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A propósito de Lazzuri, De la Rúa y los “buenos augurios”

Señor director:
El pasado miércoles 24 de febrero fue publicada una nota en este medio con el título “Buenos augurios para Lazzuri”, donde dirigentes del radicalismo, con un llamativo grado de cinismo, aseveraban que el reciente nombramiento de Gustavo Lazzuri como responsable de la Unidad de Apoyo a la Inclusión (UDAI) de la delegación local de ANSES, es un hecho por el cual “el tiempo se encargó de poner las cosas en su lugar, ante la truncada gestión que resultó en su momento cuando tuvo que abandonar la jefatura de ANSES por la renuncia del doctor Fernando de la Rúa a la Presidencia de la Nación. Hoy le toca volver, y ese reconocimiento es un hecho”. Además, destacaron que Lazzuri es “un hombre de bien y de sobrada capacidad”.

Ante la impúdica desfachatez con la que fueron hechas tales declaraciones, es preciso recordar a los lectores algunas cuestiones en lo que refiere a Lazzuri y a su anterior gestión al frente de ANSES-UDAI Villa María, durante el Gobierno del “doctor De La Rúa” que, por cierto, casi como al pasar, con descaro y sin remordimiento alguno, menciona la dirigencia radical en la nota.

En primer lugar, hay que señalar que en lo que respecta a “ser hombre de bien y de sobrada capacidad”, no constituye eso de por si una virtud, sino más bien una condición sine qua non para ejercer cualquier responsabilidad laboral y/o de gestión en un organismo público.

En segundo lugar, clarificar que Lazzuri no es precisamente el arcángel Gabriel, como tiende a sugerir el citado texto. Ya sugiere bastante y de por sí solo el hecho de que Lazzuri estuviera al frente de la gestión de ANSES local durante la Presidencia del radical Fernando de la Rúa, quien redujo el 13% en los haberes jubilatorios, impulsó el “Corralito” de la mano del nefasto Domingo Cavallo, a quien nombró ministro de Economía, y que, como frutilla del postre, terminó su mandato presidencial escapándose de la Casa Rosada en un helicóptero, dejando, entre otras cosas, un país en llamas, 27 muertos en dos días, 19 millones de pobres, nueve millones de indigentes y 21,5% de desocupación.

Lazzuri instrumentaba en Villa María las brutales políticas de ajuste impulsadas por ese expresidente y por quien en ese entonces era la ministra de Trabajo y ahora es la ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, a saber: la reducción salarial de un 13% al personal de ANSES, como parte de un obsceno recorte consistente en 900 millones de pesos anuales que ese deplorable Gobierno nacional impuso sobre el mencionado organismo.

La gestión de Lazzuri al frente de ANSES local no se vio truncada por la renuncia del expresidente De la Rúa (Gobierno que le otorgó ese cargo), sino por el colapso de un proyecto político neoliberal del cual él fue y sigue siendo parte y, que en un pasado no tan lejano, efectuó un monumental vaciamiento del Estado y sus organismos, entre ellos el propio ANSES, con graves consecuencias sociales, políticas y económicas.

Que Lazzuri haya pretendido en su momento atarse al sillón de ANSES y permanecer en el cargo a toda costa, a pesar de de que el Gobierno que lo había insertado en ese lugar terminó por sumergir al país en un mar de miseria y hambre, es otra historia.

Por último, resaltar que termina por ser no menos curioso que los referentes del radicalismo expresaran en el ya citado comunicado que “el tiempo se encargó de poner las cosas en su lugar”, lo cual, o bien no es cierto, o bien “el tiempo” lleva por nombre y apellido Darío Capitani, actual legislador provincial y referente político villamariense del PRO.

Hasta donde sabemos, “el tiempo” es un valor físico que se utiliza para fragmentar hechos o acontecimientos y no lo encarna ningún hombre mortal. El asunto es que para Lazzuri los augurios no serían tan buenos teniendo en cuenta cómo resultaron las cosas en el pasado para nuestro pueblo y cómo están resultando hasta ahora con el Gobierno que preside Mauricio Macri y del cual Lazzuri, triste pero no extrañamente, será funcionario. Después de todo, cargos como éstos son las migajas con las que el PRO agradece a los radicales por el barato alquiler de su aparato partidario.

