Deportivo Argentino apareció en todo su esplendor en la última media hora de la serie, revirtió un marcador adverso, le ganó por 3-1 a Universitario y volverá a jugar una final después de tres años y medio
Escribe: Diego Pellegrini (h)
Increíble, memorable, histórica. Así será recordada la semifinal en la que Deportivo Argentino venció a Universitario, con un desenlace para el infarto. Una vez más, el fútbol demuestra por qué es el deporte que la mayoría elige. Drama, suspenso y una definición en el epílogo decretaron que el “Lobo” derrote por 3-1 a la “Uni” y de esta forma clasifique a la serie definitiva, en busca del título.
Sorprendente cómo se le escurrió entre las manos el pasaje a Universitario, que parecía tener la clasificación en el bolsillo, y en 20 minutos para el olvido vio escapar la preciada chance.
El corazón, las ganas de seguir insistiendo y una cuota de suerte fue lo que necesitó el equipo dirigido por Mauricio Morales para torcer una historia que parecía estar escrita a medida del conjunto de la casa de los altos estudios.
El reloj marcaba 21’ en el segundo tiempo y el local estaba a tres goles de la final, claro que nadie creía en la posibilidad, pero el cabezazo de Franco Ñáñez colocó el empate transitorio y le dio vida al “Depor”, para encarar un cuarto de hora final tremendo.
Antes, un partido parejo, con situaciones desperdiciadas para el local y un ataque certero para el visitante, que terminó lastimando a fondo. Esto, en la primera etapa.
El juego comenzó con Argentino ganando en la zona de volantes. La segunda pelota era siempre del “Lobo” y Universitario se dedicaba a defender la ventaja obtenida en Arroyo Cabral.
Ahí tuvo que aparecer la gran figura de Simón Mellano, para frenar los embates de un local que iniciaba con todo. Lo tendría Ramiro Cortez en la primera clarísima, pero una definición “Higuainezca” del delantero permitió que el portero se quede con el balón (16’). En el ataque siguiente, otra vez el local desnudaba las falencias del visitante y Cortez nuevamente lo tendría, pero el balón se iba pegado al palo (18’). Esas dos jugadas dejaban en claro lo que cada uno quería en cuanto al partido.
Aunque quien llegaría a fondo para festejar primero en el partido sería Universitario. Pelotazo largo de Luciano Antonino, para que Lucas Barengo desparrame a Iván Moyano y ejecute una excelente asistencia a Cristian Fernández, quien con una gran estirada colocó el 1 a 0 para la visita.
Efectividad con un “ataque express” para sacar dos de ventaja en la serie global y acariciar la final.
Tras el golazo, lo tendría también Jorge Martino, con un disparo de larga distancia, pero la pelota salió cerca del palo defendido por Leonardo Morales. El primer tiempo terminaba con el visitante mejor, ante un local perdido y sin fundamentos futbolísticos.
Pero en el complemento la cosa iba a cambiar. En el inicio, Universitario empezó ordenado, esperando con mucha gente y sólo Fernández y Barengo para la contra. De esa manera nada podía hacer el local, que chocaba en cada ataque, con una defensa liderada por Pablo Picotti y compañía.
Tal era el panorama a favor del visitante, que tuvo todo para aumentar el marcador y liquidar la serie, con un par de chances claras en los pies de Barengo (una de ellas fue un remate de media distancia que dio en el palo).
Sin tiempo que perder, Gastón Negro y Franco Rojas fueron los cambios que metió “Chopo” Morales, más una variante táctica que incluyó mucha gente en ataque, arriesgando todo en defensa.
No quedaba tiempo y el “Lobo” se la tenía que jugar. Y ahí fue cuando apareció ese cabezazo goleador de Ñáñez, para el 1 a 1, tras un tiro de esquina (21’).
Universitario se desarmonizó, perdió la pelota y con ella, el control del partido. Quedaba tiempo para el milagro del local y llegó. A los 35’, con Argentino buscando por arriba, Carlos Jacobi envió un centro al área y Matías Rojas, por el segundo palo, cabeceó para el 2 a 1. Por ahora había penales, pero lo peor estaba por venir para un ya desconocido visitante.
Llegó la tarjeta roja injusta a Nicolás Pierantoni, por doble amarilla, y a la jugada siguiente el momento culmine de la tarde.
Y a los 39’, otra vez un córner para Deportivo Argentino encontró los pies de Negro y el volante infló la red decretando el 3 a 1 que le dio la clasificación para el equipo del barrio Nicolás Avellaneda. Explosión y festejo alocado para los locales.
Intentó resurgir la “Uni”, con Juan Acosta en cancha, pero el golpe tremendo del rival dejó sin reacción ni tiempo al equipo de Bernadó. Ni las corridas de Barengo ni las gambetas de Fernández pudieron darle vida a Universitario, que se fue con la tristeza de la eliminación.
Festejó el “Lobo”, que en un momento de la tarde estaba eliminado y terminó resurgiendo de las cenizas, para continuar con el sueño del título y volver a una final después de casi cuatro años.