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El abuso moral: un maltrato que no deja moretones

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El abuso moral: un maltrato que no deja moretones
Estos personajes no pueden vernos como personas, sólo como cosas
Estos personajes no pueden vernos como personas, sólo como cosas
Estos personajes no pueden vernos como personas, sólo como cosas

Escribe Lic. Rita Giordano PSICOLOGA MP 3490

Las heridas morales tienen la particularidad de que se ocultan, pero no se cierran; siempre dolorosas, siempre prontas a sangrar cuando se les toca, quedan vivas y abiertas en el corazón”.

Alejandro Dumas (padre)

 

El abuso moral es una herida invisible que no deja marcas en el cuerpo pero destruye la estima y la dignidad de la víctima.

Es un moretón oscuro que no se ve, pero duele. Duele la humillación, la cosificación, la estafa a la buena fe, la inversión de tiempo, afecto y vida.

El abuso moral ocurre con mayor frecuencia de la que pensamos, y puede ser ejercido por familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, líderes sociales, etcétera.

Cuidado: en estos tiempos proliferan los abusadores, gente sin escrúpulos que se engrandece destruyendo a otros.

En muchos casos, los abusadores morales conquistan la confianza de sus víctimas en virtud del rol social que desempeñan. Ocupan posiciones de liderazgo y son referentes para un sector de la sociedad. Este tipo de abusadores, se escuda en “un bien mayor” para obtener beneficios propios.

Son capaces de intuir el límite del otro, para envolverlo con palabras o gestos de adulación y de esa manera sacarle lo que apetecen: sexo, dinero, lujos, privilegios, cargos importantes. Repiten un clásico círculo en el cual usan a la persona y luego la desechan como un objeto descartable.

Este último aspecto tienen en común el abuso moral con el abuso sexual: la persona es tomada como objeto.

 

Es un psicópata

Sí. El abusador moral es un psicópata, pero eso no se dice.

El imaginario social suele pensar al psicópata como aquel “criminal” que sale en las noticias cometiendo delitos, asesinatos o abusos. Sin embargo no siempre es así. Algunos de estos personajes son grandes simuladores. Circulan en nuestra vida diaria aparentando ser sujetos integrados socialmente.

Por tal razón, no resulta extraño encontrarlos ejerciendo profesiones de servicio cuya intención precisamente no es servir, sino servir-se. Son lobos con piel de cordero.

Estos personajes que no pueden vernos como personas, sólo como cosas, se aprovechan de nuestras vulnerabilidades (compresión, amor y cariño) y de nuestras necesidades (no estar solo, querer a alguien, ser el hijo, el hermano o la madre).

Las víctimas son personas que, por alguna razón, se dejan envolver y no pueden zafar fácilmente. Por lo general, tienen carencias afectivas de base. Muchas veces son personas brillantes, especialmente mujeres. Aquí se evidencia que no tiene nada que ver el cociente intelectual, ni la posición social, el psicópata puede captar como presa a cualquiera.

 

Cómo detectarlos

* Son grandes seductores. Durante la etapa de conquista, mantienen oculto su verdadero carácter. Simulan tener virtudes que les abren paso a la confianza de los demás tanto en su vida privada, como en la profesional y social. Son en definitiva, “grandes actores”.

* Aparentan seguridad y se manejan con arrogancia. Esta actitud “de ir por todo” suele producir impacto y capturar las miradas de aquellas mujeres que buscan “un hombre con personalidad”.

A veces se muestran excesivamente carismáticos, lo que despierta amor o fanatismo. Otros, prefieren un perfil social más conmovedor y simulan preocupación por los más débiles.

* Están llenos de codicia y no tienen registro del otro. Si bien aparentan sentir amor y compasión, sólo es una mueca a fin de alcanzar sus objetivos.

Justamente, aunque parece que trabajan en función de un bien común, “trabajan sólo para sí mismos, para conseguir sus propios beneficios”.

* La manipulación es su herramienta para persuadir.

Saben a quién elegir como “víctima” y cómo influenciar sus sentimientos.

* Buscan hacer todo a su manera. Son egocéntricos. Valoran a los demás, siempre y cuando respondan a sus deseos, si no los descartan.

Por eso, no tienen amigos, solo súbditos, conocidos o esclavos.

* Tienen una gran dificultad para asumir errores y responsabilidades. La culpa siempre “la tienen los otros”.

*Llevan un estilo de vida parasitaria (vividores).

* Actúan su psicopatía en ciertos lugares más que en otros. Por ejemplo: la manifiestan con sus parejas, pero para el afuera se muestran ejemplares. Si alcanzan roles de liderazgo, impartirán su ley de manera despótica. Ubicarán a los otros en un lugar de súbditos.

 

Estar alertas

Si deseamos protegernos, es importante conocer muy bien a las personas antes de involucrarnos.

Aprender a identificar la psicopatía permitirá manejarnos mejor. Indicios como la explotación, la manipulación, la irritabilidad, la agresividad, la irresponsabilidad y la carencia de remordimiento, son indicadores de que algo no anda bien. Si se está a tiempo, se debe huir.