Ernesto Bertoglio
DNI 36.793.900

 

Crecer Juntos

Señor director:
Escribo esta carta a los lectores para hacer de público conocimiento una situación muy triste y desagradable. Y ante la duda de algunos auspiciantes de Villa María que han sido engañados en su buena fe, ya que han sido auspiciantes de la Revista Crecer Juntos durante los años de vida de ésta y ante comentarios fuera de lugar que se están difundiendo, por una competencia deshonesta y desleal, que muy lejos de querer ser una nueva fuente laboral para ayudar a jóvenes con discapacidad, intenta destruir un proyecto que durante más de cuatro años ha crecido a base de esfuerzo y colaboración de personas de buen corazón.

Soy la precursora del proyecto Crecer Juntos, que nació con el único objetivo de dar trabajo a personas con discapacidad. Soy Comunicadora Social y he tratado de ofrecer mis conocimientos para darles a jóvenes y adultos con discapacidad la posibilidad de generar sus recursos económicos a través de la venta y comercialización de la Revista.

A lo largo de estos años he atravesado un montón de dificultades, que he podido superar…

No todos los que se acercaron a Crecer Juntos lo hicieron para beneficiar a los chicos con discapacidad, sino al contrario. Sin pensar en ellos, sino en su propio beneficio, de una forma u otra los han perjudicado.

Yo me he mantenido callada hasta el otro día que salí a dar a conocer que Crecer Juntos como cooperativa no funciona más.

Pero eso no significa que Crecer Juntos haya dejado de ser o de existir, sino que, por el contrario, ha vuelto a su esencia. Hemos tenido que modificar la figura asociativa de cooperativa para buscar una figura diferente, ya que algunos de sus integrantes, muy lejos de entender los principios cooperativos, han puesto por encima de los intereses de los jóvenes con discapacidad sus propios intereses económicos.

Tanto que hoy, en vez de apoyar el proyecto por el cual sus hijos aprendieron el valor del trabajo, aprendieron diseño gráfico, tuvieron la oportunidad de hacer cursos y aprender cosas nuevas, decidieron apoyar a un centro de jubilados para que éste pudiera imprimir su revista y con mentiras y engaños se llevaron a algunos de los integrantes de la revista prometiéndoles los beneficios que el centro de jubilados les ofrece a sus asociados.

Lo que más me duele de la situación es que en ningún momento pensaron en el daño que se les hacía a los jóvenes con discapacidad, que por fin habían tenido la oportunidad de tener un trabajo. Hoy están generando socialmente una situación de mucha confusión, ya que la gente no entiende qué sucede y por qué se generaron estas cosas.

Crecer Juntos quería ser ejemplo para demostrar que las personas con discapacidad eran capaces de trabajar y lo demostró. La idea era que se crearan nuevas fuentes laborales para personas con discapacidad, pero no desde la idea de destruir a nuestros compañeros y amigos, sino generar nuevos espacios para que se pudieran sumar nuevas personas.

La verdad es que sinceramente no entiendo cómo las personas que dejaron de formar parte de Crecer Juntos salieron a difamar el proyecto. Si tienen motivos reales y valederos para hacerlo, en vez de recurrir a los organismos legales que existen para controlar las irregularidades, optaron por buscar la forma de sacar una nueva revista, que lo único que trae es confusión ante la sociedad, porque la gente no entiende cómo es la situación y menos entiende en qué situación estamos colocando a estos jóvenes y adultos con discapacidad.

Si el objetivo era que ellos pudieran trabajar, ¿era necesario perjudicarlos con proyectos paralelos y similares? En vez de ser solidarios y de ayudar a que puedan tener una fuente laboral, ¿no provocamos que la gente deje de colaborar para que ellos puedan trabajar? A sabiendas de lo que cuesta conseguir una fuente laboral para estos jóvenes, no entiendo que, en vez de ayudarnos, nos estemos peleando y creando una competencia que perjudica a nuestros pares, haciendo uso de un par de jóvenes que han quedado en medio de esta situación y que son los más perjudicados, ya que la envidia y el rencor han dividido a un grupo de jóvenes y algunos de ellos están siendo manipulados y usados. Qué feo que, como mamá, haga uso de mi hijo. Creo que no es la forma de solucionar un problema.

La verdad es que me encuentro en un dilema, sé que hay muchos comerciantes aquí en Villa María a los cuales se ha visitado solicitándoles que les den la oportunidad a estos jóvenes de trabajar. ¿Y con esto qué estamos logrando?

Crecer Juntos sigue y seguirá promoviendo el trabajo de personas con discapacidad.

Los invito a que me apoyen.

Piensen en ellos aunque el entorno que los rodea no siempre sea el mejor. Porque, en definitiva, ellos no tienen la culpa.

A todos aquellos que quieran interiorizarse de la situación, los invito a que se pongan en contacto. Mi número de teléfono es 154262750.

Silvina Jerez
DNI 25.662.145