Así lo advirtió el director nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, pero aclaró que ninguno de los 15.000 casos notificados hasta el momento en todo el país es grave
El director nacional de Epidemiología, Jorge San Juan, advirtió que «se espera un pico importante» en el brote epidémico de dengue «para Semana Santa», pero aclaró que ninguno de los 15.000 casos notificados hasta el momento en todo el país es grave, aunque se esperan más casos que en 2009, cuando se registraron casi 27.000.
«Desde el comienzo dijimos que esta situación, que primero fue un brote y luego una epidemia, iba a avanzar e íbamos a tener más casos que en 2009», manifestó San Juan, y explicó que las altas temperaturas y las lluvias atribuidas al fenómenos de El Niño favorecieron la presencia del mosquito Aedes aegypti.
Además, el médico anticipó que «se espera un pico importante en Semana Santa, a fines de marzo», que en el caso de la ciudad de Buenos Aires podría ser inferior «si se mantiene este frío que corta la circulación del mosquito».
«Vamos a encontrar gente que ha regresado de sus vacaciones y que ha ido a países limítrofes con gran circulación viral y por supuesto vamos a tener la eclosión de más pacientes tanto en el ámbito público como privado», sostuvo San Juan en declaraciones a Radio 10.
Según el último reporte epidemiológico del Ministerio de Salud, que recoge los registros de todas las provincias, se notificaron un total de 15.000 casos, de los cuales 5.083 son autóctonos y están distribuidos en 14 jurisdicciones del país, mientras que 1.226 son importados con pruebas de laboratorio positivas para dengue y antecedentes de viaje a zonas con circulación viral.
El reporte informó que se registran brotes de dengue con transmisión sostenida en las provincias de Misiones y Formosa y que se verifican brotes circunscriptos a localidades, barrios o conglomerados con casos autóctonos y probables en otras doce provincias.
El boletín precisó, además, que en el análisis de la situación actual comparada con la de los últimos cinco años muestra que durante la presente temporada los brotes de dengue se anticiparon al período habitual de comienzo, especialmente en Formosa y Misiones.
Esta última provincia es hasta ahora la más afectada por la epidemia, ya que según la cartera sanitaria provincial se analizan 6.360 casos sospechosos de personas que podrían estar infectadas por el dengue.
«Lo importante es que no hay casos de gravedad. Es un episodio doloroso, es una enfermedad que tiene muchos contratiempos en el sentido de que no es cómoda, pero es una enfermedad en la que no hemos tenido casos de gravedad», afirmó San Juan.
Aclaró que «hubo algunos casos que se denunciaron como muerte o dengue hemorrágico, pero son personas que sí tuvieron dengue y murieron de otra cosa como una meningitis o una perforación del estómago».
Por otro lado, el médico defendió el accionar del Ministerio de Salud de la Nación y negó que se esté ocultando información: «No podemos tapar el sol con la mano, estamos en pleno curso de una epidemia y vamos a tener casos».
Por su parte, el titular de la cartera sanitaria, Jorge Lemus, explicó que sólo circula en el país el serotipo 1 del virus, el más benévolo de los cuatro existentes, con lo que «no hay casos graves ni fallecidos».
«Marzo y abril son meses que tuvieron el mayor número de casos en brotes epidémicos anteriores, por eso hay que enfatizar en las tareas de prevención, como la descacharrización, la fumigación y el uso de repelentes», señaló.
La provincia de Buenos Aires registró 338 casos confirmados, de los cuales 117 son autóctonos, una cifra que triplica lo registrado hace algunos meses cuando ascendía a 39, por lo que las autoridades sanitarias llamaron a intensificar las tareas de prevención especialmente el descacharrado en los hogares.
El brote epidémico de 2009, que fue considerado en su momento el peor en la historia del país, reportó 26.923 casos y dejó cinco muertos, los primeros por dengue en Argentina, según un informe de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Ese año, el virus comenzó a propagarse a mediados de enero desde Bolivia hacia el norte argentino y se potenció en Tartagal debido a una catástrofe natural: un aluvión que destruyó parte de la ciudad.
El brote abarcó varias provincias, incluida la ciudad de Buenos Aires, pero con una mayor incidencia de casos en Salta y Chaco.
Del mismo modo que el actual brote, los primeros casos fueron importados, con pacientes que provenían de Santa Cruz de la Sierra y Tarija, Bolivia; luego, en una segunda etapa se registraron casos autóctonos en el área Metropolitana de Buenos Aires.