En esta nota repasamos expresiones de organizaciones peronistas, en 1974, publicadas en la revistas Las Bases, a modo de tomar nota de marcas discursivas que expresan posiciones políticas asumidas entonces dentro del movimiento peronista
Azul
El 19 de enero de 1974, cerca de las 23 horas, una importante formación del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) intentó el copamiento del cuartel del 10 Regimiento de Caballería Blindada cerca de la localidad de Azul en la provincia de Buenos Aires. Por el lapso de cuatro horas el enfrentamiento fue duro, se produjeron bajas en los dos bandos, los efectivos del ERP se retiraron llevándose un teniente coronel. Perón, que formalmente había asumido la Presidencia de la Nación el 12 de octubre anterior, la noche siguiente al ataque, dirigió un duro mensaje a la ciudadanía. Entre otros conceptos dijo que no se podía «tolerar el abierto desafío a la autoridad», por otra parte señaló que el Gobierno tomaría «de hoy en más las medidas pertinentes para atacar el mal en sus raíces, echando mano a todo el poder de su autoridad y movilizando todos los medios necesarios» y le pidió compromiso al pueblo y, según señala Norberto Galasso en su biografía de Perón, a «esta condena sin atenuantes a la acción de la guerrilla antiperonista» extendió «la responsabilidad a la dirigencia peronista que gobierna la provincia de Buenos Aires» llegó a hablar de una posible «tolerancia culposa» por parte de la gobernación provincial en manos del peronista Oscar Raúl Bidegain quien venía siendo muy discutido por la derecha peronista debido a la presencia en su gobierno de juventud del peronismo de izquierda.
A Bidegain no le quedó otra que renunciar y la gobernación de Buenos Aires pasó a ser asumida por su vice, Victorio Calabró, sindicalista de la UOM. Los episodios de Azul provocaron una importante crisis dentro del peronismo, aflorando con intensidad la discusión entre la derecha y la izquierda peronista que básicamente encarnaba la juventud. Todo esto se daba poco antes de que, a finales de febrero de 1974, el jefe de la Policía provincial de Córdoba, Antonio Domingo Navarro, con un guiño de Perón, detuviera y desalojara del poder, al gobernador Ricardo Obregón Cano y su vice Atilio López.
Bajo el control de López Rega
Ante todo este movimiento los peronistas de Villa María se expresaron de diversas maneras. En esta nota, gracias a documentos del archivo personal del historiador y periodista Germán Ferrari, podemos consultar alguna de esas posiciones. Se trata de publicaciones de la revista Las Bases. Revista de circulación nacional editada entre noviembre 1971 y agosto de 1975. Organo de prensa del Partido Justicialista que según Humberto Cuchetti tuvo «una fuerte influencia, cuando no control, José López Rega». Recordemos que éste fue un policía que por decisión del líder del peronismo llegó a ser ministro de Bienestar Social de Héctor J. Cámpora y Raúl Lastiri, como también del propio Juan Domingo Perón. Luego de la muerte del general ejerció el mismo cargo de ministro en la Presidencia de María Estela Martínez. López Rega fue una triste figura central del peronismo de derecha de la época, que jugó un papel fundamental en el armado de la Alianza Anticomunista Argentina, conocida como la Triple A, organización parapolicial cuyo primer atentado fue dirigido contra el senador radical Hipólito Solari Yrigoyen en noviembre de 1973. Al principio «Las Bases» salió a la calle cada 15 días, luego su aparición adquirió una frecuencia semanal.
Sus discursos
Las Bases, en su edición del 24 de enero de 1974, en una nota titulada «Expresiones de lealtad y fervor peronista» publicó dos comunicados de organizaciones peronistas cordobesas. El artículo se presenta fechado en Córdoba y como «especial para Las Bases», desde la «provincia mediterránea donde los enemigos de la reconstrucción y la liberación nacional blasonan de su poderío…», esto está escrito un mes antes del golpe policial denominado el Navarrazo.
Uno de los comunicados publicados en Las Bases pertenece a la Agrupación 17 de Octubre de Empleados Públicos, en tanto que el otro es de la CGT y las 62 Organizaciones de Villa María. Quizás aquí debemos remarcar que a lo largo de su vida editorial Las Bases trataron de establecer que en el peronismo existía una autoridad triádica compuesta por el propio Perón, su esposa María Estela Martínez y José López Rega. Si bien la revista inició con un declarado objetivo de procesar la unificación de las posiciones de militares, jóvenes militantes y sindicalistas, fracasó en ese intento y pasó de publicar artículos de militantes y dirigentes de diversas extracciones a poner en escena sólo posiciones más cercanas a la de su virtual director. Allí se planteaba la oposición entre «patria peronista vs patria socialista» y todo lo que tenía olor a marxismo era decididamente descalificado. Por otra parte la publicación contribuyó a la construcción de un discurso social que exigía una «fuerte sanción a las organizaciones políticas armadas independientemente de la legalidad de los canales escogidos».
