El ex-Talleres volvió del país europeo a Villa María con el título de campeón y la satisfacción de un gran año. Un repaso por su experiencia en un lugar adonde arregló seguir por dos temporadas
Jugar lejos del país, pero formando un hogar en una tierra extraordinaria; adaptarse, ser campeón, vivir tranquilo y en familia. Y disfrutar… ¿Qué más puede pedir un jugador de 32 años, que tanto la peleó en el mundo del fútbol?
Juan Cruz Gill, el villamariense que surgió de El Santo, pasó por las inferiores de Alem y armó el bolso siendo menor para jugar en Talleres, es un agradecido de todo el presente que atraviesa.
En la isla de Malta (una maravilla del turismo europeo), por donde antes vivieron el villamariense Víctor Rena y el palestino David Reano, Gill se coronó campeón con el Valletta Fútbol Club y luego de ser un pilar fundamental de la defensa. Y afuera de la cancha, con su mujer y sus dos pequeños hijos, encontró la tranquilidad que todo argentino espera cuando debe trabajar en otro lugar del mundo. Entonces ahora, mientras pugna contra el frío en Villa María y pasa las últimas horas de su descanso, puede decir que Malta “superó mis expectativas”.
“Con mi familia nos adaptamos bárbaro, aunque al principio, recuerdo, llegamos a un departamento que no tenía aire acondicionado y tuvimos que dormir pegados todos al ventilador”, recuerda, con una sonrisa, reflejando las temperaturas que atraviesa ese país pegado al mediterráneo.
“El nivel de vida es tranquilo. Europa es seguro, hay lugares más complicados que otros, por la crisis. Pero Malta vive en el turismo, es una isla donde no hay noticias de inseguridad”, asegura.
-¿Es un balance positivo?
-La verdad que sí. Es un lugar muy lindo, es una experiencia similar a la que viví en Chipre durante dos años y medio, aunque en esta oportunidad me tocó ir a un club más grande. El primer desafío era ser campeón y sabíamos que íbamos a ser difícil. Pero gracias a Dios se dio todo. Me sentí importante y eso es lindo para cualquier jugador.
-¿Colmó tus expectativas?
-Sí. Superó mis expectativas. Pensé que el equipo iba a tener menos gente, pero los hinchas acompañaron bastante. Malta tiene buenos jugadores, pero al ser un país chico tiene menos cantidad y, al tener más extranjeros, logra más nivel. Este año hubo más extranjeros y eso generó un torneo más duro.
Los malteses son fanáticos del fútbol, aunque tienen un país chico y eso no les permite competir con el nivel de otros países que están al lado, como el caso de Italia. Pero a nivel selección están creciendo. Perdieron contra Italia 1-0 de visitante, cuando antes perdían por goleada.
-¿No te llamaron de la selección?
-No, pero además es imposible porque tenés que vivir cinco años ahí para estar en la selección. Tengo 32 y tendría que quedarme hasta los 38; muy difícil.
-¿Lo más difícil es el idioma?
-No me costó mucho. Me manejo mucho con el inglés porque el maltés es muy complicado. En Chipre lo sufrí más al idioma, al principio, pero me ayudó para esta oportunidad.
-Y antes de irte tenías una posibilidad de volver al fútbol argentino…
-Sí, cuando volví de vacaciones de Chile, Daniel Pussetti, que es mi representante, me hablaba de una posibilidad de acá, pero luego se dio lo de Malta, nos pusimos de acuerdo con él y surgió todo rápido. Y no estoy arrepentido, al contrario, muy agradecido.
-¿Cumplen con el jugador?
-Sí, la verdad que tenía miedo con ese tema porque si bien la mayoría de las veces no tuve inconvenientes, en Venezuela, por ejemplo, estuve seis meses y me volví al país por problemas de pago. Fue un problema del club, ya que tal vez en otra institución de ese país no existía ese problema. Suele pasar.
En este caso le pregunté a David (Reano), que me dio bastante data de cómo era todo, y nos fuimos con mi familia porque la verdad que parecía todo serio. Y así fue.
-¿Arreglaste la continuidad?
-Sí. Fui con un año de opción y ellos arreglaron conmigo, pero me ofrecieron dos años y acepté seguir.
-¿Cómo es la competencia?
-Son 12 clubes y el campeón viene de jugar la Pre Champions League, que es un lindo incentivo, si bien no arrancás en fase de grupos. Esto arranca en julio.
-¿Cómo es el prototipo del jugador maltés? ¿Es como italiano, pero más “inocente”, se podría decir?
-Sí, son jugadores técnicos. Quizás les falte la escuela del jugador sudamericano, esa donde te enseñan a ganar o ganar desde chiquito, con una mayor competencia. Pero hay muy buenos jugadores… La verdad que es una muy linda experiencia.
Mi hermano, el intendente
“Martín hará una excelente gestión”
Es la primera vez en la historia de Villa María que un intendente tiene a un hermano que es futbolista profesional.
Lo curioso es que Juan Cruz, el defensor experimentado de Valletta, estuvo un año en Malta y recién ahora, en su retorno, pisó suelo villamariense desde que Martín Gill es el mandatario.
“Estoy muy feliz por él. Martín es un tipo que toda la vida mamó política, desde la escuela. Y en ese sentido fuimos siempre diferentes, aunque cada uno con su pasión”, contó Juan Cruz.
“Estoy contento con él porque sé que es una gran persona y le deseo lo mejor y una excelente gestión, como sé que lo va a hacer”, añadió.
Igual Martín, a diferencia de su papá (que juega en AFUCO) y de su hermano, hubiese sido basquetbolista.
“Sí. Siempre le gustó y le interesó el deporte como una herramienta de inclusión. Recuerdo cuando era rector de la Universidad y me contó ‘Juan, vamos a hacer fútbol con la ‘Uni’ porque queremos hacer algo distinto’, y siempre lo noté interesado en mejorar las cosas”.