“¡Tremendo temblor de tierra en Otavalo! Estábamos sentados en casa y de repente empezó a moverse todo y se escuchaba como un rugido desde la tierra. Fue largo y fuerte.
Estamos bien, no pasó nada acá, aunque se agrietó un poco la pared de mi casa en dos partes. Ahora hay que ver si fue más fuerte y grave en otro lado
Si bien vivimos a unos 300 kilómetros del epicentro del terremoto y sentimos el temblor muy fuerte, en nuestra zona no hay daños materiales ni se lamentan pérdidas humanas. Tampoco tenemos conocidos o amigos nuestros que hayan sufrido daño alguno, pero en la zona de la costa la situación es desesperante.
Ustedes verán en las noticias: por el momento 235 muertos, más de 1.500 heridos, casas destruidas, edificios, hoteles y carreteras hechas pedazos, una población costeña destrozada por completo.
Es muy grave la situación. Además, hay réplicas a cada rato (nosotros sólo sentimos una anoche, como a las 2.13, pero en la zona del terremoto se sienten con fuerza).
Es la peor tragedia natural que sufre Ecuador en 37 años. Y, como se sabe, recuperarse cuesta, porque los gastos que afronta un Estado tras una tragedia de este tipo son inmensos”, escribió en su cuenta de Facebook el villlamariense Daniel Castoldi, quien reside en Ecuador desde hace algunos años.
Al menos 235 muertos y más de 1.550 heridos en un terremoto
El vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, informó ayer que la cifra de muertos por el terremoto que afectó el sábado al norte de ese país ascendió a 235 y la de heridos ya es de 1.557, al tiempo que descartó un alerta por tsunami.
Glas, quien se encuentra en las poblaciones de Manabí, en el centro costero, las más afectadas por el sismo, indicó que para el auxilio de los heridos se trasladaron dos hospitales móviles a la zona y 241 profesionales de la salud entre paramédicos, médicos e integrantes de la Cruz Roja Ecuatoriana.
El funcionario dijo que llegó ayuda de Venezuela y en las próximas horas se espera de Chile y de Colombia el aporte de vituallas y expertos rescatistas.
Con estos datos la cifra de muertos asciende al menos a 235, mientras que otras 1.550 resultaron heridas como consecuencia del terremoto de 7,8 grados en la escala abierta de Richter que azotó ayer el norte de la región costera de Ecuador, y que también causó múltiples daños materiales que aún se evalúan.
Glas, en una comparecencia ante los medios de comunicación, remarcó que la cifra de fallecidos podría aumentar debido a los daños generados en la zona afectada, informó la agencia española EFE.
Aseguró que la situación es particularmente «compleja» en el balneario costero de Pedernales, en la zona del epicentro, donde a los equipos de rescate y asistencia les ha sido difícil llegar.
«Queridos ciudadanos, tenemos la fuerza para superar este momento de dolor y tragedia. No dejaremos a ningún ciudadano solo», afirmó Glas.
El terremoto se produjo a las 18.58 hora local del sábado, entre los balnearios costeros de Cojimíes y de Pedernales, en la provincia de Manabí y colindante con la vecina Esmeraldas, que también ha sentido el impacto de las réplicas.
El Instituto Geofísico (IG) de la Escuela Politécnica Nacional, encargado de la vigilancia sísmica y volcánica en el país, indicó que las más de 60 réplicas registradas durante las seis horas posteriores a la sacudida principal alcanzaron magnitudes de entre 2,5 y 5,3 grados en la escala de Richter.
El Instituto no ha descartado que este comportamiento de permanentes réplicas pueda continuar por horas o días.
Tras el desastre, el Gobierno ecuatoriano declaró el estado de emergencia en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos y Santa Elena, así como el estado de excepción en todo el territorio nacional.
Glas insistió en que todas las instituciones están en «máxima alerta» para atender la situación y que ha dispuesto el envío de un hospital móvil a Pedernales, en la zona del epicentro.
El movimiento telúrico, con capacidad de generar un tsunami, activó el alerta de esa posibilidad en los países vecinos como Colombia, Perú y Chile, que poco después cancelaron la advertencia.
Por su intensidad se sintió en Colombia, y en el caso de Cali llegó a producir cortes de electricidad y agrietamientos en construcciones, sin casos graves.
El Gobierno colombiano, además, anunció la activación de un plan de contingencia para atender a sus ciudadanos en Ecuador.