El extribuno José Naselli sacudió la aparente calma en el tablero local con un pedido de juicio político para dos integrantes del Tribunal de Cuentas. Hubo distintas reacciones: las de siempre defendiendo posiciones con ataques y descalificaciones y las ejecutivas tomando medidas para que las rendiciones de cuentas sean más claras
Escribe NET
De nuestra Redacción
Fue una semana agitada. El extribuno José Naselli sacudió la aparente calma en el tablero local con un pedido de juicio político a los integrantes del oficialismo en el Tribunal de Cuentas.
Más allá del contenido de la nota enviada por Naselli al bloque de concejales de Juntos por Villa María y la factibilidad de su solicitud, las apreciaciones del extribuno dejaron al descubierto dos modalidades de reacción diferentes: defenderse atacando y descalificando o escuchando y haciendo.
En este punto radica, principalmente, el camino de los cambios que la sociedad ha reclamado y dejado constancia con su voto.
Si los dirigentes políticos no logran entender el mensaje implícito en las urnas, la credibilidad se va devaluando cada vez más y no es un buen síntoma para la democracia.
El peronismo local ha tenido una fuerte presencia desde 1999 hasta la fecha en la ciudad. Sin embargo, olvida (analizando dichos de algunos dirigentes) que ciertos discursos ya no tienen inserción en un sector mayoritario de la sociedad que pretende mayor claridad en las cuentas públicas. Y, además, está en todo su derecho de exigir la rendición de cuentas.
Las denuncias sobre supuestas irregularidades no se pueden contrarrestar más, repitiendo el viejo casete que habla de “conspiración o intentos destituyentes”.
No podemos seguir mirando la paja en el ojo ajeno y esquivar la viga en el propio. Es totalmente inapropiado para un dirigente de peso, atacar en lo personal a un tribuno que equivocado o no, ha luchado incansablemente contra la corrupción.
El bloque de ediles de Juntos por Villa María está analizando la presentación de Naselli y por el momento consideran que “no existen” razones suficientes para impulsar un juicio político contra los dos tribunos del peronismo.
“Patricia Gómez (integrante del Tribunal por la oposición) pidió informes sobre las conciliaciones bancarias y estamos esperando que lleguen. No se tiene toda la información para afirmar que Julio Oyola y Mariela Boaglio se hayan excedido en el uso de sus facultades”, precisó una fuente legislativa de la bancada de la minoría.
Naselli puso sobre la mesa la decisión de los tribunos mencionados para “archivar el proceso de revisión de las conciliaciones bancarias” encarado por el Tribunal anterior y que cuestionaba decisiones administrativas de la gestión de Eduardo Accastello.
“Tal vez pueda ser cuestionable Boaglio desde la ética, lo correcto hubiera sido que se apartara ya que ella era la Tesorera y es parte de los cuestionamientos”, siguió expresando nuestra interlocutora.
En este escenario, la reacción del intendente Martín Gill fue ejecutiva y sin tantos rodeos.
Gill venía trabajando, desde hace un tiempo, en la reforma de la rendición de cuentas que deberán hacer los entes municipales que funcionan con la categoría de sociedades de Economía Mixta.
Nueva modalidad
El titular del Ejecutivo definió una nueva modalidad de trabajo que le permitirá seguir de cerca el destino de los fondos que manejan dichos organismos.
Cada ente deberá presentar un informe y la documentación correspondiente dentro de los 120 días de recibidos los subsidios. “Si no rinden se corta el flujo del dinero”, señalaron desde el Palacio municipal.
“La gente reclama fuertemente que tengamos mayor cuidado, mayor responsabilidad y mayor transparencia con los fondos”, dijo Gill al tomar la decisión de implementar las nuevas medidas por decreto.
El titular del Ejecutivo observa con atención las señales de estos tiempos y “apuesta a un modelo de austeridad, responsabilidad, diálogo y encuentro”.
Su decisión “es una respuesta” concreta a los reclamos que durante años hicieron los tribunos opositores, entre ellos Naselli.
Este estilo “distinto” de conducir el Gobierno municipal que viene demostrando Gill, no ha llegado todavía a todos sus colaboradores que siguen demostrando estar más cómodos en el campo del enfrentamiento verbal que en el terreno de la estrategia política.
Hoy es momento de “prudencia”. Eso, el intendente y futuro presidente del PJ departamental lo tiene claro y lo repite. El escenario que vive el país, exige una mirada amplia de la situación, un reconocimiento de los errores cometidos y una apertura a superar las antinomias.
De acuerdo a datos estadísticos, en 1975 la pobreza afectaba a un 5% de la población. En 1982, llegó al 37%.
Hoy, está en el 34%. Poco y nada se avanzó en el tema de la justicia social.
Otros datos para tener en cuenta. En 1951, en la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, el 45% del Producto Bruto Interno (PBI) argentino se destinaba al pago de salarios.
Al año 2013, sólo el 5% del ingreso se concentraba en el 20% más pobre de la población, mientras el 46,5% se concentraba en el 20% más rico.
La distribución equitativa de la riqueza volvió a ser una asignatura pendiente. Tal vez, los dirigentes con vocación, que hay muchos, tendrían que apelar a todos sus conocimientos y esfuerzos para que el reparto entre el capital y el trabajo se acerque cada vez más a la “justicia social” que tanto se menciona en este mundo hecho a medida de unos pocos.
Las doctrinas no se declaman, las doctrinas se practican con madurez y responsabilidad.