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Los maestros y el Bicentenario de la Declaración de la Independencia

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Los maestros y el Bicentenario de  la Declaración de la Independencia

p2-f1El Bicentenario de la Declaración de la Independencia se constituye en un tiempo propicio para reflexionar sobre nuestra historia, sobre el camino recorrido, hablar de los logros, de los sueños ideológicos y sociales, que dejaron profundas huellas en la organización de la Nación.

Esta celebración significa reconocer el esfuerzo y el sacrificio de muchas generaciones y también de muchas frustraciones que han impedido, hasta ahora, alcanzar la inclusión y la justicia social en el marco de una educación integradora.

Nuestro país, ha sido un país errático, repleto de contradicciones internas, que desde 1930, con los sucesivos golpes militares, marco la tragedia en el pueblo argentino; una cruenta situación que concluyó con el Estado Genocida instaurado en el período 1976/1983.

A esta situación se sumaron los intereses de los países centrales, marcando a fuego nuestra identidad y siendo protagonistas en la configuración de nuestra soberanía, desde nuestra independencia hasta hoy.

En los primeros tiempos, éramos un país rico y sin manos de obra para trabajar; las dos guerras mundiales generaron la afluencia de extranjeros que hizo posible extraer de la tierra la riqueza, pero al mismo tiempo esa mezcla humana tuvo un aporte importante en la conformación de nuestra identidad nacional, “crisol de razas” para algunos historiadores.

Frente a esta realidad, muchos se preguntaban y se preguntan cómo construir una Nación con esa mezcla humana, con orígenes e intereses distintos, que si bien habían favorecido el desarrollo, producían una disfunción en la identidad, una situación compleja que había que resolver. ¿Cuál era la respuesta a esta encrucijada? Nada más ni nada menos que la Educación, como herramienta de transformación, de formación en valores y en la constitución de una comunidad democrática.

 

Los maestros y los niños

Fue a partir de esa decisión que en cada pueblo, en cada lugar de la Patria, los maestros y los niños con los guardapolvos blancos y la enseña nacional fueron haciendo historia perfilando nuestra identidad y nuestra Nación, tarea sin precedente durante mucho tiempo, permitiendo un desarrollo holístico y una integración humana tampoco antes vista.

Los maestros fueron los artífices de esta gran proeza, que con auténtica honradez y humanidad, enseñaron y establecieron las bases de un país generoso con los hombres que eligieran estas tierras para establecerse.

¿Qué pasó en el tiempo, para que las cosas cambiaran bruscamente? Seguramente hubo generaciones que no estuvieron a la altura de los acontecimientos históricos, las guerras mundiales, la declinación del Estado de Bienestar, los golpes militares y el advenimiento del Neoliberalismo imponiendo los intereses de los poderosos y la impunidad para tapar las políticas desafortunadas que mutilaron el camino de la liberación, con consecuencias sociales nefastas, en especial, con la disminución del presupuesto para la educación, poniendo en riesgo una característica importante del país, la educación pública y gratuita, que gravitó en el Continente.

Frente a esta realidad, los maestros estamos preocupados por lo que pasa en el mundo y por lo que pasa en nuestro país. Y es sin duda el Bicentenario el momento que nos brinda la posibilidad de detenernos a reflexionar, porque el contexto social se está agudizando, y en el mismo se van generando situaciones de agobio en muchas familias argentinas y con la perspectiva de que se profundice e impulse una violencia entre hermanos, como en ha ocurrido en otros momentos.

 

Descomposición social

Los maestros advierten la descomposición social que se vive, que genera injusticias, diferencias y extrema pobreza y no se vislumbra un camino de diálogo sincero, sano y responsable para corregir esta situación.

En este contexto, el trabajo docente aparece como una estrategia posible en ciertos grupos sociales frente a un futuro cada vez más incierto, en el que se están redefiniendo subjetividades, costos y responsabilidades, y la sociedad está sujeta al riesgo y, al mismo tiempo es sujeto de riesgo y de incertidumbre.

Tenemos el compromiso, como docentes, como ciudadanos y como representantes de un sector de la sociedad, de señalar a los responsables que han generado esta descomposición social, que deben modificar rápidamente las políticas sociales y económicas, de lo contrario el país se encamina a una confrontación y a una pérdida de valores y de principios que fueron establecidos hace 200 años, con la Declaración de la Independencia Nacional.

Para mitigar los riesgos que presenta el mercado de empleo y los crecientes procesos de desafiliación social, nosotros visualizamos a la docencia como una alternativa que puede calmar ciertas incertidumbres acerca del provenir. Tenemos ante nosotros el reto de comprometernos en la mejora de la educación, entendida como una propiedad social y de servicio público.

Creemos que ha llegado el momento para recuperar el legado y el coraje de nuestros grandes hombres de la Patria, interpretando el momento histórico de nuestra Nación, que nos convoca a asumir el camino de la Memoria, de la Verdad y la Justicia, para lograr la unidad nacional.