La cirugía cardiovascular realizada a la pequeña paciente, se cuenta como la cuarta intervención en poco más de dos años, en el servicio de Pediatría
El servicio de Neonatología del Hospital Regional Pasteur volvió a ser el “escenario” de una cirugía cardiovascular exitosa a una beba prematura nacida con 32 semanas de gestación y 1.500 gramos de peso, que le permitirá subsanar su estado de salud a partir de una cardiopatía congénita (ductus arterioso persistente) que la afectaba.
La operación, la cuarta realizada en poco más de dos años en el servicio y la tercera en poco menos de un año desde la apertura del nuevo Hospital, fue realizada conjuntamente por los cirujanos cardiovasculares pediátricos Raúl Juri y Marcos Loconte, integrantes de un equipo itinerante que opera en las dos maternidades provinciales, el Hospital de Niños y en hospitales del interior equipados para este tipo de intervenciones.
Sobre la operación, Víctor Raguza, jefe de Neonatología del Pasteur, informó que fue realizada con total normalidad y explicó que “si bien el estado de la beba es estable y la intervención fue óptima, habrá que esperar 48 horas para establecer la evolución y el éxito de la intervención».
Juri y Loconte junto al doctor Héctor Díaz forman parte de un equipo de prestigiosos cardiocirujanos especialmente preparados para la implementación de una técnica innovadora en este tipo de cirugías en prematuros que evita que se toque la pleura del pulmón.
Actualmente superan el promedio anual de 50 intervenciones en toda la provincia: «Hoy el 90% de ellas son exitosas, sin embargo más de la mitad de estos pacientes no supera los mil gramos, por lo que son pacientes de alto riesgo que, pese a superar óptimamente la operación, pueden presentar otras patologías que pongan en riesgo sus vidas», afirmó Juri.
Es importante recordar que esta cardiopatía hace que la arteria pulmonar le robe sangre a la aorta, pudiendo producir una congestión pulmonar. Además, los tejidos no reciben la sangre suficiente y el corazón intenta compensar esta situación sin poder lograrlo e incurriendo en una insuficiencia cardíaca que puede costarle la vida al bebé. Para que esto no suceda fue necesario realizar una toracotomía para clampar el ductus arterioso (se pinza el conducto con instrumental quirúrgico -pinzas especiales- de modo que quede cerrado).
Como en cada intervención de esta complejidad, los profesionales destacaron la labor del equipo de Neonatología del Pasteur al calificar su desempeño como “excelente: la colaboración fue perfecta y todo salió de acuerdo a lo planeado, no hubo ningún contratiempo”.