El jueves por la noche se llevó a cabo la tradicional Fogata de San Juan, en inmediaciones del Club Náutico de Villa Nueva, precisamente sobre la costanera de la vecina ciudad.

La organización de dicha festividad estuvo a cargo de la comunidad balear, la cual el año pasado no había podido concretarlo por indisponibilidad de espacios y esta vez logró retomar la colorida propuesta que se viene desarrollando desde 2001 en forma institucional y previamente como iniciativa personal, a partir de uno de sus referentes, Ricardo Mercadal.

Alrededor de 300 personas asistieron a la quema de un “demonio”, que fue elaborado por estudiantes y profesores de la Escuela de Bellas Artes, coordinados por Malena Casasnovas y Gabriela Manfredi.

Según comentó el presidente de la entidad balear, Manuel Cardell, “cada espectador podía escribir en un papelito las cosas malas que le habían pasado para luego arrojarlo al fuego”, a modo de exorcizar las penas y pesares. De la ceremonia también participó Antonio Vivó, el único menorquín que todavía reside en nuestra ciudad.

Al final, el grupo de danza Ca Nostra interpretó una serie de bailes pertenecientes al folclore balear.