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Declararon cuatro testigos y hoy realizarán una inspección ocular

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Declararon cuatro testigos y hoy realizarán una inspección ocular
Alexis Sgariglio, el homicida. Podría recibir una muy severa condena si se prueba que “fusiló” a Sonzini

Alexis Sgariglio está acusado de “homicidio agravado” por el uso de arma de fuego y puede recibir una condena de entre 11 años y ocho meses y 32 años y medio de prisión. El trágico episodio ocurrió el 21 de abril de 2014 en barrio Las Playas

Alexis Sgariglio, el homicida. Podría recibir una muy severa condena si se prueba que “fusiló” a Sonzini
Alexis Sgariglio, el homicida. Podría recibir una muy severa condena si se prueba que “fusiló” a Sonzini

La madre de la víctima, un amigo del victimario y dos vecinos de barrio Las Playas declararon ayer en la primera audiencia del juicio oral y público que se le sigue a Alexis Daniel Sgariglio (21), acusado de haber dado muerte de un escopetazo a Federico Sonzini (20) hace casi dos años.

Se trata de Verónica Lanzillota, Matías Severino Torres, Fabiana Andrea Pérez y Oscar Alberto Durán, a los que se sumó un muy breve comparendo del padre del joven asesinado, Carlos Alberto Sonzini, quien no estaba citado como testigo, pero como se encontraba presente en la sala se requirió su declaración para que confirmara un dato.

Matías Torres es amigo de Sgariglio y desde junio pasado está preso por otro homicidio. Al testimoniar ayer en la sala, contradijo lo que él mismo había declarado poco después del hecho, cuando complicó la situación del acusado
Matías Torres es amigo de Sgariglio y
desde junio pasado está preso por otro homicidio. Al testimoniar ayer en la sala, contradijo lo que él mismo había declarado poco después del hecho, cuando complicó la situación del acusado

Al cabo de cuatro horas de debate y a raíz de un pedido de la Fiscalía, la Querella y la Defensa, el tribunal dispuso realizar una inspección judicial en el lugar donde se produjo el trágico suceso, a media mañana del lunes 21 de abril de 2014. Asimismo, y también como consecuencia de un acuerdo entre las partes, se resolvió incorporar por lectura toda la prueba colectada en el expediente, con lo cual no se receptarán más testimonios en la sala.

De izquierda a derecha, los jueces Gandarillas, Saslavsky y Martínez
De izquierda a derecha, los jueces Gandarillas, Saslavsky y Martínez

Así, tras la inspección ocular que se llevará a cabo hoy, a partir de las 9.30, en la esquina de avenida Constituyentes y Guayanes, en barrio Las Playas, habrá un cuarto intermedio hasta mañana a las 9 para la tercera y última audiencia. En la oportunidad, los tres vocales de la Cámara del Crimen escucharán los alegatos, luego harán lo propio con Sgariglio, en la instancia procesal conocida como “última palabra”, y finalmente dictarán sentencia.

“Me remito a lo que ya declaré”

Lanzillota, mamá de Sonzini, lloró varias veces durante su declaración y cada vez que miraba a Sgariglio, éste bajaba la cabeza. Atribuyó el hecho a “un problema de pollera”
Lanzillota, mamá de Sonzini, lloró varias veces durante su declaración y cada vez que miraba a Sgariglio, éste bajaba la cabeza. Atribuyó el hecho a “un problema de pollera”

A poco de iniciado el juicio y tras la lectura de la pieza acusatoria, Sgariglio compareció ante los camaristas Silvia Saslavsky de Camandone (presidenta del tribunal), René Gandarillas y Félix Martínez, aunque en relación al hecho hizo alusión a lo que había declarado ante el fiscal que instruyó la causa, Gustavo Atienza, pocas horas después del homicidio.

“Me remito a lo que ya declaré”, dijo escuetamente el acusado, y luego respondió preguntas sobre condiciones personales.

