Que dos de sus integrantes cayeran cuando circulaban en un VW Amarok y que otros tres fueran detenidos cuando se desplazaban en un Renault Fluence, no fue casualidad… “Amasaron” una fortuna. Luego de cada golpe posaban con el botín, y coleccionaban las fotos. En varios casos, aparecen dentro de habitaciones, lanzando billetes por el aire

No usaban armas. Solamente un HT Alinco, un handy (transmisor-receptor) muy pequeño que puede disimularse perfectamente en una mano. Cuando en la zona céntrica de Villa María y de otras ciudades del interior provincial divisaban alguna persona que salía de un banco con un maletín, la seguían caminando hasta las proximidades de su automóvil. Si la víctima escogida dejaba el portafolios en el interior del vehículo para continuar con otros trámites, esperaban el momento en que activara la alarma y entonces pulsaban el handy, que actuaba como inhibidor. Cuando la persona se alejaba, abrían y extraían el botín.

Si por el contrario, su blanco emprendía viaje, lo seguían en lujosos coches hasta su próxima parada y allí procedían de igual manera con el inhibidor de alarma.

Los tres últimos integrantes de la banda cayeron a bordo de un Renault Fluence de color gris oscuro, con vidrios polarizados, luego que un cliente del Banco Nación los viera huir tras haber abierto su auto, al que creía haber dejado con la alarma puesta. El hombre le avisó al policía que se encontraba de guardia en la puerta del banco (hacia el interior de la entidad), quien comunicó el hecho al Comando de Acción Preventiva y en un rápido operativo cerrojo consiguieron interceptarlos cuando circulaban por el bulevar Vélez Sarsfield.

Una semana antes habían caído otros dos, en un Volskwagen Amarok blanco, cuando intentaban escabullirse de una patrulla en medio del tránsito y quedaron atrapados en una de las estaciones de servicio de la calle Santa Fe por la que quisieron acortar camino, sin percatarse de que un cliente adelantaría su auto y les cerraría el paso involuntariamente.

Cien hechos, millones de pesos

A las detenciones les siguieron una serie de allanamientos en los barrios Observatorio, Pueyrredón y Rosedal, de Córdoba capital, dispuestos desde una Fiscalía de esta ciudad. Los puntos a allanar fueron en primera instancia domicilios relacionados con los detenidos y, en segunda instancia, tres lavaderos de autos propiedad de algunos de los detenidos.

La comisión policial de Villa María acudió en compañía de efectivos de la Brigada de Robos y Hurtos con sede en la misma jefatura de la fuerza.

En el marco de esas dilegencias se hallaron llaveros, billeteras, joyas, bolsos y otros elementos que figuraban en denuncias radicadas en la Policía y en los exhortos librados desde los Tribunales, además de un sinfín de bienes (desde autos hasta televisores de última generación) de dudosa procedencia. También se incautó un buen número de teléfonos celulares.

Y presisamente del peritaje de los teléfonos móviles surgieron en las últimas horas los datos más relevantes de la incipiente investigación sobre una banda que, al parecer, tiene al menos un integrante prófugo. En efecto, de los mensajes de texto y whatsApp que intercambiaban los miembros del “equipo” surge que actuaban en Oncativo y Oliva a media mañana, en Villa María hacia el mediodía y en Río Cuarto por la tarde. Y a la noche regresaban del “Imperio” a la “Cueva” (Córdoba) por la ruta 36, según sus propios términos. Por cierto, en la jerga, Villa María es señalada como “La fácil”.

En uno de los hechos se hicieron con 20.000 dólares. En otro, con 40.000 pesos, por citar algunos ejemplos.

¿Por qué no actuaban en Córdoba capital y realizaban repetidamente el raid por las rutas 9, 158 y 36? Existe entre policías “de pueblo” una sospecha sobre la existencia de algún acuerdo inconfesable y difícil de probar. Algo así como “hagan lo que quieran fuera de Córdoba, pero en Córdoba no se metan”.

“¿No ves que en La Voz no aparecen hechos de robo? Nos los mandan para el interior”, dice una de las fuentes policiales de EL DIARIO.

Fotos

Lo cierto es que en aquella repetida ruta del delito los delincuentes habrían cometido alrededor de cien robos, según los festejos reflejados en palabras “mensajeadas” y “whatsappeadas”, en varios casos acompañados por fotografías.

Los investigadores se sorprendieron con algunas de las imágenes, en las que quienes permanecen ahora detenidos aparecen junto a otras personas semitapados por nubes de billetes lanzados por los aires. Se trata de suculentos botines alcanzados con tan sólo pulsar la tecla de un handy HT Alinco.

Advertencia

De los hechos que aquí se relatan surge nítidamente la advertencia de que ya no se puede poner la alarma del auto a la distancia y mucho menos de espaldas, después de bajarse y emprender la caminata hacia donde sea que uno vaya.

Contra lo que seguramente no habrá prevención que valga, es contra la clarividencia de uno de los integrantes de la banda, quien al parecer todavía permanece en libertad: el día en que cayeron sus tres compañeros en el Renault Fluence, les escribió un mensaje de texto que dice lo siguiente: “No me pasen a buscar. Hoy no voy. Soñé que nos volteaban y nos daban duro”.