Tan enclavada en la identidad de la ciudad que basta hablar de la «Placita» o la «Canchita» para que cualquier mortal que vive en esta tierra sepa que nos referimos a la Plaza Manuel Anselmo Ocampo. Se trata de una de las cuatro plazas demarcadas en el plano de la refundación de la localidad en 1883. Pero recién en el año 1932 fue cuando se le impuso, de manera formal, el nombre con el cual se la designa hasta la actualidad.
Nota de invitación
A los 14 días del noveno mes de 1932 partió desde Villa María una nota con la rúbrica del entonces intendente municipal, Parajón Ortiz. La misiva estaba dirigida a María Luisa Ocampo de Urquiza, hija de quien Villa María reconoce como su fundador. Es interesante señalar que por entonces aún se discutía si esa categoría le correspondía a Ocampo, existían interesados en la historia local que planteaban otras tesis y negaban que la ciudad fuera fundada por este personaje de la política nacional. Es decir que la designación de una de las plazas más importantes de la ciudad con su nombre jugó, de manera importante, en el reconocimiento ciudadano de la figura de Ocampo.
María Luisa era la hija mayor de Manuel y, según se dice, a quien su padre honró poniéndole su nombre a esta localidad. Según la nota que le remitiera el intendente local, a principio de los años 30 vivía en la calle Oro 3074 de la ciudad de Buenos Aires. La carta de Parajón Ortiz la invitaba a visitar esta ciudad ya que, a pocos días aquí se «inauguraría» una «plaza que llevará el nombre de su fundador, D. Manuel Anselmo Ocampo», estando previsto el acto para el día 18 de ese mismo mes y consistiría «en la colocación de una placa de bronce con su nombre».
María no fue la única invitada especial, también se cursaron nota con ese fin a otros familiares de Manuel Ocampo, entre ellos a Ramona Aguirre de Ocampo, Raúl Ocampo, Saturnina Olazábal de Ocampo, Sebastián Ocampo, Isabel Snack de Ocampo. Todos residentes en la Capital Federal. Si nos guiamos por el hecho de que las invitaciones fueron fechadas sólo cuatro días antes del acto, podemos concluir que el mismo no tuvo gran planificación.
Ordenanza
El Concejo Deliberante, presidido por el médico Velo de Ipola, por iniciativa del concejal Barbiera, sancionó una ordenanza determinando que la plaza pasara a denominarse Manuel Anselmo Ocampo. Hasta entonces era conocida como «Plaza de Ejercicios Físicos». En el Libro de Actas Nº 10 del Honorable Concejo Deliberante, en sus páginas registra el Acta 273, donde consta entre los asuntos a tratar el 16 de julio de aquel año, se dice que «…la Comisión de Obras Públicas y Seguridad en despacho que firma el señor Barbiera aconseja aprobar el proyecto dando el nombre de ‘Manuel Anselmo Ocampo’ a la Plaza de Ejercicios Físicos».
También se aclara que a pedido del intendente municipal se modificó el tercer artículo y quedó aprobada la Ordenanza 294, luego promulgada por decreto fechado el 4 de agosto. La ordenanza, en su primer artículo dice: «Desde la promulgación de la presente ordenanza, la Plaza Municipal de Ejercicios Físicos se denominará Plaza Manuel Anselmo Ocampo».
En la misma norma legal las autoridades del Concejo establecieron que se colocara una placa de bronce con el nuevo nombre del lugar, fijando la misma en uno de los pilares del establecimiento. Por otra parte dejaron normado que debía invitarse a los familiares de quien había sido el dueño de estas tierras para que asistieran al acto previsto para el día 21 de agosto. Pero pocos días después Parajón Ortiz pidió que se modificara la fecha para, como manera de ahorrar gastos, coincidiera con el acto previsto para la imposición del nombre de «Garibaldi» a la cortada que hasta entonces se denominaba «Santa Clara».
Al acto de imposición de nombre a la «Canchita» asistieron las autoridades y también familiares de Ocampo, aunque no María Luisa.