Como en la sala no se leyó aquella indagatoria, públicamente no se conocieron detalles de la misma. Sin embargo, EL DIARIO pudo saber que al comparecer ante el fiscal Atienza, Sgariglio dijo -en resumidas cuentas- que se había tratado de una pelea, que él se defendió y que no quiso matar a Sonzini.

Familiares y amigos de Sonzini presenciaron la audiencia luciendo remeras negras con su imagen y colgaron banderas en la entrada. En la foto pequeña, Federico junto a su hijito
Familiares y amigos de Sonzini presenciaron la audiencia luciendo remeras negras con su imagen y colgaron banderas en la entrada. En la foto pequeña, Federico junto a su hijito

Dolor de madre

El primer testigo de la jornada fue justamente la mamá de Federico, Verónica Lanzillota, quien además se constituyó en la causa como querellante particular con el patrocinio del abogado Marcelo Martín Silvano.

La mujer señaló que la noche previa al violento episodio, su hijo se había quedado a dormir en la casa de ella (ubicada en Santiago del Estero al 1400) y que lo despertó poco antes de las 9 porque su padre iría a buscarlo para llevarlo al barrio Las Playas.

Entre sollozos, Verónica destacó que, minutos antes de irse, Federico la abrazó y se despidió de ella diciéndole “te amo, ma, ¿sabés?”.

“El padre lo pasó a buscar a eso de las 9 y media y como a las 10 y cuarto me llamó para decirme que le habían disparado y que estaba muy grave en el Hospital”, agregó Lanzillota.

Fabiana Pérez, vecina de Las Playas, auxilió a Sonzini luego de recibir el letal escopetazo
Fabiana Pérez, vecina de Las Playas, auxilió a Sonzini luego de recibir el letal escopetazo

Conmovida por los recuerdos, dijo que su hijo agonizó 22 días y que murió el 13 de mayo, cuando todavía se encontraba internado en la Unidad de Terapia Intensiva del Pasteur, donde fue intervenido quirúrgicamente en cuatro oportunidades.

En un momento de su declaración y con la voz entrecortada por el dolor, Verónica miró a Sgariglio y le preguntó por qué había hecho eso (dispararle a su hijo), e incluso le dijo que ella nunca le había faltado el respeto.

En otro pasaje de su testimonio, la atribulada mujer dijo que Federico se ganaba la vida “haciendo changas, a veces pintando y otras repartiendo muebles con su padre”, quien trabaja en La Gioconda.

Oscar Durán, también afincado en el populoso barrio, brindó un testimonio muy confuso
Oscar Durán, también afincado en el populoso barrio, brindó un testimonio muy confuso

Señaló también que desde hacía algunos meses concurría a la iglesia evangélica Visión de Futuro, acompañando a su pareja, Mayra Magalí Martiarena, “porque le hacía bien”. Dijo al respecto que Federico “era un adicto recuperado” (consumió marihuana) y que por esa razón estuvo internado seis meses.

Cuando se le preguntó si Sonzini había tenido algún tipo de antecedente, Lanzillota aseguró que “era permanentemente hostigado por la Policía; lo veían en la calle y lo llevaban… lo veían y lo llevaban”.

Al ser interrogada sobre a qué atribuía el violento hecho que derivó en la muerte de su hijo, la mujer fue categórica: “A un problema de pollera”.

Sobre el particular, dijo que “Federico amaba a su pareja”, pero que en una de las varias separaciones que tuvieron, “ella (Martiarena) tuvo un encuentro con Alexis”.

“Mayra me contó que solamente se había tratado de un beso y que nunca se imaginó que (el problema entre ambos) iba a terminar así”, añadió Verónica.

Recordó también que Federico y Alexis “prácticamente se criaron juntos en el barrio; al principio eran amigos, pero después de aquel episodio (el fugaz encuentro de la joven con Sgariglio) se enfrentaron”.

