El Clan
Dirigida por Pablo Trapero (Mundo Grúa, Carancho) y protagonizada por Guillermo Francella, “El Clan” se proyecta como una de las más convocantes y taquilleras de este año.
Difícil de organizar, el guión de la película fue armado a través de una extensa investigación ya que se vio limitada por la escasez de información de los medios tradicionales (medios gráficos de la época), de un resonante caso nacional, que toma al asesinato y el secuestro de personas como un trabajo cotidiano, que desprovistos de culpa es un lastre de impunidad heredado culturalmente de la dictadura militar, en tiempos en que el país da sus primeros pasos dentro de la democracia. Arquímedes Puccio era el padre de la familia que en conjunto con su hijo Alejandro (Pedro “Peter” Lanzani) los tenía asociados en una trama siniestra a la que no escapa el resto de su familia.
El filme está contado desde adentro de la vida familiar, sin investigaciones policiales ni periodísticas, para establecer la mirada de la mecánica familiar, los secretos, las tensiones internas, sus miedos y sus relaciones interpersonales. Dentro de una maquinaria macabra la sociedad diabólica de Alejandro, que entregaba a sus conocidos de Club de Rugby San Isidro (CASI) a su padre para cobrar el rescate del secuestro; funciona como una suerte de resentimiento social de una familia de clase media de no pertenecer a la elite de San Isidro, una motivación o atajo para pertenecer socialmente a lo que se desea, aunque sea con un “trabajo” poco usual e ilegal.
Así como el caso María Marta García Belsunce, es una señal del posmenemismo: un asesinato en un barrio cerrado de los nuevos ricos. La familia del contador Puccio es lo que dejó una de las herencias de la dictadura militar.