Escribe Arq. Hugo Las Heras (*)
Especial para EL DIARIO
La obra que está en el hall de la Casa España, “El Alhambra”, fue realizada por el pintor Fernando Bonfiglioli y el arquitecto e ingeniero Fernando Salamone, quien proyectó y dirigió la construcción de la plaza Centenario y el Matadero Municipal, entre otras obras. Fue inaugurada en el año 1934 y es la primera pintura mural de este artista en Villa María.
Allí nació la idea de la Catedral, el excine Opera y la Capilla de los Trinitarios, entre las más importantes.
A mi entender, “El Alhambra es la más importante realización de Bonfiglioli en la ciudad.
Es, además, una obra referente de la religión musulmana, ya que está construida bajo los principios de Islam.
Está declarada Patrimonio Histórico de la ciudad por ordenanza del Concejo Deliberante. Hay, asimismo, otra ordenanza que declara también patrimonio el frente de la Casa España.
He leído en la edición de EL DIARIO del día 10 de este mes que el señor Walter Torres, presidente de Asociación Española, hace referencia a estas pinturas como “los frescos existentes”.
En realidad, quiero aclarar que no son frescos, sino pinturas al temple. Hay una gran diferencia entre ambas técnicas: una es acuosa y la otra, al huevo y aceite. Y que estas pinturas sufren un enorme deterioro ante la alteración del medioambiente (por eso en Europa no permiten fotografiarlas ni aglomeraciones de público a su alrededor, por el calor corporal y la humedad de la respiración).
Es cierto que se presentó un primer proyecto para construir cocheras en el lugar, el que contempla la destrucción de parte del frente del edificio histórico y también parte de la obra pictórica. La ruptura de dos columnas interiores, que representan la base del Islam, como son “La Peregrinación a la Meca” y “La Oración”, le quita sentido a la obra.
A modo de ejemplo, es como si a la Cruz de Cristo le sacaran la madera donde apoya sus brazos. Ya no sería una cruz, sería una “T” o una “L”. No tendría significado, como tampoco lo tiene sacarle las columnas al Islam.
Asimismo, la obra tiene que verse desde cualquier punto en su magnitud. En el proyecto presentado la dividen con vidrios, y el ingreso permanente de vehículos a las pretendidas cocheras, con el humo, el hollín y las vibraciones, destruirían la obra casi de inmediato.
También es cierto que al presentarse los planos, hubo una comisión integrada por tres personas entre las que se contaba el arquitecto que proyecta la “protección” de las pinturas y la construcción de las cocheras. Pero el desconocimiento de los principios antes mencionados hizo que esta comisión le diera el visto bueno al proyecto.
Luego, el expediente pasó a la Dirección de Patrimonio Histórico, donde se rechazó por los citados inconvenientes.
Al final de la anterior gestión municipal se dispuso que toda obra considerada de Patrimonio, sea visada por ese organismo público. Los planos no fueron aprobados, no cuentan con los sellos correspondientes y, además, quedaron anulados, ya que la Asociación Española presentó nuevo plano, modificando el anterior.
Hoy rigen estos nuevos planos, que están sujetos a la aprobación para un comienzo de obras.
En el nuevo proyecto se refiere a la sesión por parte de la Municipalidad de un ingreso por el fondo de la también histórica Casona de Pereira y Domínguez, donde actualmente funciona el Concejo Deliberante.
No es simple aprobar este nuevo intento, ya que forma parte del erario público. Pero, en beneficio de la obra y la solución a estas cocheras, el Concejo está estudiando el tema.
“El Alhambra” actualmente se encuentra abandonado, cerrado hace tres años, con telarañas. De las casi 80 lámparas que tiene, sólo prenden dos. Su estado es deplorable y no puede ser visitado por alumnos de colegios, otras instituciones ni público en general.
La verdad es que hubo tiempo suficiente para ponerlo en valor y hacer los museos que ahora proponen los responsables del lugar.
Pensamos que debería cederse a la comunidad, a través de la Municipalidad, para revivirlo y brindarlo a la sociedad toda. Y podría darse a cambio de la entrega en cesión del paso que solicitan al fondo de la Casona de Mitre 90.
Es una idea para que la ciudad tenga más cocheras y disfrute de la obra.
A la palabra la tienen ahora los concejales.
No son las cocheras ofrecidas nuestro objetivo, sino la recuperación y la protección de “El Alhambra”.
(*) Director de Patrimonio Histórico de Villa María