Añadió que algunas semanas antes del hecho de sangre, cuando fue a visitarlo a la casa donde Sonzini vivía con Mayra y el pequeño hijo de ambos, pasaron caminando frente a la casa de Sgariglio y escuchó que le gritaron “gorreado… ahí va el gorreado”.

Lanzillota dijo que, haciéndose la distraída, le preguntó a su hijo qué habían dicho y que Federico le respondió “nada” para evitar referirse al asunto.

 

Confirmó la hora

Ni bien concluyó la declaración de la mujer, su abogado solicitó que compareciera el padre de Federico, quien estaba sentado entre el público que presenciaba la audiencia ya que no estaba citado como testigo.

Luego de consultar a la Defensa si prestaba conformidad, las partes acordaron que Carlos Sonzini sólo debía responder a qué hora había pasado a buscar a su hijo por la casa de su exesposa: “Fui a las 10 de la mañana y lo dejé en la esquina de (avenida Presidente) Perón y Constituyentes”, es decir, a sólo una cuadra del lugar donde se produjo el incidente. “Y 15 minutos después me avisaron lo que había pasado”, añadió en su escueta declaración.

 

Amigo de Sgariglio

Posteriormente testimonió Matías Torres, un joven que se encuentra privado de la libertad por un homicidio cometido el 2 de junio del año pasado en un bar de barrio Carlos Pellegrini.

Torres es amigo de Sgariglio y aquella mañana del 21 de abril de 2014 estuvo con el homicida antes, durante y después del violento suceso.

Dijo que lo acompañó en su moto hasta barrio Los Olmos y que luego, cuando regresaron a Las Playas, se cruzaron con Sonzini. Añadió que Alexis y Federico “cruzaron miradas” sin decirse nada y que luego entró a la casa de Sgariglio y se fue al patio, donde estuvo conversando con Jonathan, hermano del acusado.

El testigo señaló que en esas circunstancias escuchó un disparo (“como si se quebrara una madera”, graficó) y que cuando salió a la calle vio a Sonzini en el suelo con una herida en el pecho. Dijo también que lo trasladó hasta la vivienda de la víctima, ubicada en Guayanes 2651 (a poco más de media cuadra) y que fue entonces cuando Federico alcanzó a decirle “no me dejés morir porque tengo un hijo”.

A raíz de varias contradicciones entre lo que dijo en la sala y lo que había señalado durante la instrucción de la causa, el fiscal Francisco Márquez pidió que se incorporara aquella declaración, en la cual compromete la situación procesal de Sgariglio.

 

Vecina solidaria

También compareció Fabiana Pérez, radicada a pocos metros del lugar del hecho (y por ende, de la casa de Sonzini), quien curiosamente ayer declaró por primera vez en la causa.

Dijo que un albañil que estaba trabajando en el barrio le golpeó la puerta y exaltado le dijo “en la esquina se están cagando a tiros” y que cuando salió a la vereda vio a Federico tirado en el suelo, frente al domicilio de Sgariglio.

La mujer volvió a entrar a su casa, buscó su celular, llamó a una ambulancia y cuando salió por segunda vez, Sonzini no estaba más en la esquina, sino que yacía malherido al lado de la vivienda que ocupaba con Mayra y el hijo de ambos.

Estuvo con él hasta que llegó la ambulancia, le habló todo el tiempo e incluso le puso una almohada.

 

Vecino confuso

Finalmente declaró Oscar Durán, también vecino de los protagonistas del sangriento episodio, quien aportó un confuso testimonio.

Pese a estar a más de 40 metros de la esquina, dijo que vio a Sonzini frente a la casa de Sgariglio y que le escuchó decir “salí, cagón”, mientras con un palo golpeaba un árbol que hay en el lugar.

Lo curioso del caso es que ni Torres ni el hermano del acusado, que estaban muy cerca de Alexis, en el patio de la casa, oyeron a la víctima.