El entrenador de Universitario destacó “la muestra de carácter de sus jugadores” tras clasificar pese a quedar con nueve jugadores en Ticino. Y remarcó que animarán “un clásico” con Argentino en semifinales
Joselito Bernadó, el entrenador con mayor tiempo de trabajo en un mismo club en el fútbol local, se retiró muy satisfecho de Ticino por la entereza que mostraron sus dirigidos; pese a que jugaron nueve hombres más de 60 minutos de juego, hicieron valer la diferencia del partido de ida y volvieron a meter a Universitario en una semifinal del torneo local luego de un año y medio.
Dicho regodeo personal y general que mostró el “Pato” finalizado el juego no sólo se debía al pasaje a “semis”, sino en el espíritu colectivo que reflejó la “U” para sobrellevar un trámite muy complicado ante la inferioridad numérica y la envergadura de un rival, que terminó invicto en condición de local.
Es que, explicó Bernadó, la fortaleza colectiva fue el principal argumento con el cual su equipo levantó un flojo arranque de campeonato y que hoy lo alojó otra vez entre los cuatro mejores del ámbito local, más allá de la jerarquía individual que posee en todas sus líneas.
“Antes (haciendo referencia al errático inicio de temporada) parecíamos once individualidades y ahora somos realmente un equipo”, resumió el propio técnico villamariense de la evolución de la “U” durante el mismo torneo.
Previo a ello, describió el partido: “Se hizo muy difícil porque jugamos un tiempo y medio con dos jugadores menos, con un equipo como Ticino que tiene jugadores de jerarquía y que mueve muy bien la pelota de un lado a otro”.
“Desde el punto vista táctico dimos lo que pudimos hacer, que era cuidar el 2 a 0 arriba, porque con dos jugadores menos si hubiéramos tenido que ir a buscar el partido, no lo hubiéramos logrado de ninguna manera”, acotó y, en el plano estratégico, apuntó: “Generalmente trabajamos con mucha presión en el medio y fue la primera vez que les pedí que hiciéramos tope en el área. Por eso, teníamos un solo jugador de punta para hacer la primera línea de defensa para no dejar espacios libres y la verdad que lo hicieron muy bien”.
Más allá de táctico y estratégico, Bernadó hizo hincapié en la impronta que tuvieron sus dirigidos: “Sinceramente, cuento con un equipo con hombría, tranquilidad e inteligencia para dar vuelta estos tipos de cosas y no entró al nerviosismo generalizado. En el segundo tiempo, con nueve, no nos patearon ningún todo al arco y en el gol se patinó Simón Melano… Estamos muy contentos por cómo pusieron el pecho los chicos y la muestra de carácter que dieron”.
Y ya analizando el próximo rival, comentó: “Es un clásico con Argentino. En está instancia los que quedan son todos durísimos, pero creemos que la fuerza está en nuestro equipo y en lo que podemos hacer. Pudimos revertir un flojo inicio de campeonato con un gran esfuerzo que hicieron los chicos como grupo para no bajar los brazos cuando se nos puso muy complicado y, sinceramente, cualquier otro equipo hubiera pensado que era imposible clasificar, más en la zona que estábamos”.
Sobre qué cambió de ese inicio a esta actualidad, remarcó: “El equipo jugaba y trabajaba de la misma manera que ahora, pero por ahí el grupo no estaba consolidado y necesitaba más cohesión entre ellos. A partir de charlar mucho y poner más énfasis en esas variables que en lo físico, técnico y en lo táctico, se logró que el grupo funcione como tal, se banque uno con otro… La verdad que antes parecíamos once individualidades y ahora somos realmente un equipo”.
“El objetivo es llegar a lo más alto posible. Hoy por hoy, si pensamos en cómo estamos en este momento, tenemos todos los elementos para llegar a la final; pero, como dije recién, los rivales que quedan son tremendos y la verdad es que seguiremos trabajando y afianzando lo que venimos realizando para estar lo más arriba posible”, concluyó.