
Denuncian abuso e intento de secuestro a una niña de 10 años en Ballesteros. Los familiares hicieron la denuncia, pero manifestaron su malestar porque “la Policía no hizo nada”

“¿Y ahora cómo sigue esto? ¿Cómo seguimos?, con mi hija llorando de miedo en casa y esperando un turno para la Cámara Gesell. La Policía no hizo nada, ¿por qué, por qué se tapa, por qué se actúa como si nada hubiera pasado?
La mamá indignada repite el relato de su propia hija de 10 años. Y sostiene que “no podemos esperar que violen o maten a una nena para actuar”.
La mamá, Erika, es oriunda de Ballesteros. La semana pasada llevó a su hija a la casa de una hermana, por tres o cuatro días de estas vacaciones de invierno, para compartir con algunos primos la tranquilidad de esa localidad distante apenas 30 kilómetros de la ciudad de Villa María, donde reside actualmente.
La niña de 10 años jugaba en un montículo de arena en el patio. Al lado están construyendo viviendas. Según el propio relato de la pequeña, un albañil se bajó los pantalones y le mostraba las partes íntimas. Esto sucedió el miércoles y la escena se repitió el jueves. La niña aseguró que el hombre no estaba orinando, como presumieron algunos familiares en primera instancia. La menor se comunicó con sus progenitores vía telefónica el mismo jueves, pero sin detallar sobre lo vivido, pues más tarde contó que el trabajador de la construcción que la había invitado a observar sus partes además la había amenazado de muerte en caso de que contara a algún mayor. Entonces, sólo dijo que se quería ir a la casa de su abuela o de otra tía, allí en Ballesteros. Sin esperar la llegada de su tío que la llevara, en las primeras horas de la tarde del viernes, con un pequeño bolsito la niña emprendió la caminata de unas cuatro cuadras, donde se encuentra la morada de una hermana de Erika.
Intento de secuestro
La voz de la pequeña, grabada en el celular de sus familiares, hace que su madre vuelva a llorar. Cuenta que en el camino se le cayó un cordón y al volverse e inclinarse para levantarlo apareció una chatita bordó (aclaran sus familiares que se trata de un utilitario Renault Kangoo de ese color), una persona la toma de un brazo y la carga abriendo una puerta de la parte de atrás (o lateral). Sin embargo, cuando el conductor da la vuelta y se dispone a ascender al vehículo, la niña logra reincorporarse y apenas iniciada la marcha, entorpecida por un camión estacionado delante, logra arrojarse desde el rodado. Así, comenzó a correr hasta llegar a una casa blanca abandonada, donde se escondió. Luego retomó el camino y arribó al destino: la casa de su otra tía, donde pudo contar a su abuela lo sucedido.
En la Policía
La mamá, Erika, contó que por la noche llegó a la Subcomisaría de Ballesteros, donde radicaron la denuncia (de la que presentó copia original). En la misma, la cabo Paola Perello deja constancia de que “la menor habría sido abusada sexualmente sin acceso carnal”, y aporta el nombre y apellido del albañil sindicado como el presunto abusador. Las actuaciones figuran como Expediente Nº 56/16.
Ante lo vertido en el texto policial, el padre de la víctima solicitó por un médico que pudiera asegurar qué tipo de daño físico y si existía acceso carnal, a lo que obtuvo como respuesta una negativa para hacerlo en ese momento y le indicaron que recién podría concretarse el martes.
Al Pasteur
Sin las respuestas esperadas en Ballesteros, la familia regresó a Villa María para llevar a la niña al Hospital Regional Pasteur. Allí le practicaron controles, pero le exigieron una copia de la denuncia policial, por lo que la mamá debió regresar a Ballesteros el sábado para que le emitieran la misma.
Erika contó y mostró certificados de los especialistas en ginecología y psicología que contuvieron a la pequeña, aunque sigue con sesiones para poder sobrellevar este trauma. “Llora y tiene miedo. Todas las noches llora”, lamentó la madre haciendo alusión a que el hombre “dice que la amenazó de muerte” a la pequeña.
No a la impunidad
“La Policía no hizo nada. Es como que no quiere actuar porque se trata de un vecino del pueblo… Pero no es así. No queremos que esto quede impune”, reclamó Erika.
La mujer se expresó molesta además porque “en la Comisaría estaba este albañil junto a su esposa, a metros de nosotros, hablando con un oficial que le daba tranquilidad porque le adelantaba que no pasaría nada con la denuncia”. Se quejó porque el hombre acusado de abuso, de unos 55 años, está libre mientras la nena y toda la familia están padeciendo.
“Sabemos que hubo un antecedente reciente. Un pibe de unos 20 años agarró a una nena de 11 y le dio un beso. Los padres hicieron la denuncia en Bell Ville y la Policía actuó de inmediato, deteniendo al joven hasta que el hecho se aclare. Eso queremos, justicia y seguridad para los niños, nada más”, afirmó Erika.
El caso lo investigará la Fiscalía de turno de los Tribunales de Bell Ville, para lo que aguardan disponibilidad para utilizar la Cámara Gesell. Dijo no saber más que eso la mamá.
El relato de la niña es terrible. Cada palabra desarma a Erika. Deshace un cuerpo de impotencia. Las lágrimas le vuelven a brotar y, a pesar de eso, arremete: “No quiero que esto le pase a otro, por eso quiero que la Policía actúe. No podemos esperar que violen o maten a una nena para actuar”.