Se trata de Martín Berruezo, quien acompañado por su expareja y portando una cuchilla de carnicero asaltó a dos trabajadores del volante la madrugada del 30 de julio de 2014. En marzo de 2013 recibió su primera sanción penal. Ahora fue declarado reincidente
A requerimiento del fiscal de Cámara y como consecuencia de un acuerdo previo con la defensora oficial, el juez Félix Martínez le impuso ayer una condena unificada de seis años de prisión a un joven que confesó haber asaltado a dos taxistas villamarienses a mediados de 2014.
En el marco de un juicio de trámite abreviado, Martín Berruezo (24), alias “Tincho”, fue declarado coautor penalmente responsable de “robo calificado” por uso de arma, reiterado (dos hechos), “robo en grado de tentativa” y “encubrimiento”, hechos por los que se le aplicó una pena de cinco años y tres meses de prisión.
Pero como este joven convicto estaba debiendo parte de una sanción de tres años, dictada a fines de marzo de 2013, se unificaron ambas sentencias en la pena única de seis años, con declaración de reincidencia.
Adicto a las drogas
Durante la audiencia de debate, la asesora letrada Silvina Muñoz le solicitó al presidente del tribunal que, durante todo el período de detención, Berruezo sea sometido a un “tratamiento adecuado” por su adicción a las drogas (consumió cocaína y fumó marihuana) y el alcohol.
En su veredicto, el magistrado ordenó a las autoridades del Establecimiento Penitenciario Nº 5 que se encarguen de arbitrar los medios necesarios para ayudar al convicto con su problema de salud.
Incluso, al momento de hacer uso de la “última palabra”, previo al dictado de la sentencia, Berruezo aseguró que estaba “arrepentido” del daño causado con su accionar delictivo: “Necesito que me den una oportunidad para salir de todo esto”, señaló el joven, y prácticamente le imploró al juez para que le diera “lo menos que pueda”, en alusión al monto de la condena.
Además del camarista y la defensora oficial, intervinieron en la audiencia de debate el fiscal Francisco Márquez y el secretario Guillermo Picco.
Asaltos calcados
Los hechos más graves que dejaron a Berruezo tras las rejas se produjeron en horas de la madrugada del 30 de julio de 2014 cuando, junto a su exconcubina Carolina Alamo y empuñando una cuchilla de carnicero, asaltó sucesivamente a los taxistas Roque Barrera y Ricardo Tissera y se apoderó de unos 550 pesos en efectivo y dos teléfonos celulares
Cabe señalar que como Alamo carece de antecedentes penales y, además, está al cuidado de una pequeña niña (hija de Berruezo), solicitó una “probation” o suspensión del juicio a prueba y logró evitar -al menos por ahora- tener que sentarse en el banquillo de los acusados.
Todo comenzó alrededor de las 3.30 de la madrugada de aquel miércoles, en inmediaciones de Alvear y Bolívar (cerca de la estación de servicio allí ubicada), donde la pareja dejó estacionada una moto Guerrero Trip para luego subir a un taxi.
Luego de circular alguna cuadras, Berruezo extrajo de entre sus ropas el arma blanca y amenazó de muerte a Barrera (por entonces de 58 años) y lo despojó del celular y poco más de 200 pesos en efectivo.
Tras abandonar a su víctima, la dupla repitió la acción con otro taxista, Ricardo Tissera (53), a quien también intimidó con la cuchilla y le sustrajo el teléfono móvil y aproximadamente 350 pesos después de recorrer unas pocas cuadras.
Si embargo, en esa segunda ocasión el chofer pudo accionar el botón de emergencia, con lo que puso en alerta a la central y a otros compañeros de trabajo, quienes acudieron inmediatamente en su auxilio.
Ante esta circunstancia, la pareja escapó a pie y fue seguida por uno de los taxistas, quien advirtió que los sospechosos ingresaron a un pasillo ubicado en Chile 542. Con ese dato, se dio aviso a la Policía, cuyo personal logró la detención de Berruezo y Alamo en el citado inmueble.
Poco después se constató que la moto que habían dejado preparada para darse a la fuga en barrio Rivadavia había sido sustraída cinco días antes (el 25 de julio) en barrio Parque Norte. De todos modos, como no se pudo probar que fueron ellos quienes sustrajeron la Guerrero, se les imputó el delito de “encubrimiento”, por el que Berruezo también fue condenado en la víspera.
El cuarto hecho delictivo que se le atribuía (aunque cronológicamente fue el primero) es un “robo en grado de tentativa” que la pareja cometió a mediados de enero de 2014 en el hipermercado Libertad, ubicado en el Paseo Villa María.
Allí sustrajeron mercaderías varias por algo más de mil pesos y la ocultaron en el changuito del bebé, pero no pudieron lograr su cometido porque la maniobra fue detectada por personal de seguridad a través de las cámaras de vigilancia instaladas en el local comercial.
Penas unificadas
Al momento de los alegatos, el fiscal Márquez solicitó la pena finalmente impuesta por los dos asaltos, el encubrimiento de la moto y la tentativa de robo en el hipermercado, pero pidió que dicha sanción se unificara con la sentencia dictada el 29 de marzo de 2013 en la misma Cámara del Crimen.
En aquella ocasión, Berruezo recibió una pena de tres años de prisión efectiva por haber perpetrado otros tres robos a mano armada, dos de ellos en un mismo negocio, en apenas 15 días.
En efecto, al caer la noche del 26 de junio de 2012, en el comercio conocido como “Los Sanjuaninos” (bulevar Sarmiento y Viamonte), el joven delincuente sustrajo 500 pesos en efectivo luego de amenazar a una empleada con un arma de fuego que nunca fue hallada.
Cinco días más tarde, el 1 de julio, alrededor de las 21, ingresó a la heladería “Grido” situada en Sarmiento 1819 y tras encañonar a dos trabajadores, se apoderó de 300 pesos que había en la caja registradora.
Lo sorprendente de la seguidilla de asaltos es que, apenas 10 días después, Berruezo volvió a la misma heladería para consumar un nuevo robo. Fue el 11 de julio, a eso de las 19, cuando nuevamente portando un arma de fuego que no pudo ser encontrada irrumpió en el local para amenazar al empleado de turno y desapoderarlo de otros 600 pesos.
El joven ladrón estaba detenido desde noviembre de ese mismo año 2012 y recuperó la libertad a principios de junio de 2014, es decir, apenas tres semanas antes de asaltar a los taxistas Barrera y Tissera.
Ahora, para poder dejar la cárcel, Berruezo deberá completar seis años “a la sombra” (sumado el tiempo que estuvo en la cárcel por la primera condena), ya que no tendrá acceso a la “condicional” por tratarse de un reincidente.