“Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia”. Manuel Belgrano
Escribe: NET (de nuestra redacción)
Estamos transitando en medio de la tormenta de una crisis moral. Los argentinos supimos ajustar las velas frente a muchos vientos desfavorables. Pasamos de cuestionar a la clase política en su conjunto y pretender “que se vayan todos” a tolerar que se queden todos.
Enfrentamos los fantasmas de una economía puesta al servicio del capitalismo más salvaje y logramos resistir en la mayoría de los casos con dignidad.
Luego, pusimos la vara sobre el llamado “cuarto poder” y los grandes medios quedaron en el ojo del huracán.
Hoy, en el centro de la escena está la Justicia, con sus virtudes y defectos. Con la lentitud y la ceguera que sus integrantes le imprimieron a uno de los poderes principales de la República.
Es imposible imaginar una República sin justicia. Es imposible imaginar justicia sin República.
“Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia”. Una de las frases de Manuel Belgrano. Un concepto que sigue vigente después de 200 años.
Frente a la corrupción que hoy se muestra desnuda ante nuestros ojos, de pronto los ciudadanos (con excepciones) nos sentimos jueces, abogados defensores y verdugos.
Pero la corrupción no nació de un repollo ni la trajo la cigüeña desde Panamá.
Hemos convivido con la corrupción durante años. Una corrupción que puede ser (según su significado) una depravación moral o simbólica.
La corrupción es parte del gen de un sistema que enajenó la “moralidad” (vista desde el punto de las buenas acciones) para beneficiar a unos pocos.
La concentración de riqueza en un sector privilegiado es una injusticia. Dejar en la pobreza a millones de personas es una injusticia. Someter a los pueblos a los designios de un capitalismo insensible es una injusticia. Uno podría preguntarse ante tantas operaciones de lavado de dinero, cuentas offshore y uso indebido de dineros públicos ¿dónde estaba la Justicia?
Para que el mundo se haya transformado en una cueva financiera de poderosos, donde están líderes mundiales además de empresarios, hubo silencio o complicidad judicial. Hecha la ley, hecha la trampa, como dice el refrán.
Al momento de crearse las leyes ya se está pensando en la manera de evadirlas.
“Hasta que no se logre una distribución equitativa de la riqueza, no se resolverán los males de nuestra sociedad”, expresó el Papa Francisco.
Hace más de un siglo que venimos sumergidos en “los males de nuestra sociedad”.
“Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan los pueblos y tampoco lo aguanta la Madre Tierra”. Otro de los conceptos del Papa argentino.
Tener que escribir sobre la situación que estamos viviendo es doloroso y más aún cuando se observan “festejos” ante una realidad que golpea duramente a millones de personas.
¿Qué festejamos?, pregunto. ¿Festejamos el pago a los fondos usureros, festejamos las imputaciones en la Justicia, festejamos que la mayoría de nuestros presidentes democráticos de los últimos años hayan estado bajo sospecha? ¿Festejamos haber encontrado culpables en el otro y no tener ni una mínima capacidad de autocrítica?
¿Qué festejamos?
Un profundo debate
“Los partidos políticos triunfan o son destruidos por sus conductores. Cuando un partido político se viene abajo, no es el partido político quien tiene la culpa, sino el conductor”. Lo dijo Juan Domingo Perón.
“El desaliento, el quebranto, la inmoralidad, no surgen de los bajos fondos sociales. Vienen de las alturas. Hoy se sacrifica todo, el honor, la palabra, la fe jurada ante los hijos y la Patria, para descender luego a los goces materiales, por gustar con fruición de sibaritas los placeres de la sensualidad y el de gobierno. Hoy no se busca la posición política para poner a su servicio talento, carácter, patriotismo, sino para que aquella sirva a los fugaces caprichos de oscuros bienes, de miserables sueños”. Son palabras de Leandro N Alem.
Los dos partidos mayoritarios que levantaron la bandera de las clases populares hoy están en un proceso de “reacomodamiento”.
