, aunque en rigor de verdad Córdoba no había realizado ninguna transacción de esa índole.
Los maleantes utilizaron distintas acciones de violencia (física y psicológica) para lograr su cometido. Primero golpearon a ambos con sus armas y les efectuaron algunos cortes con arma blanca. Luego, uno de los asaltantes castigó a Nancy, pegándole con un cable de electricidad como si se tratara de un cinto, y luego de tirarla al suelo le caminó encima del cuerpo.
Poco después, los sujetos cortaron el cable de un velador que había en la casa y picanearon a Córdoba, sometiéndolo a reiteradas descargas eléctricas de 220 voltios. No conformes con eso, y ante la negativa de la pareja de que tuvieran una importante suma de dinero, uno de los malvivientes sacó a Córdoba fuera de la casa y simuló un fusilamiento.
Los ladrones permanecieron en la finca rural dos horas y media y, antes de darse a la fuga, se apoderaron de 8 mil dólares y 5 mil pesos en efectivo, varias alhajas de oro, un puñal de oro y plata, herramientas de mano, dos motosierras, dos amoladoras, un taladro y cuatro armas de fuego: una escopeta calibre 12.70, una carabina calibre 22, un revólver calibre 32 y un viejo fusil Mauser (del año 1870) en desuso.