Los locales
El comunicado villamariense que Las Bases publica en enero del 74, entre otros puntos señala la legitimidad democrática del gobierno. Textualmente dice que «las jornadas cívicas protagonizadas por el pueblo argentino el 23 de septiembre de 1973, demostraron al mundo entero la decisión aplastante de un pueblo de llevar al gobierno y al poder de la Patria, al teniente general Juan Domingo Perón, líder de las mayorías populares que durante 18 años condujo las luchas del pueblo». También se habla de la verticalidad en lo político como un valor de gran importancia a la hora de llevar la denominada «Revolución Social Justicialista». En un párrafo se dice que «antes y después de la categórica victoria del pueblo argentino los ideólogos de sendas revoluciones importadas han tratado por todos los medios de alejar a PERON de las bases peronistas atacando a los hombres de mayor confianza del líder y así fue como asesinaron alevosamente al compañero José Ignacio Rucci, como a otros luchadores obreros, pero ayer, como hoy, se equivocan, el pueblo los detesta».
Paso seguido entra en una lectura política de lo sucedido en Azul, diciendo que ese suceso venía «a mostrar que los enemigos del país, utilizan cualquier vandálico medio para crear el caos y la discordia de la familia argentina con el objetivo de producir una crisis que afecte la estabilidad del Gobierno Nacional del Pueblo». A esta altura debemos señalar que la comunicación de las organizaciones peronistas villamarienses fue firmado por Abel Aymar, secretario general, Julio César Franco, secretario de prensa, Miguel Angel López, delegado regional y José Antonio Foresto, secretario de organización y prensa.
Resoluciones
Continuando con lo manifestado en la comunicación, debemos decir que allí se deja en claro que si en algún momento toleraron a esos movimientos más radicalizados se debió a razones que ya no estaban. Lo expresan diciendo «esa tolerancia ha estado en nosotros arraigada en la verticalidad que hemos sostenido en nuestras luchas para que Perón estuviera nuevamente en la Patria». En concordancia con el discurso del líder aclaran que «HOY, PERON expresó basta de gritar Viva Perón, llegó la hora de defender a Perón, la CGT de Villa María y las Organizaciones Peronistas de Villa María, ratifican una vez más su total acatamiento a la verticalidad REVOLUCIONARIA de JUAN DOMINGO PERON y se encuentran a sus órdenes para cumplimentar las acciones que las circunstancias lleven a adoptar al Movimiento Obrero Argentino y al propio Perón».
Dado que por entonces en la discusión política no circulaba un sólo concepto de revolución, sienten la necesidad de diferenciarse de aquellos que planteaban la misma, asociada a la lucha armada para derrotar totalmente la oligarquía. De allí que en el documento de la CGT y las 62 señalan «nosotros pregonamos la REVOLUCION en PAZ que guía PERON, y si es necesario tomar las armas en defensa de esa revolución y de los supremos intereses del país, diremos presente».
En la parte resolutiva de la comunicación se establecieron que las organizaciones villamarienses condenaban y denunciaban «públicamente la actitud de aquellos que, ostentando funciones públicas en cualquier actividad directiva, sea municipal, provincial, nacional o legislativa, que el Movimiento Nacional Justicialista les confiara para realizar la REVOLUCION SOCIAL JUSTICIALISTA, se sirven de esos puestos para encubrir la actividad de los sectores enemigos de la Patria». También declaran la total solidaridad con «el Jefe… teniente general Juan Domingo Perón, ratificando nuestra incondicional disposición para acatar las directivas que emanen del Movimiento Obrero Argentino en defensa del gobierno popular JUSTICIALISTA». En otro punto hablan de cursar telegrama al «compañero» Perón anoticiándole de lo resuelto y «declarar el estado de alerta de los trabajadores de la jurisdicción de nuestras organizaciones obreras» a la vez que las comisiones directivas de las mismas quedaban «en sesión permanente».
Este breve repaso por las declaraciones del peronismo local en Las Bases nos permite advertir marcas discursivas, que luego se repetirán en nuestra historia política dando cuenta de posicionamientos frente a las estrategias políticas para el cambio social.