La República también necesita de la dignidad y la nobleza de los principales dirigentes.
Las dos estructuras deben enfrentar un debate profundo sobre el rol que cumplieron y que deben cumplir en esta crisis “moral” del sistema capitalista.
No hay, por el momento, señales visibles que permitan anidar esperanzas en torno a la llegada de una nueva visión de la política y su responsabilidad con los que históricamente han sufrido todos los “ajustes” y desajustes de las medidas económicas.
Nuevamente, los trabajadores activos y pasivos, formales e informales, ocupados o desocupados. Nuevamente los trabajadores cargan en sus espaldas el peso “de la culpa del otro”. Otra vez pagan los justos por los pecadores.
Es la historia sin fin. El famoso cuento de la buena pipa. Y estamos cansados de que nos cuenten el cuento de la buena pipa.
Un país no se conduce haciendo leña del árbol caído o fomentando la venganza y el odio.
Estamos a punto de recordar el Bicentenario de la Independencia y seguimos girando en un círculo sin salida. Simón Bolívar acuñó una frase durante la lucha latinoamericana que invita a la polémica y a la reflexión. “Estamos dominados de los vicios que se contraen bajo la dirección de una Nación como la española, que sólo ha sobresalido en fiereza, ambición, venganza y envidia”.
¿Nos hemos liberado de esos vicios?
A simple vista, no lo parece. Si nos hubiéramos librado de esos vicios, ninguno de nosotros festejaría “los males de nuestra sociedad” y la injusticia.
Y mucho menos deberían festejar nuestros dirigentes.
Frases de la semana
“La gente más pobre y la clase media están sufriendo mucho y a esto hay que pararlo, hay que generar trabajo y salario digno, que es la única forma de progresar”.
Ernesto Martínez, Frente Cívico
“No hay que elegir entre los que pesan plata o los que entregan el país, nosotros creemos que hay que elegir el trabajo, la producción, la perspectiva de la producción, de un proyecto que nos permita ser felices en una Argentina en donde sobra plata y lo que falta es vergüenza en los que gobiernan”.
Víctor De Gennaro, Unidad Popular
El ojo virtual de la cerradura…
– “Llama poderosamente la atención que a 100 años de esa gesta histórica que fue la elección de Yrigoyen como primer presidente democrático de la República Argentina, las actuales autoridades de la Unión Cívica Radical no hayan siquiera hecho un formal recordatorio de un hecho trascendental en la vida política de nuestro país”.
Lo expresó el dirigente del radicalismo Rodrigo López Tais en el marco de un debate organizado por la Juventud Radical de Colonia Caroya y la Escuela Raúl Alfonsín.
– “Si a las famosas rutas del dinero, tan de moda en estos días, las hubiesen manejado desde Caminos de las Sierras, ya estarían destruidas!”.
Frase del legislador del juecismo Juan Pablo Quinteros en las redes sociales.
– El dirigente villanovense Germán Bicego recordó ayer en su Facebook palabras de Alvear y destacó, entre otros conceptos, lo siguiente: “Yo, como viejo argentino, a quien, por la ley de la vida, le queda ya poco tiempo para estar en su país, me permito llamar la atención a mis compatriotas y decirles: Señores, mucho cuidado; estáis jugando el destino de la patria. En vuestras manos se halla la solución que requiere con urgencia y patriotismo la República. Haced de las luchas políticas una cuestión secundaria, para que prevalezcan los intereses permanentes de la Nación como cuestión primordial”.
– “Agradezco a los ciudadanos, comunicadores, periodistas e integrantes de la Asamblea contra la Corrupción por el apoyo brindado durante todo este tiempo en que desempeñé el cargo de presidente. Como es mi intención presidir el Comité de Circuito Villa María, de la Unión Cívica Radical, dejo la conducción de la Asamblea para dedicarme a la política partidaria. Ambas funciones resultan incompatibles por el compromiso asumido”.
Publicado por Marcelo Barotto en Facebook.