Fue electo intendente por primera vez cuando Arturo Illia ganó la Presidencia. Y a los dos los echó el onganiato. Diez años después su pueblo lo hizo legislador provincial. Y otra vez la dictadura… Pero como buen amante de la democracia, fue curado por ella varias veces más
Carlos Zanotti amaba a su familia. A su esposa “Chochi”, a sus hijos Gustavo, Belkis y Braulio. Y a sus nietos. En segundo lugar venían sus amigos de toda la vida, los que están y los que lo estaban esperando: Berto, “Chiquín” y tantos, tantísimos más… Su corazón ubicaba luego a sus vecinos en general y a continuación sus correligionarios.
Así, no extraña que ayer hubiera cientos de personas intentando ingresar a la casa velatoria y que no se consiguiera estacionamiento en tres cuadras a la redonda. No llaman la atención las ricas palabras de Natalio Graglia, quien hoy ocupa el Sillón de Freites que “Carlitos” ocupó entre 1963 y 1966, entre 1983 y 1987 y entre 1987 y 1991.
A ese lugar lo llevaron sus vecinos a través del voto, de la misma manera que lo hicieron diputado provincial entre 1973 y 1976 y senador entre 1991 y 1999.
Los radicales lo eligieron además varias veces para presidir el partido en la ciudad y en el Departamento General San Martín.
Pero todos quienes lo conocían, más allá del partido, lo votaban con la misma confianza, por ejemplo, para presidir el Club Alem. Y allí se turnaban sin más trámite con un justicialista como Reynaldo Navarro, porque en este hombre de sonrisa firme, la amistad y el bien común iban por delante.
Lo mismo con “Chiquín” Moreno. Mire usted si a ellos les iba a importar que uno era de Yrigoyen y el otro de Perón, a la hora de ponerle el hombro al padre “Pepe” Luque para organizar el mítico festival del vino y la amistad.
Era un hombre joven cuando la vida le pasó un aviso fuerte, pero su salud se rehízo con muchísimo esfuerzo y constancia. Vinieron los “achaques” propios de la edad, pero nada tan importante como para doblarlo, hasta el año pasado, cuando fue a una clínica local por una dolencia menor y terminó afectado por un mal intrahospitalario que lo tuvo meses en una dura pelea por la vida. Y salió. Regresó a su casa, en pleno centro de Villa María; volvió a cafetear con uno, con otro, con todos, alrededor de las anécdotas imperecederas.
Pero esta semana arrancó mal. Un ACV lo llevó a otra clínica, sobrevinieron complicaciones que hicieron inevitable el desenlace. “Lucía la camiseta de Alem como pocos. Lo vinieron a buscar para el equipo de las estrellas”, dijo uno de los más añejos que se abría paso anoche en los pasillos de Paviotti.
Hay tres días de duelo en Villa Nueva, una cuidad que reconoce a sus hijos pródigos. Y Carlos fue uno de ellos. Honor y gratitud.
Sergio Vaudagnotto
Palabras desde la Intendencia
Tres días de duelo
El intendente villanovense, Natalio Graglia, firmó el decreto “en honor y homenaje” al exintendente municipal Carlos Zanotti. El texto resalta las virtudes del tres veces mandatario de todos los villanovenses. “Carlos Zanotti ha sido una persona orgullosamente de Villa Nueva, que dio parte de su vida a la función pública, y desde allí trabajó en forma incansable por el bienestar de su pueblo”, escribió un peronista de un radical.
“Encolumnado como militante y gran dirigente radical, Carlos Zanotti siempre defendió la vida en democracia generando herramientas y oportunidades de participación ciudadana. Su obra como intendente siempre quedará en la memoria de todos los villanovenses, quienes lo respetan como un intendente que escuchaba a los vecinos, en tiempos en donde la libertad de expresión era un bien preciado y escaso”, firmo el jefe comunal.
Además, Graglia dijo sentir profundo pesar y dolor, e invitó a las instituciones públicas y privadas con asiento en Villa Nueva a sumarse al homenaje a Carlos Zanotti.
Palabras desde el corazón
“Te vamos a extrañar y no sabés cuánto”
Con apenas 78 años te nos fuiste viejito lindo. Te nos fuiste y nosotros te necesitamos tanto, necesitábamos más tiempo con vos.
Día a día nos enseñabas algo nuevo, con tu espíritu, tus convicciones, tus ideales, tu coraje y tu honestidad.
Dentro de una infinidad de cosas, nos enseñaste que la palabra “política” no es una mala palabra, sino todo lo contrario; que a través de la misma se construye, se educa, se comparte, se vive, se sueña y que para alcanzar esos sueños uno se debe esforzar mucho.
Tu vida de punta a punta fue un ejemplo. Siempre tan luchador, tan solidario, tan noble. No hay dudas de que lo que somos hoy en gran parte te lo debemos a vos, Carlitos. Así te conocían todos, abuelo.
En estos últimos años, ¿quién no cruzó alguna vez en algún café o en las calles de nuestro centro a “Carlitos” Zanotti? Y él siempre devolvía el saludo con una gran sonrisa y alguna anécdota.
Estamos todos agradecidos por haber podido compartir tantos momentos inolvidables con vos.
Te vamos a extrañar y no sabés cuánto.
Hasta siempre, abuelo.
Tus nietos