El deporte local, sobre todo el fútbol, tuvo ayer una noticia triste: Gustavo Formía (foto), popularizado como “Chochito”, dejó de existir a los 41 años, producto de una grave enfermedad.
Formía, que se caracterizaba por su bondad permanente y llamaba la atención por sus 2,04 metros de altura, fue un personaje del deporte en distintos ámbitos y, aunque es oriundo de La Playosa, fue muy conocido en Villa María y algunas localidades.
Algunos jóvenes y otros no tanto lo recuerdan por su imponencia en la puerta de Jet-Set, donde oficiaba de “patovica” los fines de semana. No obstante, el mundo del deporte lo tiene registrado por diferentes actividades.
Es que “Chochito” fue jugador en la reserva de Central Argentino y Sportivo Playosa, donde su figura no pasaba desapercibida. Pero también aprovechó sus largos brazos y su corpulencia para dedicarse al boxeo, actividad en la que realizó algunas peleas amateurs en la categoría pesados.
En todo, lo que le faltó de talento le sobró de corazón, ya que Formía mostró siempre ser un apasionado en lo que hacía y así también continuó cuando colgó los botines y se dedicó a colaborar como delegado de Sportivo Playosa ante la Liga Villamariense de Fútbol.
La función de “Chochito” era reconocida porque, como tantos otros dirigentes anónimos, trabajaba desinteresadamente por el bien del club que tanto quiso. Además, fue prosecretario de la LVF.
En ese sentido, la entidad que preside Claudio Martínez envió ayer un comunicado en la que expresa un “gran dolor”.
“Ante tan lamentable deceso, la Liga Villamariense de Fútbol expresa sus condolencias a los dirigentes y miembros de la institución Playosa SC, como así también a sus familiares y amigos, acompañándolos en el sentimiento”, añade.
Precisamente, Martínez tenía un diálogo permanente con Formía para conocer su estado de salud.
En ese marco, durante el último semestre, la salud de “Chochito” se agravó considerablemente, a tal punto que recibía diálisis y se encontraba en la lista de espera de un trasplante.
Carismático, siempre de buen humor y ferviente defensor de su club, Formía era tan apasionado con lo que hacía que, mientras se dedicaba a regentear su lavadero de autos en Villa María, le imprimía a Playosa un envión importante en lo deportivo en los últimos tiempos.
Quienes lo conocieron seguramente lo recordarán con una sonrisa. “Chochito” descansa en paz y ahora trata de hacer un gol en el cielo.