La frase pertenece a Marcela Leiva, una vecina de barrio Las Playas que ayer aportó un valioso testimonio en plena calle, mientras se realizaba la inspección judicial en el lugar donde Federico Sonzini fue herido de muerte por Alexis Sgariglio
Una vecina de barrio Las Playas se convirtió ayer en inesperada pieza clave del homicidio de Federico Sonzini (20), al asegurar que fue baleado desde el interior de la casa de Alexis Daniel Sgariglio (21), el joven que está acusado de haberle disparado con una escopeta durante una discusión.
Se trata de Marcela Leiva, quien pasó de simple espectadora a “testigo estrella” en menos que canta un gallo gracias a la lúcida intervención del fiscal Francisco Márquez.
En efecto, mientras se concretaba la inspección judicial frente a la vivienda de Sgariglio, en la esquina de Constituyentes y Guayanes, la mujer (que estaba viendo cómo se desarrollaban las actuaciones procesales desde la vereda de enfrente) hizo un comentario en voz alta que fue escuchado por el funcionario judicial.
“Los dos se merecen justicia”, espetó Leiva con tono aleccionador. “¿Usted vio lo que pasó?”, le preguntó el fiscal. “Sí”, respondió. “¿Y dónde cayó Sonzini?”, inquirió Márquez, y la vecina señaló el mismo lugar que momentos antes había indicado la testigo Fabiana Pérez, quien la mañana del hecho auxilió a la víctima a poco de haber recibido la perdigonada.
Rápido de reflejos, el acusador público le pidió que declarara todo eso ante los jueces Silvia Saslavsky de Camandone, René Gandarillas y Félix Martínez, la secretaria Gabriela Sanz y los abogados Marcelo Martín Silvano (representante de la Querella), Antonio Alarcos y Alexis Andrada (codefensores), quienes se encontraban a unos pocos metros.
En principio Leiva se negó, pero cuando el fiscal le advirtió que tenía la obligación de comparecer o de lo contrario se utilizaría la fuerza pública para que lo hiciera, la vecina accedió al requerimiento.
Rápidamente se conformó una especie de sala de audiencia en plena vía pública, donde la mujer relató lo que había visto aquella mañana del lunes 21 de abril de 2014.
Dijo que ella estaba trabajando en el criadero de chanchos que hay al frente, que escuchó una discusión y segundos después oyó el disparo. “Pero primero Federico se cruzó (desde su casa) para molestarlo a Alexis”, aclaró.
Leiva añadió que tras la detonación, miró hacia la casa de Sgariglio, vio que Sonzini se tomaba el abdomen y caminaba lentamente hacia la esquina, donde finalmente cayó malherido. Asimismo, aseguró que no había otra persona en la calle y que la puerta de la vivienda estaba cerrada.
En su revelador testimonio, la mujer sostuvo que el disparo se hizo a través de la ventana, lo que contradijo categóricamente lo que momentos antes había declarado el propio Sgariglio en el interior de su domicilio, donde contó su versión de los hechos.
“Eran muy amigos”
En otro pasaje de su comparendo, la testigo señaló: “No sé por qué estaban peleados… pero ellos eran muy amigos y estaban siempre juntos, se criaron en el barrio y adonde iba uno, iba el otro. Y perdonen lo que les voy a decir, pero se drogaban juntos y hasta robaban juntos”.
Dijo también que unos recolectores que pasaban por el lugar llevaron a Sonzini hasta cerca de su casa, ubicada en Guayanes 2651 (es decir, a media cuadra de la esquina donde se produjo el hecho) y que después vio a la vecina Pérez asistiéndolo.
Al ser interrogada, Leiva reiteró que Federico estaba solo en la calle, que no vio a Alexis y que el disparo salió a través de la ventana.
Esta afirmación se contrapone con lo que un rato antes había dicho Sgariglio, cuando afirmó que Sonzini ingresó a la vivienda portando un palo y que él lo enfrentó con una escopeta “porque no sabía si estaba armado”.
