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El encanto de los eternos perdedores

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El encanto de los eternos perdedores
Un inspirado Roberto Musso comandó buena parte del show, aunque en un par de pasajes delegó el mando al bajista Santiago Tavella, en cuya performance el sonido no fue el óptimo (foto Facebook Marta Caraballo)
Un inspirado Roberto Musso comandó buena parte del show, aunque en un par de pasajes delegó el mando al bajista Santiago Tavella, en cuya performance el sonido no fue el óptimo (foto Facebook Marta Caraballo)
Un inspirado Roberto Musso comandó buena parte del show, aunque en un par de pasajes delegó el mando al bajista Santiago Tavella, en cuya performance el sonido no fue el óptimo (foto Facebook Marta Caraballo)

“En el fondo siempre fui un freak”, destila el querible, incontenible y desgarbado “frontman” de El Cuarteto de Nos, Roberto Musso, en el súper hit “Yendo a la casa de Damián”.

Buena parte del repertorio de la banda uruguaya hace gala histriónica de dicha condición. Títulos de placas como “Raro”, “Bipolar” o “Porfiado” (el tridente de álbumes que masificó su popularidad a nivel continental) refuerza ese concepto.

Pero a diferencia de la actitud flagelante de grupos anglosajones o estadounidenses con verba lacrimógena, la formación charrúa apuesta a esgrimir una atmósfera que endilgue la desfachatez y enfatice la hidalguía elegante del eterno perdedor.

En otro orden, la plataforma musical y en especial letrística del grupo (en base a las métricas endiabladas de Musso y la lírica irónica del bajista Santiago Tavella), han logrado soldar un puente entre músicos de longeva trayectoria con público cautivo de adolescentes y jóvenes, más adultos que logran disfrutar la misma performance, al tiempo que pueden detectar ciertas pistas filosóficas en el cancionero de sofisticada prosa.

El jueves por la noche, El Cuarteto convocó a cerca de 400 personas en el Verdi para socializar -en plan de despedida- “Habla tu espejo”. El set, de casi dos horas, arrancó con “Buen día, Benito”, pasó por la intensa y demoledora “Roberto”, “Todos pasan por mi rancho” (una simpática canción telúrica en plan acústico), “Whisky en Uruguay” (la particular versión de Whisky in the jar”), “El hijo de Hernández” y “El invierno del 92” antes de los bises.

Previo a ello, un desperfecto técnico vinculado a una Mac provocó un intervalo imprevisto. No obstante, a la vuelta, Musso tiró como primicia que tras una gira por América Latina regresarán a Argentina para grabar su nuevo disco.

J.R.S.