Fue escribano y licenciado en Derecho pero su pasión por la actuación y la música lo llevaron a ser un gran artista hilarante
No es un chiste, aunque quisiéramos que lo fuera. Daniel Rabinovich falleció ayer a los 71 años luego de padecer un delicado cuadro cardíaco. El integrante más hilarante del genial e ingenioso conjunto musical-humorístico Les Luthiers se “fue de gira”, esta vez a los cielos de aquellos grandes que provocaron la carcajada más estruendosa tanto en Argentina como en buena parte de los países de habla hispana.
Vale recordar que la llegada de Rabinovich, nacido en Buenos Aires el 18 de noviembre de 1943, a Les Luthiers se produjo en San Miguel de Tucumán, antes que ese elenco fuera tal, cuando un puñado de universitarios -él era licenciado en Derecho y escribano público- presentó un espectáculo de humor dentro de un festival de coros.
Esa novedad de 1965 era la inclusión de los llamados «instrumentos informales», con los que habían creado una parodia de concierto ideada por el estudiante de arquitectura Gerardo Masana -muerto prematuramente en 1973- que causó sensación.
Entrañablemente querible
Ya con el nombre de I Musicisti -versión jocosa del conjunto italiano I Musici- el grupo se presentó con un éxito notable en la sala Planeta de Buenos Aires y en el Instituto Di Tella, que entonces era el no va más de la vanguardia.
Desmantelado I Musicisti, en 1967 nace Les Luthiers con el concurso de Ernesto Acher, que realizó presentaciones cada vez más festejadas en los café concert y en pequeñas salas teatrales de Capital y Mar del Plata.
Con el correr del tiempo, los espectáculos, los discos y videos grabados -«Sonamos pese a todo», «Cantata Laxatón», «Mastropiero que nunca», «Viejésimo aniversario», «Viejos hazmerreíres», entre otros-, Rabinovich fue perfilando un personaje insustituible, humano y entrañablemente querible.
Es imposible no recordar el segmento sobre el merengue que mantiene con Munsdtock -uno habla del baile caribeño, el otro de un postre- y en el que entre numerosos desacuerdos Rabinovich introduce el nombre de Esther Píscore como elemento de disparate. O el célebre “monólogo mal puntuado” en el cuadro de “La república de Banania”.
Su capacidad actoral excedió los shows del grupo y apareció en el cine desde «Espérame mucho» (1983), de Juan José Jusid, hasta «¿Quién dice que es fácil?» (2007), de Juan Taratuto, «Mi primera boda» (2011), de Ariel Winograd, «Extraños en la noche» (2012), de Alejandro Montiel, y «Papeles en el viento» (2015), también de Taratuto.
Según sus propias palabras, aparecidas en el sitio web de Les Luthiers, recordó: »Me crié en el Palacio de los Patos, un complejo de viviendas ubicado en Ugarteche y Las Heras, en Buenos Aires, donde viví hasta los 18 años”. “Allí había varios folcloristas que me dejaban asistir a sus reuniones y fue donde por primera vez escuché cantar a voces y tocar la guitarra”, añadía.
En Córdoba. Del 27 al 30 de agosto había previstas cuatro funciones de Les Luthiers en el Orfeo de Córdoba. Aunque ya se sabía que Rabinovich iba a ser remplazado por Tato” Turano o Martín O’ Connor.
“Orgullo de haberle arrancado media sonrisa”
“Nosotros salimos al escenario para hacer un popurrí de 20 minutos con temas nuestros antes del inicio de la ceremonia de los premios Hugo, en Buenos Aires. Y vemos que en la segunda fila estaban ellos, Marcos Mundstock y Daniel Rabinovich. No lo podíamos creer. Cuando terminamos los perseguimos para sacarnos una foto, son nuestros ídolos”, recuerda Maximiliano Trento, uno de los integrantes del dúo cómico villamariense Los Trento que triunfa en Capital Federal. “Me puse muy triste cuando escuché la noticia -agrega-, aunque al mismo tiempo me dio cierto orgullo saber que él nos vio actuar y que le pudimos arrancar media sonrisa”.
“Siento una admiración enorme por Daniel. Es una pérdida muy importante para el mundo cultural de nuestro país y un prócer por haber alcanzado el éxito con su constancia y su coherencia. Como humoristas, todos ellos, los Les Luthiers, son como los Rolling Stones, con 50 años de carrera sin parar. Además hicieron de todo. No queda nada por hacer que sea original porque ellos ya lo han probado antes”.