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Si nuestros empresarios más prominentes no pagan los impuestos…

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Si nuestros empresarios más prominentes no pagan los impuestos…

Señor director:

En momento en que nosotros estamos sacando punta al lápiz para ver cómo llegamos a pagar tooooodos los impuestos con tooooodos sus violentos aumentos, cuando tratamos de entender la lógica de lo que nos piden (ajustarnos el cinturón y bajarnos los pantalones al mismo tiempo), aparece la segunda parte de los Papeles de Panamá, y entonces nos enteramos de que nuestros empresarios más prominentes, aquellos a los que nos ponen como ejemplo del esfuerzo como trampolín al éxito, aquellos a los que entendíamos cuando reclamaban una emergencia o una promoción industrial, etcétera, etcétera… evadían al fisco a través de sociedades en paraísos fiscales y cuentas en bancos del exterior, de la misma manera que varios de los gobernantes.

El diario La Nación (con el que muchos de ellos se identifican), se vio obligado a publicar sus nombres, dado que forma parte del Consorcio Internacional que destapó la olla. Y los demás diarios, incluido el nuestro, de Villa María, nos van retransmitiendo la cuestión. Entonces, podemos saber que nuestros exitosísimos “hombres de negocios”, como la fallecida “cara de cemento” Amalia Lacroze de Fortabat, Héctor Magnetto de Clarín, Gregorio y Jorge Pérez Companc, los Blaquier del ingenio azucarero de Jujuy, Mastellone de La Serenísima, Francisco de Narváez (ex-Casa Tía y también político), Eduardo Eurnekián de Aeropuertos Argentina 2000, Alfredo Coto con decenas de supermercados, María de las Mercedes Bulgheroni (hija mujer del fundador de la compañía energética Bridas), los hermanos Pagani de Arcor… entre otros, dominaron en los últimos cinco años, en coincidencia con la vigencia del control cambiario, más de 40 compañías en paraísos fiscales, la mayoría instaladas en Islas Vírgenes Británicas o Panamá, Bahamas o las Seychelles.

No vayamos a pensar que pedían dólar barato para importar y lo exportaban de alguna extraña manera, no seamos mal pensados.

Pensemos en cómo pagar toooodos los impuestos y empecemos a pensar, mejor, que al país no lo van a salvar ellos, con sus dineros y sus intereses puestos en otro lado, sino nosotros, mirándonos a la cara y diciéndonos que si somos los que le ponemos el hombro a la Argentina cada mes, somos los que tenemos que decidir las cosas más allá de las campañas de champú con las que nos lavan la cabeza.

Y pensar que yo compraba las golosinas de Arcor, porque creía que le hacía un bien a Córdoba, al empleo en la provincia. Siempre seguía esa lógica localista: mejor comprar la manteca que se fabrica en Villa María, Villa Nueva, Tío Pujio, James Craik… antes que cualquier otra. Posiblemente lo siga haciendo, pero pensando únicamente en el trabajador de cada una de nuestras fábricas. Y que me perdone, de momento, el empresario que no emigra su fortuna como los nombrados y los que vayan apareciendo.

Otra cosa, La Nación reveló que abogado clave en la expansión monetaria de Lázaro Báez que fue detenido en Paraguay, Jorge Chueco, era el intermediario en la Argentina del citado estudio panameño Mossack Fonseca, para abrir sociedades en paraísos fiscales. “Creaba en promedio unas 12 sociedades offshore por año”, explicó La Nación. O sea que cualquiera de los encumbrados empresarios nombrados puede ser, en este tema específico, por así decirlo, “un Lázaro Báez”.

¿La Biblia junto al calefón? No. Todos calefones. Todos inescrupulosos. Aprendamos de todo esto, por favor.

 

Inés Jauregui

DNI 17.145.329