Por el mes de junio, no habrá novedades y los empleados suspendidos deberán afrontar fríos 30 días con un ingreso de 9 mil pesos. La Cooperativa gestiona auxilios
La situación de los trabajadores suspendidos no se resolverá hasta el 1 de julio. Los 30 días de suspensión corren desde el pasado miércoles, cuando siete empleados de la planta láctea El Craikense y dos del área comercio, todos de la Cooperativa Agrícola Tambera de James Craik Limitada, recibieron el telegrama de despido.
Si bien fueron reincorporados pocas horas después, tras la amenaza de una medida de acción directa con toma de las instalaciones de la usina y una audiencia en el Ministerio de Trabajo, la situación no logra disipar certezas.
Ayer volvieron a verse las caras los representantes de la empresa y del gremio de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea de la República Argentina (Atilra) en la Delegación local, donde se hicieron cargo el inspector Marcos Ghisolfi y el jefe de la misma, Ignacio Venencia, por el lado de la Cooperativa estuvieron el presidente del Consejo de Administración, Sergio Vigliano, acompañado de José Luis Volando y el abogado Lucas Caballero, mientras que por el gremio lo hicieron el secretario general de la Seccional Villa María, Pedro Fernández, y el Adjunto, José Calderón.
Las conversaciones giraron en torno a la situación financiera por la que atraviesa la planta, pero desde el sindicato volvieron a marcar que «el achique lleva al cierre de las empresas».
Con 9 mil pesos
Por un mes, tal como lo adelantamos antes del cuarto intermedio dispuesto en la Delegación de Trabajo, los siete trabajadores suspendidos no volverán a sus puestos hasta el 1 de julio. En esa fecha se reunirán otra vez y podría haber encuentros para conseguir en conjunto un aval que les permita acceder a una auxilio económico para paliar la situación de la Cooperativa.
La Cooperativa de “El Craikense” arrastra problemas económicos y a principios de abril presentó en la misma cartera laboral el «procedimiento preventivo de crisis», el que fue rechazado de plano por los gremios. En ese marco, acordaron reducir la jornada laboral de ocho a seis horas diarias (por tres meses), lo que afecta en una reducción aproximada del 25% los salarios de los trabajadores.
Entre los argumentos la empresa sostiene que se redujo la producción: de un diciembre con 110 mil litros de leche que se procesaban a diario bajaron a enero con 35 mil y recién en abril tuvieron una recuperación parcial que alcanza los 50 mil litros diarios de leche. Coinciden que con un plantel de 65 empleados en la planta, «no es rentable».
Ahora, sobre la afectación de los trabajadores suspendidos por un mes, los ingresos se verán reducidos a un básico que ronda los 9 mil pesos, libre de descuentos, según explicaron.
Vía ministro Sereno
El viernes pasado, tras la reunión que encabezó y convocó en la sede de La Bancaria el ministro de Trabajo de la provincia, Omar Sereno, en su visita a Villa María, representantes de la Cooperativa craikense accedieron a un intercambio con el funcionario, en pos de manifestar su preocupación por sostener las fuentes de empleo.
En ese marco, los integrantes del Consejo de Administración afinarán las probables vías de ayuda necesarias para hacerlas llegar a las autoridades del Ejecutivo provincial, para tratar de salir de esta asfixiante situación.
Con comercio
El caso de los dos trabajadores encuadrados en el Centro de Empleados de Comercio (CEC), ayer se llevó a cabo la primera audiencia, sin mayores novedades y pasando a cuarto intermedio para el próximo lunes al mediodía. Vale mencionar que en este caso, asistió la secretaria Gremial del CEC Villa María, Gabriela Navarro, y por la Cooperativa se presentaron Volando y Caballero, mientras que el funcionario del ministerio fue el inspector Jorge Maldonado.
Desde Córdoba
En cuanto a los tres trabajadores despedidos el 29 de abril y que se desempeñaban en el centro de distribución de la ciudad de Córdoba capital (en Juan B. Justo 3652), las partes dejaron trascender que llegarían a un acuerdo, tal como había sucedido con al menos un empleado que desarrollaba tareas en Tucumán para la firma cooperativista.
La semana pasada dimos cuenta del caso de la joven craikense Laura Rossi, que con tres años de trabajo en El Craikense, fue enviada hace dos años a hacerse responsable administrativo de la dependencia cordobesa, ciudad donde se trasladó a residir. Hace un mes su padre le avisó vía telefónica de la llegada del telegrama de despido. En ese momento lo comunicó a sus dos compañeros. El centro de distribución cerró sus puertas y los entonces exempleados quedaron en la calle. Laura estuvo la semana pasada en el Ministerio pero sin novedades. Luego de algunas conversaciones, Atilra introdujo esa situación en un marco de negociación y al menos la mujer accedería a un «arreglo» a modo de indemnización. Los otros dos obtendrían, al parecer, también un acuerdo. En pocos días y luego de un mes de incertidumbre, surge un resarcimiento que se parece a lo correspondido. Así parece.
Mientras, unos deberán “estirar” para pasar junio y otros esperar al lunes.
Franco Gazzoli