Librada la advertencia que hacía un largo tiempo que no actuaba frente al público, Rubén “el Negro” Rada quien ya supera las siete décadas, se sobrepuso a la entrega del vivo con una demostración clave del emporio musical que corre por sus venas sonoras en más de hora y media de show.
Ante una exquisita banda (que incluyó a sus hijos: la vocalista Lucila y el guitarrista Matías, de IKV), el músico uruguayo ofició no sólo de cantor, percusionista y carismático “showman”, sino que además hizo las veces de director de orquesta solicitando el ingreso de teclas o más coloratura rítmica cuando el recital lo ameritaba.
Como en un “grandes éxitos”, repasó buena parte de su carrera, para el deleite de la muchedumbre, como: “Blumana (tocá che Negro Rada)”, una versión bien rockera de “Dedos” de Totem, “Malísimo”, sus hits más recordados como “Aparte de tí”, “Morir de plena” y “Será posible” junto al contagioso “Yo te vo’a comer igual” y el cierre, ya en el bis, con “No me queda más tiempo”.
J. R. S.
Quejas. Varios de los presentes y aquellos que no pudieron ir se quejaron del precio de la entrada ($300 generales y $200 para asistentes al Congreso).