“Los bolsos de José López incluyen al PRO y al Partido Justicialista”
Ha saltado a la luz pública uno de los desfalcos y hechos de corrupción más denunciados: el del Ente Intermunicipal para el Desarrollo Regional (Eninder) que integraban 44 comunas y municipios del sur provincial y que estaba capitaneado por Eduardo Accastello, exintendente de Villa María, candidato a gobernador en la últimas elecciones por el kirchnerismo y exministro de Gobierno del segundo Gobierno de José Manuel de la Sota.
A través del Eninder, el ultra K Accastello manejó más de 2.000 millones de pesos. Un informe de la Auditoría General de la Nación revela sobrefacturación de hasta el 150% (sobre todo en las obras de pavimento), facturas y gastos duplicados y otras tropelías. Las denuncias sobre el Eninder fueron sostenidas desde hace tiempo por parte de la oposición en Villa María. Nuestros candidatos a intendente Mónica Sonzini, en 2011, y José Gutiérrez, en 2015, desnudaron parte de la trama y los números de la corrupción. Sin embargo, la Justicia provincial y el Gobierno de De la Sota hicieron oídos sordos a esto a pesar de acusar que Accastello recibía por parte de Nación lo que se le negaba al conjunto de la provincia durante la era K.
La maniobra era ofrecer a los intendentes un combo de obras pagadas por el Eninder con empresas y precios incluidos. Según un exintendente de Bell Ville, el schiarettista Nelson Ipérico, él desistió de intervenir porque los sobreprecios eran escandalosos, y el mismo Schiaretti le había dicho que “Accastello iba a terminar en cana”. Es decir, todos lo sabían. Muchos de los intendentes y presidentes de las 44 comunas son de Unión por Córdoba.
El destape de la olla del Eninder salpica al actual diputado nacional por el PRO Javier Pretto, quien como intendente de La Carlota era vicepresidente del Eninder y acompañó con su firma todos los contratos firmados por Accastello. Pretto, que es el actual presidente del PRO provincial, pasó antes por la Legislatura de la provincia en las listas de Unión por Córdoba como parte del acuerdo Macri-De la Sota en 2011.
Como no podía ser de otra forma, en la historia aparecen José López y De Vido que era quienes proveían los fondos al Ente. El affaire López ofrece otra conexión. Parte de los fajos de dólares que López tiró por las paredes del convento tenía el precintado con el sello del Banco Nación, ¡sucursal Villa María!
Accastello, que además ha sido acusado de enriquecimiento ilícito, tiene una larga historia de defraudaciones y estafas. Está involucrado en el caso de la financiera trucha CBI, donde se le descubrieron plazos fijos en dólares que nunca pudo justificar. El suicidio (¿?) de uno de los directivos de CBI precipitó la quiebra de la mesa de dinero y de ahí se conoció que en la misma especulaban varios intendentes, sindicalistas y empresas con fondos públicos; uno de las fuertemente mencionados en el caso del CBI es el ultradelasotista González, actual presidente provisorio de la Legislatura.
Accastello además ha sido denunciado por los trabajadores del diario La Mañana de Córdoba, que cerró dejando el tendal de 60 trabajadores despedidos. Accastello actuaba con testaferros.
Accastello fue presentado como el adalid del progresismo provincial, abusó de una serie de reclamos durante la campaña electoral, y así consiguió un tercer lugar y 8 legisladores. Su bloque legislativo está atado con alambre. El dirigente del Movimiento Evita rápidamente se pasó a la bancada de Unión por Córdoba. Los otros, entre los que se cuentan el exsecretario de DD.HH. de la Nación, el K Martín Fresneda, burócratas sindicales, la exjuecista Liliana Montero y la propia exesposa de Accastello, Nora Bedano (exintendenta de Villa María, que también está involucrada en el caso Eninder) en cualquier momento pegan el salto.
Martín Gill, exdiputado nacional (ingresó al Congreso junto a Carolina Scotto), es el sucesor de Accastello al frente del municipio. Juntos formaron un tándem que incluía el municipio y la Universidad Nacional de Villa María, de la cual Gill era rector. La complicidad de Gill con la gestión municipal anterior hay que investigarla, de todas maneras Gill decidió hace rato abandonar el barco que se hundía y se refugió en el schiarettismo.
¡Esta es la gente que le recrimina a la izquierda por “dividir” al campo popular y ser “funcional a la derecha”! Nos proponían que tapásemos las porquerías de los K, del PRO y del PJ mientras ellos le votaron el acuerdo con los fondos buitre y todas las porquerías antiobreras en el Congreso.
Como se ve la corrupción es una “matriz” que incluye a los referentes de todos los partidos patronales, que alcanza a los capitalistas y sobre todo a la patria contratista. Los lazos criminales entre ellos son varios y profundos y esa es la razón de la impunidad.
La apertura de las cuentas de las empresas involucradas va a dar más luz sobre una trama mafiosa contra el pueblo y ahora pretenden que el mismo pueblo pague vía tarifazos, impuestazos y congelamiento salarial.
Eduardo Salas (legislador por el Frente de Izquierda) – José Gutiérrez (excandidato a intendente).
