En su nuevo espectáculo la artista presentará a un nuevo personaje cordobés, inspirado en una canción que le cediera su amigo, el folclorista Facundo Toro, con todo el ritmo popular
Hoy a las 16 se montará el nuevo espectáculo de “Cantando con Adriana” en el Teatro Verdi (Hipólito Yrigoyen 329).
La puesta de música infantil, ideada y dirigida por la artista y exmaestra jardinera Adriana Szusterman, presentará esta vez “El sapo Poing Poing cumple años”.
En diálogo con este cronista, la artista -que regresará a la ciudad luego de cinco años- comentó que su flamante show se ha armado a sugerencia y a medida de su propio público.
“Hemos hecho una convocatoria a través de las redes sociales para que los chicos, los papás y los abuelos puedan votar las canciones y los personajes que quieren escuchar y ver. Así que se van a encontrar con aquellos hits que cantan en las escuelas y en la casa”, adelantó la cantante que arribará como parte de un staff de veinte personas.
Asimismo, anticipó que la puesta contará con nuevos personajes, entre ellos, una “sorpresa cordobesa”.
-¿De qué se va a tratar?
– Esto nació a partir de un amigo, el folclorista Facundo Toro, que vive en Córdoba. El compuso una canción infantil con sus hermanos y me la pasó para ver si me gustaba. Cuando apenas la escuché me imaginé un cuartetazo cordobés y un personaje cordobés que tomó vida hace muy poquito. Recién hice dos funciones de esta nueva gira.
-Ahora venís con el Sapo Poing Poing, pero muchos te conocen por el Sapo Pepe, ¿cuál fue el motivo de esa modificación?
– Simplemente, la autora de la canción del Sapo Pepe me prohibió que la cante en vivo hace seis años. Lo que me pasó me enseñó mucho, porque entendí que no todo el mundo piensa igual. Yo pude hacer muy popular la canción y pude crear un personaje que los chicos aman. Ahora ella se quedó con la canción y la cantan sus hijas y yo tengo a mi sapo Poing Poing.
“Ese encuentro me cambió mi alma”
-Hay una faceta tuya que no todos conocen que es la del proyecto solidario “Botiquín para el alma”, ¿cómo surgió esta iniciativa?
– Empezó hace diez años, a raíz de la invitación de una pequeña que estaba en un hospital y que quería conocerme. La verdad no se me había ocurrido ir allá, dado que siempre había cantado en teatros y en escuelas. Ese encuentro cambió mi alma definitivamente y ahora ella es mi ángel de la guarda. A partir de allí en todos mis conciertos hay niños que han estado hospitalizados o han tenido algún problema en particular. Creo que la música es para todos, que ayuda y que da alegría, en especial a aquellos que están pasando un momento difícil. En esta gira, que incluye Venado Tuerto, Río Cuarto e incluso Villa María, voy a invitar a niños en esas condiciones.
Entradas a $250, $270 y $300.