Con los ojos rojos y vidriosos (posiblemente haya llorado en el interior del vehículo del Servicio Penitenciario en el que fue trasladado desde la cárcel hasta el barrio), el homicida agregó: “Yo creía que (la escopeta) estaba descargada, y cuando él se me tiró encima, forcejeamos y salió el disparo”.
Según Sgariglio, todo eso sucedió adentro de la casa.
Posturas disidentes
Previo a la declaración del acusado, participaron de la inspección dos testigos que declararon el miércoles, en la primera audiencia del juicio: la ya mencionada Fabiana Pérez y Oscar Durán, ambos vecinos del populoso barrio villamariense.
La mujer reiteró que la primera vez que vio a Sonzini, estaba tirado en la esquina y que luego de buscar su teléfono y de llamar a una ambulancia, salió y Federico ya no se encontraba allí, sino casi frente al domicilio de Guayanes 2651.
Durán también ratificó lo que había declarado en la antevíspera, cuando dijo que Sonzini cayó frente a la vivienda de Sgariglio, a pocos metros de la puerta.
Como las posturas de uno y otro eran disidentes, los camaristas dispusieron un careo entre ambos testigos, pero cada uno mantuvo su posición.
Poco después, la vecina Leiva aportaría un testimonio similar al de Pérez, al asegurar que Sonzini cayó malherido en la esquina, a unos siete metros de la puerta de la casa de Sgariglio.
Otros detalles
La inspección judicial comenzó a las 9.50 y concluyó minutos antes de las 11.30, ante la mirada curiosa de muchos vecinos, pero principalmente de familiares y amigos de víctima y victimario.
La mamá de Sonzini, Verónica Lanzillota, acompañada por su pareja y otros allegados a la familia, siguieron el acto procesal desde la esquina contraria a la casa de Sgariglio.
También estuvo presente el papá de Federico, Carlos Sonzini, quien a pedido del juez Gandarillas accedió a participar activamente de la reconstrucción del hecho ocupando el lugar de su propio hijo.
Para ello, debió recostarse sobre la calle para simular cómo había quedado Federico al caer malherido tras recibir el escopetazo. Primero lo hizo en la esquina, en el lugar indicado por Pérez, y luego frente a la casa de Sgariglio, según el testimonio de Durán.
En tanto, sobre calle Constituyentes, pero a una media cuadra de la esquina con Guayanes, se ubicaron algunos familiares de Sgariglio.
Cuando el acusado era retirado del lugar en el móvil del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC), algunos allegados a la víctima profirieron insultos y le gritaron “¡asesino!”.
Desde el otro lado no se quedaron atrás y respondieron con agravios verbales. Fue allí que se generó un incidente que no pasó a mayores gracias a la rápida intervención del personal policial y penitenciario, que calmó rápidamente los ánimos.
Estricta seguridad
La inspección se realizó bajo un riguroso operativo de seguridad, con la intervención de cinco agentes del SPC, bajo las órdenes del oficial adjutor José Daniel Lazo, y otros tantos efectivos de la Policía de la Provincia, además del cabo Darío Nani, quien llevó a cabo labores de escopometría, tomando fotografías, realizando mediciones y confeccionando un croquis con los nuevos datos relevados por los jueces, el fiscal y los abogados.
Ultimos testigos, alegatos y sentencia
El juicio que se le sigue a Alexis Sgariglio tendrá hoy su tercera y última jornada, pero esta vez en la sala que la Cámara del Crimen posee en el quinto piso de Tribunales. La audiencia final fue convocada para las 8.30 y a pedido del fiscal Márquez comparecerá el médico forense Gustavo Rodríguez y posiblemente también comparezca un perito balístico que llegará desde la ciudad Córdoba. Posteriormente, las partes formularán sus alegatos y, de no producirse un incidente jurídico que demore la definición del proceso, se estima que en las primeras horas de la tarde se conocerá el veredicto.