Los trabajadores del sindicato de la recolección de residuos continúan ampliando la faceta solidaria que desarrollan desde hace dos años, ahora también con presencia en el barrio San Martín
“Creo que la mayoría de los que estamos en el Sindicato Unico de Recolección de Residuos y Barrido de Córdoba (Surrbac) pasamos por necesidades o venimos desde muy abajo, y que hoy tengamos una buena calidad de vida no quiere decir que debamos olvidarnos de dónde venimos. Creo que por eso tenemos el compromiso de devolver algo de todo lo que recibimos”.
Las palabras de tres trabajadores de la Juventud Sindical 1º de Mayo del sindicato de recolectores permite entender por qué acaban de abrir una nueva copa de leche en la ciudad, la cuarta entre las que tienen acá y en Villa Nueva.
Ariel Alassia, Martín García y Andrés Lucero contaron detalles acerca del trabajo que vienen realizando desde hace dos años de la mano de Franco Saillen, y de la estrecha relación que existe entre los trabajadores de este rubro y los niños de los barrios más carenciados.
Según destacaron los tres trabajadores, las copas de leche se sostienen por el aporte que hacen de su sueldo cada uno de los miembros del gremio. Además, destacan también la colaboración externa, “sino , no podríamos llevarlo adelante”, que hacen carnicerías, panaderías o supermercados.
Actualmente, cada sábado, Surrbac ofrece el desayuno y el almuerzo a cada uno de los más de 50 niños que se acercan a los barrios Las Acacias, La Calera, Malvinas Argentinas y, desde hace tres semanas, también al barrio San Martín. Es decir, la iniciativa solidaria del gremio alcanza a unos 200 niños con quienes también comparten momentos de juegos, y algo más. “Lo que nos encontramos sábado a sábado es espectacular, más allá del almuerzo uno juega con ellos, hay mucho afecto, cariño, la idea es estar para ellos, escucharlos, hablar de sus problemas, por ahí hacemos de psicólogos, de payasos… ‘Profe’ nos dicen los chicos”, contó Alassia.
Para los trabajadores no es algo nuevo el hecho de que los pequeños los reciban con los brazos abiertos. En realidad, existe una relación que a ellos mismos los sorprende cada vez que van arriba del camión. “En todos los barrios hay chicos esperándonos, nos piden juguetes, ropa, porque saben que cuando encontramos algo en condiciones lo guardamos y se los damos, es como una tradición, cuando yo era chico también esperaba la llegada del recolector”, recordó Alassia.
Los vecinos también hacen su parte. García remarcó que “hay gente que deja una bolsa o una caja con una etiqueta que dice ropa o la señora te espera afuera y te avisa. Entonces la separamos y de ahí como nos vamos a otro barrio con más necesidades, golpeamos alguna puerta y la entregamos».
Esta relación entre vecinos que le entregan ropa a los recolectores y las necesidades que siempre existen, hizo que la Surrbac abriera, además, un ropero comunitario.
De hecho, la faceta solidaria no queda ahí. “Nosotros tenemos el compromiso de estar en los barrios y ver la realidad desde adentro, que creo que son muchos los que no lo hacen”, remarcó Alassia pero, lejos de ser una crítica, aclaró que “es porque tenemos la posibilidad de entrar a barrios a donde otros no pueden entrar, no es que el municipio no llega, sino que por ahí no encuentra la forma de llegar porque es gente complicada, y somos nosotros los que luego trasladamos las necesidades que vemos”.
En ese sentido, remarcó que existe una estrecha relación con la Municipalidad de Villa María. “Estamos permanentemente en contacto con Claudia Arias, de Desarrollo Social, a quien le acercamos las problemáticas donde el municipio no ve o no logran entrar”, cerró.